Cargando

Type to search

E-BOLETÍN

Boletín Diario Informativo de AMYTS del 30 de enero de 2024

Share

1. REDACCIÓN MÉDICA. Sheila Justo, vicepresidenta de Amyts, indica cuándo una grabación puede considerarse ilegal en un conflicto laboral

2. AMYTS en los medios: rechazamos los traslados forzosos de médicos en Atención Primaria; Sheila Justo valora el retraso en la formación MIR…

3. Nuevo artículo de Julián Ezquerra, presidente Honor de AMYTS, en Redacción Médica: «MIR, cambiar o no cambiar, esa es la cuestión»

4. V CONFERENCIA INTERNACIONAL DE SINDICATOS MÉDICOS. «Que no nos agredan es un derecho del trabajador y una obligación del empresario»

5. V CONFERENCIA INTERNACIONAL DE SINDICATOS MÉDICOS. «La relación médico paciente es un bien social, lo es desde el principio de los tiempos y se practica de forma universal»

1. REDACCIÓN MÉDICA. Sheila Justo, vicepresidenta de Amyts, indica cuándo una grabación puede considerarse ilegal en un conflicto laboral

Las grabaciones, en caso de que un residente experimente una situación de acoso laboral o de insultos durante su trabajo como MIR por parte de un adjunto o de otro compañero, pueden suponer la «prueba definitiva» a la hora de denunciar una situación con estas características. Sin embargo, ¿dónde quedan los límites éticos? ¿Es legal que un residente MIR grabe a otro médico? Desde la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) lo consideran necesario y lo recomienda, aunque también advierten en qué contextos puede considerarse ilegal una grabación de estas características.

Sheila Justo, vicepresidenta de Amyts, destaca que ellos, como sindicato profesional tienen experiencia en ello en los contextos de reclamaciones por acoso laboral y, precisamente, una de estas reclamaciones que desde Amyts les suelen hacer es que hagan grabaciones de las situaciones para utilizarlo como prueba. «La grabación en sí no es ilegal, lo que si puede considerarse ilegal es lo que se haga con esa grabación a nivel de difusión o de uso si esa misma grabación se considera material sensible. Pero la grabación, si eres parte de la conversación, no es un delito», explica a Redacción Médica.

Por ello, si el material se considera vulnerable y se hace un uso «indebido» del mismo, sí podría considerarse ilegal. Desde Amyts señalan que disponen de protocolos de conflictos internos en los que, a través de mediadores y un interventor, se intenta poner solución al conflicto. «Sin embargo, cuando hay indicios de delito se puede iniciar la vía judicial tanto desde el interesado que cree que está siendo víctima de acoso laboral, como los propios interventores del protocolo de conflictos si detectan que dentro de la situación que se plantea hay indicios de delito. La vía judicial de acoso laboral se puede llevar por dos vías, por la social (laboral) o por la penal y en ella el acoso se denuncia cuando produce efectos en la persona acosada como daños psicológicos o físicos, y para ello se pueden utilizar las pruebas en forma de grabaciones y habitualmente se aceptan en los juicios.

Modificación en el protocolo de acoso del Sermas

El Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid incluye ahora la actualización del protocolo de prevención y actuación ante las situaciones de conflictos internos y frente todos los tipos de acoso en el trabajo en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas). En ella, por primera vez, se hace mención a los «derechos digitales» de los profesionales sanitarios, en el apartado dedicado a la confidencialidad del procedimiento.

El documento también incluye que las Gerencias, con la colaboración de los Servicios de Prevención y de los representantes de los empleados públicos, deberán «promover actuaciones específicas, en el marco de la formación continuada propia de cada centro, para dar a conocer el protocolo. Tal y como ha especificado Sheila Justo, en situaciones de conflicto o de acoso, tanto los trabajadores afectados como su representante legal pueden iniciar el procedimiento. Asimismo, pueden ponerlo en marcha los delegados de prevención y los representantes sindicales donde el afectado preste servicio, cualquier empleado que tenga conocimiento directo, el director del centro o jefe de unidad, y el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales.

Fuente: Redacción Médica

 

2. AMYTS en los medios: rechazamos los traslados forzosos de médicos en Atención Primaria; Sheila Justo valora el retraso en la formación MIR…

EL PAÍS: La Atención Primaria en el Madrid de Ayuso: médicos obligados a cambiar de pacientes y centro de salud en 16 horas

Sanidad comunicó a cinco médicos del centro de Sanchinarro que debían abandonar su puesto de trabajo obligatoriamente para trabajar desde el día siguiente en Las Tablas.

El centro de salud de Las Tablas se ha estrenado con la plantilla incompleta, traslados forzosos de profesionales y agresiones verbales de algunos pacientes desatendidos, según denuncia el sindicato Amyts.

“Querían abrir el centro de salud [el 1 de diciembre] y está manga por hombro”, dice por teléfono Carolina Pérez, delegada de prevención de riesgos laborales del sindicato Amyts. “Contábamos con que el aviso lo harían con suficiente tiempo, y al final han hecho lo que han querido”, añade Pérez, médico de familia y vecina del barrio. “Los profesionales se ven obligados a abandonar una plaza con unas condiciones laborales que ellos han elegido [en Sanchinarro], ya sea por traslado u oposición, para ir a un centro de salud [Las Tablas] que no está como debería estar”.

Además, la facultativa, que ha estado en contacto con los médicos y pediatras de ambos centros, comenta que los vecinos “están enfadados”, porque a algunos les han cambiado de médico y de horario y no les permiten revertir dicho cambio. “Ha habido varias agresiones verbales. Lo han hecho deprisa y corriendo, porque prometieron que se abría en 2023, pero no está funcionando bien. Con una plantilla escasa, la unidad de cuidados paliativos norte la iban a trasladar allí y está sin trasladar y las unidades de atención específica no están funcionando”, enumera Pérez.

DIARIO MÉDICO: Sheila Justo (CESM): «Se debe intentar dar cobertura todo el año con contratos largos y estables»

El sindicato CESM ha pedido al Ministerio de Sanidad que esté alerta para garantizar la formación de lo MIR de último año que no terminan su residencia hasta finales de septiembre, lo que previsiblemente complicará la cobertura asistencial en verano, según alertó la Organización Médica Colegial (OMC) en un informe que adelantó Diario Médico en primicia. Sheila Justo, secretaria MIR de CESM, reconoce que algunas autonomías han planteado «ocurrencias» ilegales para salvar la situación: «Lo que ha pasado en invierno con la gripe nos pasará en verano con los golpes de calor y las vacaciones. Las contrataciones deben hacerse asumiendo las situaciones de mayor sobrecarga de todo el año».

La promoción MIR que empezó en 2020 no se incorporó a su plaza hasta finales de septiembre debido a la pandemia. Cuatro años después, unos 5.700 MIR no estarán disponibles para ser contratados como especialistas de cara a la cobertura de verano. Debido al déficit de profesionales del sistema, sobre todo de médicos de atención primaria, la OMC ha publicado un informe en el que expone dos posibles escenarios: que se modifiquen los itinerarios formativos con objetivos asistenciales, asumiendo funciones propias de especialistas sin la debida supervisión y que incluso se den por terminados los contratos de residencia antes de tiempo para que salgan antes al mercado laboral. Ambos escenarios serían ilegales.

Justo explica a Diario Médico que precisamente en una ejecutiva de CESM representantes autonómicos comentaron que se les habían comentado desde algunas comunidades estas dos posibilidades. De ahí que se pusieran a mediados de enero en contacto de manera informal con el Ministerio de Sanidad para alertarles de las «ocurrencias» planteadas específicamente para salvar la falta de médicos de Familia y recordar a la institución su papel como garante de la formación MIR. Matiza no obstante que estas dos posibilidades «no se han puesto por escrito, ni se han trasladado; es una iniciativa que se ha planteado de forma desesperada«.

Por si acaso la necesidad aprieta en unos meses, la vocal MIR de CESM plantea las diferentes ilegalidades que se podrían dar, de las que Semfyc también se ha hecho eco con motivo del mismo informe. «No se puede terminar antes de los cuatro años la formación de los MIR. Hay evaluaciones anuales y otra al final de la residencia. Incluso en esa evaluación final se puede plantear una prórroga de tres meses del contrato del MIR». Lo normal es que el residente de último año tenga más autonomía, «pero sigue con la supervisión de un adjunto, porque necesita ser evaluado para tener el título«.

Justo plantea que además se podría plantear la incompatibilidad entre el contrato de residente y otras fórmulas para que den asistencia «y eso podría suponer una sanción grave. No se puede poner en peligro a los residentes y desde luego no utilizarlos a conveniencia, como siempre», critica.

La portavoz de CESM recuerda que a raíz de la pandemia el Ministerio de Sanidad llegó a permitir la prórroga de los contratos de los MIR de último año más allá de mayo, pero que gracias a la presión profesional eso se frenó y pudieron terminar su formación y ser contratados como especialistas en la fecha prevista. «Ahora se da la situación contraria, en este caso adelantar el fin de la residencia porque nos conviene, y esto ya decimos que es ilegal y el ministerio está advertido de que esta situación no se puede dar», advierte Justo.

La representante sindical lamenta que «muchas medidas excepcionales que se pusieron en marcha con la pandemia de covid-19 se han ido perpetuando, por ejemplo, la contratación de los médicos sin título de especialista«.  No obstante, «la pandemia fue hace cuatro años y esta situación se podía prever. Esto lo que nos dice es que es un déficit de profesionales crónico. Si esperamos que los residentes cubran los momentos de mayor necesidad como las vacaciones se está dando por hecho que el sistema está contratando con contratos precarios para dar soluciones muy inmediatas, pero que en ningún caso son soluciones reales».

Explica que para planificar bien los recursos humanos, hay que contar con factores como las vacaciones del personal y una estimación de días de baja. En opinión de Justo, «se debe intentar dar cobertura todo el año con contratos largos y estables»; lo contrario debilita al sistema e incentiva la marcha de los médicos jóvenes al extranjero. «Los residentes son una parte ‘extra’ del sistema pero el sistema no son los residentes, lo son las plantillas».

 

 

3. Nuevo artículo de Julián Ezquerra, presidente Honor de AMYTS, en Redacción Médica: «MIR, cambiar o no cambiar, esa es la cuestión»

Dice Ernesto Sábato que “nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día”. Esta frase resumen muy bien mi pensamiento acerca de lo que es el MIR, extensible a las otras formaciones sanitarias especializadas, un modelo de formación especializada reglado para médicos y otros facultativos, que nació allá por el año 1978, aunque ya años atrás existía la formación en escuelas profesionales y en varios hospitales se creó la figura del médico interno. Modelo de formación basados en la “residencia” del médico interno. Todo ello se terminó regulando en el año 1978 mediante el Real Decreto 2015/1978, de 15 de julio, por el que se regula la obtención de títulos de especialidades médicas.

Hay que leer este Real Decreto para comprender los cambios que luego se han ido sucediendo; es necesario conocer el origen y posterior evolución de lo que en el se contempla. Desde las especialidades que en ese año 1978 se definen hasta lo que se dice en su artículo 5, que de forma literal establece lo siguiente:

Las enseñanzas de especialización podrán cursarse:

a) Por el sistema de residencia en los Departamentos y Servicios hospitalarios y, en su caso, extrahospitalarios, que reúnan los requisitos mínimos de acreditación.
b) En las Escuelas Profesionales de Especialización Médica, reconocidas por el Ministerio de Educación y Ciencia o que en lo sucesivo se reconozcan y que reúnan los requisitos mínimos de acreditación.
c) En los Departamentos de las Facultades de Medicina para las especialidades de las disciplinas que integran cada uno de aquéllos, previa la correspondiente acreditación.
d) Para las especialidades que requieren una formación multidisciplinaria, podrán agruparse varios centros para solicitar la acreditación.
e) Por la convalidación en España de la formación especializada adquirida en el extranjero.

Llama la atención que se permite y regulan las vías alternativas al sistema de residencia, alternativas que decayeron y quedaron fuera dado que el modelo de residencia se ha impuesto y nadie duda de que ha sido un modelo de éxito, lo que no quiere decir que no requiera de actualización y cambios.

Se crea la Medicina Familiar y Comunitaria como una especialidad más, pero no hay estructura para su desarrollo. No hay Centros de Salud, sus orígenes están ampliamente influenciados por los especialistas en Medicina Interna y Salud Pública y está sin definir el programa docente. Los problemas vinculados a la nueva especialidad eran propios y para nada se podían asemejar al resto de especialidades.

El Sistema Nacional de Salud, su desarrollo y su modelo, está basado en niveles asistenciales; por un lado la Atención Primaria, no voy a entrar ahora en cómo se gestó la urgencia extra hospitalaria, y por otro la Atención Especializada; modelo en el que durante décadas y aún en estos momentos, no termina de entenderse que ambos son “especializados”; duele ver que tras 45 años no ha calado entre los propios profesionales y los pacientes que, el médico de Familia, es tan especialista como lo puede ser, por ejemplo, el cirujano torácico o el internista; médico general, médico de cabecera o, lo que es peor, médico de Atención Primaria, son términos mucho más asentados que el de Médico de Familia.

Pero la historia continúa y en 1995 una Directiva Europea establece como necesaria una formación específica de al menos 2 años. El ejercicio de la medicina “general” en el ámbito de la asistencia pública precisa como requisito la formación especializada. Se crean entonces dos tipos de médicos de Familia, la vía MIR y los denominados “pre-95”, aquellos que terminaron antes de 1995 su licenciatura en medicina y estaban facultados para el ejercicio como médicos de Familia.

Durante años se ha convivido con los dos modelos, no sin suspicacias y ciertas dificultades para salvar el acceso a las OPEs de los unos y los otros, haciendo posible que la irrupción importante de los especialistas vía MIR no dejase sin opciones a los que seguían siendo una gran cantidad de médicos de Familia que ejercían la especialidad de forma adecuada. La valoración del MIR a efectos de méritos en la OPE se negoció y se llegó a un acuerdo que daba satisfacción a ambas partes.

Pero la historia no termina ahí. La Atención Primaria se ha convertido en la base del Sistema Sanitario, bueno, mejor decir que se dice que se ha convertido en la base del Sistema, aunque la realidad es que esta base tiene los pies de barro y está en franca descomposición. Faltan médicos, especialistas de Medicina de Familia y Pediatría, las causas son múltiples y bien conocidas. Esta carencia de especialistas ha dado origen a un serio problema, un retroceso de décadas, la vuelta al modelo de médico licenciado/graduado sin especialidad que ejerce como médico de Familia, fuera de la legalidad y consentido por las Administraciones, un posible intrusismo que hay que parar.

Llegado a este punto, tras ver lo sucedido este año con el examen MIR y la polémica por una pregunta infame acerca del ejercicio de un médico y su catalogación como posible trastorno de la personalidad, me planteo si ya ha llegado el momento del cambio, si es preciso modificar el acceso a la formación especializada, si el modelo actual se ha quedado obsoleto.

Medicina sigue siendo la carrera más larga, 6 años de formación, en ella se estudian las asignaturas básicas y también las diferentes materias propias de las especialidades, incluyendo conocimientos que van más allá de lo que se podría considerar mínimos necesarios. Ha cambiado muy poco el estudio de mi licenciatura en medicina con el actual grado de medicina. Esto sería un primer debate que debemos acometer. ¿Es necesario cambiar el contenido de los estudios de Medicina? ¿Dado que es necesaria la posterior especialización, es posible acortar el número de años? ¿Debe aumentarse la duración para incluir la formación como generalista, como médico de Familia, en los estudios de quien así lo desee? ¿Es necesario hacer dos itinerarios diferenciados para el que desea ser generalista y los que quieran optar a otra especialidad? ¿Hay que adecuar el número de plazas acreditadas para la formación como médico de Familia y el número de egresados? ¿Es posible diferenciar el examen para la formación especializada entre los que desean acceso a Medicina Familiar y el resto de los especialistas? Me podría plantear muchas otras preguntas, todas ellas de compleja respuesta, de discusión y difícil consenso. En cada una de ellas sería posible ahondar y escribir un artículo de opinión.

Volviendo al título de este artículo, “MIR, cambiar o no cambiar, esa es la cuestión”, ¿seguimos cómo estamos o cambiamos? Seguimos haciendo lo mismo, permitiendo que el deterioro progresivo acabe obligando al cambio cuando el Sistema muera, o hacemos cambios antes y con planificación adecuada. Lo que no podemos ni debemos hacer es seguir mirando hacia otro lado e introducir adulteraciones y permitir el retroceso y la vuelta, por la puerta de atrás, al modelo médico licenciado/graduado es igual a médico de Familia especializado. Y que conste que, en diferente medida, también hay que replantearse el modelo de acceso a las otras especialidades.

Fuente: Redacción Médica

 

4. V CONFERENCIA INTERNACIONAL DE SINDICATOS MÉDICOS. «Que no nos agredan es un derecho del trabajador y una obligación del empresario»

La primera mesa de la V Conferencia Internacional de Sindicatos Médicos celebrada en Alicante los días 25 y 26 de enero organizada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) en colaboración con CESM CV y el Colegio Oficial de Médicos de Alicante abordó la Salud Laboral, el burn out y la violencia en el ámbito médico. Moderada por José Santos, presidente del European Council of Medical Orders (CEOM), contó con la participación de María Jesús Hernando, de la aseguradora Relyens EspañaPablo Maciel, del CICOP argentino y de Jorge Curiel, secretario técnico de Salud Laboral de CESM.

En su primera intervención, y como presidente de CEOM, José Santos quiso enfatizar la importancia de que se hablara de violencia contra los profesionales, un fenómeno global que ha sufrido un enorme aumento en el número de agresiones individuales y físicas. «Todos los médicos y otros profesionales de la salud tienen derecho a trabajar en un entorno seguro y sin amenazas de violencia física ni psicológica, es un principio básico e incuestionable. Debemos enfatizar la importancia de alentar a los médicos a denunciar actos de violencia sufridos, hay que exigir tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia. Debemos promover e implementar programas de prevención de la violencia y de cumplimiento de las leyes relativas a la violencia y considerarlos como delitos graves y prioritarios. También promover y apoyar a los médicos y sus familias en el tratamiento de la violencia y el burn out, y que éste se considere como un tipo de violencia sociopsicológica y una forma en sí mismo de violencia», explicaba.

Por su parte María Jesús Hernando aportó la experiencia de la aseguradora, destacando algunos avances en los últimos años como la creación de la figura del interlocutor policial sanitario y señalando que la mayoría de denuncias son por agresión verbal, algunas por agresiones físicas, por agresiones por amenazas y coacción y también por difamación en redes sociales, poniendo ejemplos de 3 sentencias. «Lo que hacemos es formar al personal sanitario ante este tipo de incidentes, asesoramos para intentar aminorar esta lacra que va aumentando progresivamente. Velar por la seguridad de los profesionales sanitarios no debe hacerse a posteriori, debe ser algo a priori«, afirmaba.

Pablo Maciel quiso aprovechar su intervención para exponer las conclusiones de la primera Conferencia Latinoamericana en Buenos Aires, afirmando que es un denominador común que se está viendo un incremento de la violencia a nivel general, con sociedades cada vez más violentas que generan un fuerte impacto físico, psicológico y emocional en los trabajadores, y la violencia en el ámbito laboral se ha transformado en una de las principales preocupaciones de los médicos. «Faltan políticas de protección por parte del Estado, tanto en prevención como en el abordaje de las víctimas, ya sea de trabajadores, profesionales o pacientes. El número de casos de burn out ha crecido tanto en profesionales como en estudiantes, pues desde el inicio tienen una enorme carga de estrés. La mayoría de países de la región no tienen protocolos oficiales para la atención del burn out, en la mayoría de los casos somos las asociaciones gremiales las que desarrollamos protocolos, las que ayudamos a las víctimas para acompañar a los compañeros», lamentaba.

Maciel también comentó los resultados de una investigación llevaba a cabo en la ciudad de La Plata, en la que casi el 70% de personas que trabajan en hospitales públicos sufrió en algún momento una situación violenta. Sobre la preocupación acerca del tema, hay un 74% que lo sitúa en un lugar central en las agendas. Enfermería recibe mayormente la violencia física, y aunque se simplifica un poco el tema, la violencia psicológica ocupa el 57% y es la que más problemas conlleva. Además, el 9% de quienes son víctimas consulta a un profesional en salud mental, y los residentes son el sector más afectado y preocupado, algo que tiene que ver con varios motivos, como que ocupan lugares de trinchera en las guardias generales y a la vez tienen una percepción diferente de la violencia, ya que décadas atrás quizás se naturalizaba pero ahora lo identifican y lo expresan.

Según la comparativa, el sector público está mucho más afectado tanto por la violencia física como la psicológica y el déficit de infraestructura. Las mujeres son quienes reciben mayormente la violencia y solo al preguntar por la alteración del sueño la cifra es mayor en varones. En la violencia psicológica e interna, es mucho más frecuente en mujeres y ahí además está enmascarada la violencia de género.

«Hemos conseguido que tanto la OMS como la OIT reconozcan la violencia como obstáculo en la tarea de garantizar la calidad de los servicios públicos en la atención de la salud. Debemos exigir la protección integral de los trabajadores y de los usuarios de la salud con la implementación de protocolos de actuación en lo referente a eventos de violencia», sentenciaba.

¿Cómo actuar?

Por último intervino Jorge Curiel, quien enfatizó que «que no nos agredan es un derecho, el burn out no puede ser algo normal. Hay normativas internacionales (OIT, OMS) que reconocen la salud laboral y han determinado que el burn out es un factor de riesgo y ahora que es enfermedad profesional dio un plazo de 18 meses para tomar medidas. En España aún estamos esperando. Tenemos que reivindicar nuestro derecho. Está en la Constitución, en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la salud es un derecho del trabajador pero también una obligación del empresario«.

Trayendo a colación la pregunta del examen MIR que señalaba un posible trastorno de personalidad en un médico sobrecargado, Curiel explicaba que lo que no se está midiendo son «las condiciones que nos llevan a eso, y es porque la persona lo tiene asumido, es un síndrome de Estocolmo que nos tenemos que tratar. Somos un colectivo desunido, hasta entendemos que nos maltraten. Los servicios de salud de prevención de riesgos casi no atienden a médicos, no somos conscientes y creemos que es normal pasar lo que estamos pasando, pero esto se tiene que acabar y la única manera es que los sindicatos hagamos nuestro trabajo», recordaba.

El responsable de Salud Laboral de CESM hacía hincapié en la violencia interna, aquella producida por la propia institución, la mala organización, la mala planificación, las amenazas o los chantajes «que todos hemos sufrido. Desde que entramos a la facultad empiezas a sufrir esas amenazas. ‘Como no tragues lo que te estoy diciendo esto tendrá repercusiones sobre tus progresiones laborales’, por ejemplo. Los mandos muchas veces no se eligen por su capacidad científica o profesional, sino porque van a hacer lo que les digan y van a pasar por encima de nosotros. Tenemos un Observatorio de la Violencia pero de la violencia externa, pero ¿si el que me maltrata es el jefe de mi Servicio, mi Administración? Ahí tenemos que actuar los sindicatos porque si no nadie más lo va a hacer. Al final dos grupos que debían estar unidos, que son médicos y pacientes, están enfrentados», lamentaba.

Ante esta situación, Curiel recordaba que como sindicato, y teniendo la ley a su favor, solo hay que obligar a su cumplimiento, no negociar la ley. Y esto se hace con tres tipos de prevención:

  • Primaria; evaluación de la propia organización. Evaluación de riesgos integral del puesto de trabajo. Información y formación. Declaración de incidentes laborales. Solicitud de adaptación del puesto de trabajo. Implantación de medidas preventivas, seguimiento y evaluación de las mismas. Denuncias a la Inspección de Trabajo.
  • Secundaria; vigilancia de la salud inicial y periódica. Declaración de accidentes laborales y enfermedades profesionales. Implantación de medidas correctoras, seguimiento y evaluación de las mismas. Adaptación o cambio del puesto de trabajo. Determinación de contingencia. Denuncias a Inspección de Trabajo. Demandas judiciales.
  • Terciaria; evaluación periódica del puesto de trabajo y adaptación del mismo. Programas de rehabilitación e inserción laboral. Reclamación de indemnizaciones.

Para todo esto, Curiel explicaba cuál es el procedimiento, para que los compañeros sean conscientes de que tienen derecho a la protección a la salud:

  1. Solicitud individualizada por cada profesional. Solicitud presentada al delegado provincial.
  2. Comunicación de incidentes/accidentes.
  3. Denuncia a la Inspección de Trabajo.
  4. Solicitud de adaptación del puesto de trabajo. El trabajo se tiene que adaptar al trabajador.
  5. Declaración de accidente de trabajo con baja. «Tenemos que tener claro que los médicos tenemos que irnos cuando nos está afectando a la salud, y no vuelves si eso no está arreglado. Si nos vamos todos pues nos vamos todos, porque si lo vamos a hacer mal, no lo hacemos», decía.
  6. Demanda judicial por incumplimiento de las obligaciones en materia de prevención de riesgos y el deber de protección eficaz de la salud. Determinación de contingencia, recargo de prestaciones, indemnización y determinación de responsabilidades civiles y penales e imposición de medidas cautelares y de prevención.

Fuente: CESM

 

5. V CONFERENCIA INTERNACIONAL DE SINDICATOS MÉDICOS. «La relación médico paciente es un bien social, lo es desde el principio de los tiempos y se practica de forma universal»

La ponencia inaugural de la V Confederación Internacional de Sindicatos Médicos celebrada en Alicante los días 25 y 26 de enero corrió a cargo del presidente de honor de CESM, Patricio Martínez, quien además de abordar la candidatura de la relación médico paciente como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco, hizo un breve recorrido por la historia del sindicalismo médico profesional.

Martínez recordaba que cuando la profesión fue englobada en el Estatuto Marco «tuvimos que ganarnos la vida, coaligarnos con otras organizaciones para intentar llegar a las Mesas de Negociación», y lamentaba que ahora «el acto médico se ha burocratizado y la relación médico paciente está amenazada».

En este sentido, el presidente de honor de CESM admitía que el médico no se siente representado y que tiene derecho de reclamar la mesa del profesionalismo y del conocimiento médico. Así lo señalaba la Carta del Profesionalismo de 2002, que incorporaba el compromiso de la mejora continua de la asistencia médica en sus diferentes dimensiones (técnica, social y humana) a través de los valores bioéticos de integridad, honestidad, compasión, altruismo, justicia social, calidez afectiva y trato digno. «Todos estos principios facilitan que en los pacientes se desarrolle un elevado nivel de confianza, es el binomio conocimiento-confianza que se pone de manifiesto en la oración de Maimónides», decía.

Martínez se mostraba partidario de una renovación del sindicalismo médico, ya que «debemos buscar una nueva forma de representación, redefinir competencias, la autoestima profesional, la satisfacción por el trabajo bien hecho. Cambiemos el concepto de capital trabajo por capital conocimiento. Es necesario un nuevo contrato social entre médicos y pacientes, y ese contrato social implica respetar los derechos laborales, profesionales y sociales. Es nuestro derecho, que nos devuelvan el placer de ser y hacer de médico», comentaba.

El impulsor de la candidatura de la relación médico paciente como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco recordaba logros conseguidos en este camino del sindicalismo médico, como la creación del Consejo de la Profesión Médica en Cataluña en 2006 o del Foro de la Profesión Médica de España en 2008, que nace con la convicción de unir, cohesionar y coordinar la representación de las instituciones representativas de los médicos, buscando siempre la dignificación de la profesión médica y la calidad del ejercicio profesional.

Respecto a la relación médico paciente, señalaba que es el encuentro de amistad entre dos personas, el médico y el paciente, que se comunican entre sí, el uno como persona enferma y el otro como persona capaz de prestarle ayuda desde sus conocimientos técnicos y habilidades profesionales para cuidar, curar, consolar, acompañar. «Es un encuentro mágico del que habla el presidente de la Real Academia de Medicina que cuenta con fundamentos antropológicos e históricos. Hay factores que intervienen, dependientes del paciente, dependientes del médico, dependientes del entorno (financiación, política sanitaria, planificación, organización del sistema, etc.)», exponía.

En esta relación existen amenazas y también beneficios. Entre las primeras, que son numerosas y se corre el riesgo de la desnaturalización, están las influencias de tipo políticas, económicas industriales, el cientificismo, los límites de la Medicina, amenazas dentro de la propia Medicina, la telemedicina, etc. Sin embargo, también están los beneficios, ya que la Medicina sigue siendo altamente valorada en este país. Citaba la recuperación de la salud, la mejoría del bienestar, la evitación del sufrimiento y el acompañamiento en los momentos difíciles del pacientes, «beneficios innegables, valores culturales a inmateriales. Es un bien social y lo es desde el principio de los tiempos y se practica de forma universal«, admitía.

Martínez recordaba cuáles eran los criterios de la Unesco para la declaración de este tipo de bienes de la Convención de París de 2003, como que se trate de una obra maestra de genio creativo humano, que sea un intercambio de valores humanos, un testimonio único o excepcional de una tradición cultural, etc. Y en este sentido exponía cómo se estaba internacionalizando la candidatura, con los acuerdos de la Conferencia Médica Latinoamericana del Caribe (42 entidades de 21 países), las Asambleas en Lima en noviembre de 2017 o la Declaración de Córdoba.

«La relación ha evolucionado a lo largo de la vida, y debemos conseguir la colaboración y complicidad de los pacientes y de sus organizaciones representativas para situar la relación médico paciente como núcleo fundamental de una asistencia sanitaria centrada en la persona. Destaco la decisión del Foro de la Profesión para llevar a cabo actividades y proyectos que la pongan como núcleo fundamental. Yo estoy motivado para llegar a lo que nos merecemos: ser médicos y estar en la Unesco», sentenciaba Martínez.

Fuente: CESM

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *