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Boletín Diario Informativo de AMYTS del 3 de abril de 2023

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1. La reunión de la Consejería y el comité de huelga de facultativos de hospitales termina sin acuerdo y la huelga del 19 de abril sigue adelante

2. AMYTS en los medios: gran interés por la reunión entre el Comité de Huelga de Hospitalaria y la Consejería de Sanidad

3. AMYTS pide respeto a Lasquetty ante el «sobreesfuerzo» de los médicos

4. CON FIRMA. «El caos de BICIMAD como ‘metáfora’ social… y sanitaria», por Miguel Ángel García

5. ¡Nueva viñeta de Mónica Lalanda para AMYTS! «Jamás desaparece lo que jamás se olvida»

1. La reunión de la Consejería y el comité de huelga de facultativos de hospitales termina sin acuerdo y la huelga del 19 de abril sigue adelante

La Consejería de Sanidad se ha reunido este viernes con el comité de huelga de Atención Hospitalaria integrado por los sindicatos Amyts y AFEM. Sin embargo, la reunión con el Viceconsejero y la Directora General de RRHH ha terminado sin acuerdo y, por tanto, la huelga del próximo día 19 de abril sigue adelante.

El presidente de AMYTS, Daniel Bernabéu, había expresado previamente su deseo de ver «gestos firmes» de la Consejería de Sanidad para rubricar un acuerdo que permitiera desconvocar de manera definitiva los cuatro días de huelga de facultativos de los hospitales previstos el 19 de abril, el 21 de junio, el 20 de septiembre y el 19 de octubre. Pero no ha habido disposición de la Consejería para que eso fuera así.

Desde la Consejería de Sanidad no han compartido ningún posicionamiento concreto sobre el incremento de la hora de guardia ni otras retribuciones ni complementos para solventar el agravio retributivo en la Comunidad de Madrid respecto a la media nacional.

Tampoco ha habido avances en cuanto a la consideración de los salientes de guardia ni una respuesta sobre las alegaciones presentadas por AMYTS al cumplimiento de la jornada actual al respecto de la flexibilidad. Además, no se han podido tratar ninguna de las otras reivindicaciones.

En ese sentido, desde AMYTS les hemos traslado el profundo malestar que han causado las desafortunadas declaraciones del Consejero de Hacienda esta semana en relación a nuestra demanda de la jornada de 35 horas. 

No hay fecha por el momento para una siguiente reunión con la Administración. Comunicaremos fecha y hora para reunión con los afectados la semana del 10 al 14 de abril.

Fuente: AMYTS

 

2. AMYTS en los medios: gran interés por la reunión entre el Comité de Huelga de Hospitalaria y la Consejería de Sanidad

EL PAÍS: Los médicos de los hospitales irán a la huelga tras no llegar a un acuerdo con la Comunidad de Madrid

EL DIARIO: Los médicos de hospitales de Madrid irán a la huelga al no llegar a un acuerdo con la Consejería

ABC: La huelga hospitalaria del 19 de abril en Madrid sigue adelante

20 MINUTOS: Los médicos de los hospitales de Madrid harán huelga este 19 de abril

LA VANGUARDIA: El comité de huelga de Hospitalaria mantiene la huelga del 19 de abril ante la falta de avances con la Consejería

REDACCIÓN MÉDICA: La falta de acuerdo mantiene los paros previstos en Atención Hospitalaria

EL BOLETÍN: Los médicos de los hospitales también irán a la huelga en Madrid

EUROPA PRESS: El comité de huelga de Hospitalaria mantiene la huelga del 19 de abril ante la falta de avances con la Consejería

MADRIDIARIO: La huelga en Atención Hospitalaria se reactiva tras una nueva reunión sin acuerdo

LA VANGUARDIA: Comité de huelga de Hospitalaria traslada su «resquemor» al no recogerse la «flexibilidad» en el cumplimiento de jornada

 

3. AMYTS pide respeto a Lasquetty ante el «sobreesfuerzo» de los médicos

La secretaria general de Amyts, Ángela Hernández, ha expresado este viernes su apoyo a la vuelta de la jornada de 35 horas semanales y ha asegurado que le duelen las declaraciones del consejero de Economía, Javier Fernández-Lasquetty, en las que afirmó que los profesionales sanitarios querían trabajar «menos», porque en los hospitales se está cubriendo la asistencia con el «sobreesfuerzo» de los médicos que superan las 37,5 horas semanales entre la jornada ordinaria y las guardias.

Lasquetty dijo el pasado martes que la Comunidad de Madrid no tiene ningún proyecto de reducir la jornada laboral a 35 horas semanales, ni en el ámbito de la sanidad ni en el conjunto de los funcionarios públicos de la región, porque tendría «un coste muy alto».

El consejero argumentó que «mientras todo el resto de la gente trabaja 40 horas a ellos les parece que es mucho trabajar 37,5 y, teniendo su plaza de por vida, creen que a diferencia del resto de los trabajadores deberían trabajar cinco horas menos a la semana».

Hernández ha explicado que los médicos de los hospitales no solo trabajan 37,5 horas a la semana, sino que además tienen una jornada complementaria, que «por desgracia no cuenta como tiempo trabajado de cara a la jubilación, que son las famosas guardias y que hacen que en demasiadas ocasiones muchos médicos a día de hoy estén sobrepasando las 48 horas semanales que marca Europa en el cómputo de seis meses», por lo que ha pedido a Lasquetty «un poco de respeto porque se está cubriendo la asistencia con ese sobreesfuerzo».

Amyts, el sindicato médico mayoritario en la Comunidad de Madrid, siempre ha apoyado la vuelta de l jornada de 35 horas semanales, pero tanto en la Mesa Sectorial de Sanidad por parte de la Dirección General de Recursos Humanos como por parte de las organizaciones que están representadas en la Mesa General de la Función Pública se ha dicho que es un tema de Función Pública.

Sobre este asunto se ha pronunciado antes de entrar en la reunión de la Consejería de Sanidad con el comité de huelga de Atención Hospitalaria integrado por los sindicatos Amyts y AFEM para concretar los compromisos que alcanzaron la semana pasada y que supusieron la desconvocatoria de la jornada de huelga del 22 de marzo.

Una de las cuestiones que se abordará en la reunión es la propuesta de la Administración regional para modificar la instrucción quinta sobre la organización del cómputo de jornada de 37,5 horas, que se planteó en la Mesa Sectorial de Sanidad del pasado miércoles.

La secretaria general de Amyts ha afirmado que acude a la reunión con las mejores expectativas, pero también con «cierto resquemor».

Ha indicado que en el acuerdo para suspender la jornada de huelga el 22 de marzo se incluyó que «el cumplimiento específico de la jornada de 37,5 horas, que solamente corresponde a los que hacen guardias en la Comunidad de Madrid, que no se repite en ningún otro sitio de España y que supone la detracción de 232 euros de horas de guardia ordinaria», se hiciera «con voluntariedad y con flexibilidad, conforme a la especificidad que tienen 47 especialidades médicas y más de 34 hospitales de diferente complejidad».

Sin embargo, en la propuesta que la Consejería elevó a la Mesa Sectorial el miércoles «sí recogieron la voluntariedad, pero no contemplaron la flexibilidad». En este punto, ha abogado por «dar autonomía a los centros».

Fuente: La Vanguardia

 

4. CON FIRMA. «El caos de BICIMAD como ‘metáfora’ social… y sanitaria», por Miguel Ángel García

Soy usuario de Bicimad. Ya utilizaba ocasionalmente la bicicleta para moverme por Madrid, y la conjunción de la pandemia (y el intento de evitar las aglomeraciones de otros medios de transporte público), el calor de las primeras horas de la tarde en algunas épocas del año (que endurece el uso de la bici “mecánica”) y el disfrute de las tardes soleadas y tibias de primavera y otoño (con una brisa que te susurra en la cara) me llevaron a descubrir, utilizar y, finalmente, aficionarme a este recurso público. No es que su funcionamiento fuera perfecto, desde luego, pero tampoco era disuasorio, al menos para mí.

Desde hace 15 días ese funcionamiento se ha hecho desesperante. Una semana antes recibí en la app de Bicimad el aviso de que debía inscribirme en otro sistema de gestión de transporte público integrado de la EMT, y uno o dos días después comencé a ver, en las estaciones del sistema, unas extrañas (y, por cierto, más pequeñas y bajitas) bicicletas azules. Al no haber recibido ninguna información específica al respecto, busqué en internet para enterarme de que se había iniciado un período de transición entre el sistema que veníamos utilizando y el nuevo que se extendería progresivamente a lo largo de cuatro meses, período durante el cual el uso del sistema sería gratuito.

Mis primeros intentos con las nuevas bicicletas fueron infructuosos, incluso con la nueva app y ya de alta en el nuevo sistema. Pero poco a poco mi desesperación fue aumentando cuando me encontraba las estaciones vacías o, en mucho menor número, llenas de bicicletas inutilizables. Para colmo, la app funcionaba de manera errática y no permitía que te hicieras una idea cabal de qué te podrías encontrar en las estaciones habituales. Y la vieja tarjeta, aún operativa, no conseguía activar las nuevas bicicletas; sólo podría hacerla con las viejas que encontraba muy esporádicamente en algunas estaciones… y más tarde en la calle, en cualquier lugar aparcadas (aunque estas no podía activarlas, ya que para eso necesitan estar enganchadas en una estación).

Volví a consultar internet, ante la ausencia de información oficial. Y allí me enteré de que, al parecer, había desaparecido un elevado número de bicicletas, y la causa estaría en un mal uso (intencionado o por desconocimiento) de las mismas por los usuarios, que las abandonarían en muchos casos fuera de las estaciones, en medio de la calle o, incluso, en urbanizaciones privadas. Parece que la gratuidad y la desinformación habrían hecho posible esa actitud.

La app continúa sin abrirse en la mayoría de las ocasiones, y lo de encontrar una bicicleta Bicimad ya se me ha hecho casi tarea imposible. Menos mal que Metro y EMT continúan funcionando (¿se imaginan, por cierto, que ese caos se hubiera producido en estos sistemas de transporte?).

Curiosamente, el período de transición, en que el sistema es gratuito y se haría muy visible con el cambio de color la renovación del mismo, coincide con el período electoral, quedando justo en su punto medio la jornada electoral. Es evidente, pues, que se trata de un caso clarísimo de populismo electoralista, como cada vez es más frecuente en nuestro entorno. Se intenta burlar con ello la prohibición de inauguraciones preelectorales pero, al ser un proceso extendido en el tiempo, permite que la propaganda electoral ¿subliminal? ejerza su efecto sobre la campaña y el momento de la votación. Ahora bien, le ha salido fatal al actual alcalde de Madrid, y o lo arregla pronto o va a tener en plena vigencia una contracampaña creada por él mismo…

Más allá de esto (algo muy extendido en nuestro panorama electoral, y los fallos no son siempre evitables), la situación da mucho que pensar, y refleja procesos de degeneración muy claros de nuestra sociedad, que voy a tratar de desarrollar y que son la causa de que traiga este tema a nuestras páginas.

En primer lugar, la falta de consideración que hacia las personas concretas tienen nuestros próceres. Que ninguna información nos haya llegado a los usuarios ni del cambio de sistema ni de la situación que se iba generando, y que además el Ayuntamiento haya tardado varios días en reconocer y explicar la situación, muestra claramente que lo único que les interesa son sus propios intereses políticos. Interesaba que se vieran las bicicletas, y poco más, aunque fuéramos los usuarios quienes tuviéramos que buscar la información por nuestra parte, sobre todo al encontrarnos con una situación progresiva de caos del sistema.

En segundo lugar, que no se invierte lo suficiente en soportes informáticos, a pesar de la promoción del uso de las tecnologías que hacen nuestras administraciones. Los cambios de sistema informático hay que cuidarlos mucho, y sin embargo parece que se aprovechan las ofertas de peor calidad cuando esos cambios se producen en organismos públicos, dejando colgados a los sanitarios en el uso de historias clínicas o, como en este caso, a los usuarios de Bicimad sin saber muy bien si podrán hacer un correcto uso de los dispositivos de este sistema.

En tercer lugar, la aparente falta de responsabilidad ciudadana en el uso de los recursos públicos. Una vez encontrada la información sobre el nuevo sistema, me preocupé muy mucho de entender muy bien cómo funcionaría BICIMAD durante el período de transición, y desde luego me quedó muy clarito que en ningún caso se podían dejar las bicicletas, ni las viejas ni las nuevas, en cualquier sitio, sino siempre enganchadas en alguna estación o, cuando esto no fuera posible por incompatibilidad entre ambos sistemas, aparcadas junto a la misma. Por tanto, no creo que la desaparición de tantas bicicletas se pueda atribuir a la desinformación, pues quedaba claro este extremo, o al menos no en su mayoría, aunque desde luego sea un factor nada desdeñable. Pero otro factor igualmente importante habla de responsabilidad en su uso o, más bien, de falta de responsabilidad.

Y viene aquí un elemento muy importante de nuestra decadencia. Los servicios públicos no son servicios ajenos que otros organizan y a los que tenemos derecho, no; son servicios nuestros que nosotros utilizamos y que algunos de nosotros se dedican a organizar. Si la Administración falla, o no hace las cosas bien, como es el caso, deberíamos nosotros tomar la iniciativa para arreglar ese fallo, y no aprovecharnos (o despreocuparnos) de él. Creo que hay algo de responsabilidad ciudadana, por tanto, en la desaparición de las bicicletas, sin que eso excuse en absoluto al Ayuntamiento por su cadena de errores.

Y, finalmente, no se utiliza la colaboración ciudadana. No he visto, en la “bibliografía” consultada (como he dicho, a través de búsquedas en internet, hasta la información difundida en los últimos días a los usuarios) ni una sola llamada a la colaboración ciudadana, que incluso parece que se ha vuelto contraproducente. Ya ocurrió cuando, a raíz de Filomena, se le ocurrió a nuestro alcalde solicitarla para ayudar en la limpieza de las calles, algo que para muchos era más que evidente y necesario, pero que para otros supuso un motivo de crítica política. De nuevo el servicio público como algo que “otros” deben prestar, a quien debemos exigir y a quien nosotros no tenemos que ayudar, ni aunque seamos los primeros interesados y beneficiados por ello.

Creo que cualquiera de los perjudicados usuarios de Bicimad pondríamos lo que estuviera a nuestro alcance para procurar una recuperación rápida del sistema. Ayer mismo encontré una bicicleta de las viejas sin el candado echado no muy lejos de una estación, y aunque sin batería son algo pesadas de manejar, la llevé hasta esa estación cercana, donde la dejé enganchada. También lo he intentado con las nuevas bicicletas azules, pero como dije más arriba, a pesar de activarse sin necesidad de estar en una estación, ni mi tarjeta ni mi app me permiten hacerlo y poder devolverlas a una estación que me encuentre en mi recorrido. La labor queda en manos de los empleados municipales, sin aprovechar este recurso ciudadano gratuito que, además, podría ser incentivado de alguna manera.

En fin, que nos encontramos en un caso de flagrante mal funcionamiento de un servicio público cuyo origen está en un “fallo” de cálculo del que, si bien es cierto que nadie está libre, podría haberse evitado, o reducido su impacto, con una gestión más eficaz, integral y transparente. Pero quizás sólo interesaba su impacto electoral…

¿Y qué tiene que ver todo esto con la sanidad madrileña? Todo: la forma en que se gestionan los servicios públicos, el interés electoralista que con frecuencia adquiere esa gestión, la falta de asunción de responsabilidad por parte de muchos usuarios – beneficiarios del servicio, la escasa relevancia que se da a la colaboración ciudadana en su adecuada gestión… Quizás en la crisis de Bicimad podamos ver algunos de los factores que intervienen en la crisis del sistema sanitario, sobre todo de su parte extrahospitalaria. Y quizás desde ahí podamos sacar algunas pistas para recuperar ese sistema, para reorientarlo adecuadamente y para reasumir, por parte de todos, que es un sistema nuestro en el que debemos colaborar, y no un sistema que otros gestionan para nosotros sobre el que no tenemos ninguna responsabilidad.

Bienvenida sea, todo hay que decirlo, la preocupación de tantos ciudadanos y profesionales por nuestro sistema sanitario. No todos lo vemos como algo ajeno: la sociedad y sus servicios son cosa de tod@s.

Miguel Ángel García Pérez
Médico de familia, director médico de la Revista Madrileña de Medicina

Fuente: AMYTS

 

5. ¡Nueva viñeta de Mónica Lalanda para AMYTS! «Jamás desaparece lo que jamás se olvida»

Nuestra viñetista de cabecera, Mónica Lalanda, vuelve a deleitarnos con una viñeta muy especial. En este caso, y a raíz de los Premios AMYTS ‘Un Silencio y Una Palabra’, en recuerdo de todos los compañeros que nos dejaron mientras nos cuidaban.

Por todos ellos.

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