Sobre si se sienten criminalizados por las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en las que asegura que están guiados por motivaciones políticas, Hernández ha lamentado que poner a los sanitarios así en la diana supone un riesgo para su seguridad. «Las agresiones a sanitarios son algo en aumento. Que se arroje esta sombra de sospecha sobre los profesionales nos parece una auténtica irresponsabilidad», ha dicho.

EUROPA PRESS: Los sindicatos ven un éxito la manifestación por la Sanidad Pública y piden a Ayuso replantearse el modelo sanitario

Los sindicatos de la Mesa Sectorial de Sanidad (CC.OO., UGT, CSIT Unión Profesional, Satse y Amyts) han destacado el éxito de la convocatoria multitudinaria que ha sacado a miles de madrileños a las calles de la capital para defender la Sanidad Pública y han llamado al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso a reflexionar y atender esta reivindicación del pueblo madrileño.

Desde Amyts, sindicato mayoritario entre los médicos y convocantes de las huelgas de facultativos en urgencias extrahospitalarias y de médicos y pediatras en Atención Primaria, se ha destacado que esta movilización no es algo que el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso «pueda ignorar».

«Estamos absolutamente emocionados e impresionados. Esto es mucho más grande de lo que ninguno habíamos imaginado y está claro que la población está con la Sanidad de todos, que no van a aceptar un recorte en la calidad de la asistencia y eso implica no pasar por encima de los Servicios de Atención Rural (SAR) y el resto de urgencias de atención hospitalaria», ha destacado la secretaria general, Ángela Hernández.

En este sentido, ha dicho esperar una llamada o una reunión «para ver cómo podemos solucionar esto, volver a poner lógica en la gestión sanitaria madrileña y empezar a hablar las cosas desde los cimientos». «Si es necesario, de un Plan de Urgencias y Emergencias con los profesionales, y no de espaldas a ellos», ha apostillado.

ANTENA 3: AMYTS señala al Gobierno de la Comunidad de Madrid de ser «los primeros que han politizado» la Sanidad madrileña

Las calles de Madrid se llenaron el pasado domingo de manifestantes que protestaron contra la gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid. Reivindicaron el valor de una Sanidad pública maltratada. Madrid es la comunidad autónoma en España que menos dinero invierte por habitante en materia sanitaria, por detrás de Andalucía y Murcia.

Usuarios de la manifestación masiva piden que no se deteriore. Reclaman mejoras en las condiciones de los sanitarios, especialmente en la Atención Primaria. Desde el principal sindicato médico de Madrid, creen que la imagen de la manifestación respalda sus exigencias al Gobierno autonómico. Ángela Hernández, Secretaria General de AMYTS, atiende este lunes a Manu Sánchez en Antena 3 Noticias.

Recuerda Hernández que la huelga es de unos mínimos del 100%, algo que «dificulta que se note nada». «La verdad que no queremos que se note», destaca la Secretaria General. «Hubo muchísima gente. Nos arroparon mucho, hubo aplausos, fue emocionante para los médicos el calor que recibimos de la población», algo muy importante para las circunstancias que viven.

El sindicato se reunió el viernes con el Ejecutivo que dirige Isabel Díaz AyusoUna reunión sin resultados. «Las declaraciones que hicieron tras la reunión de la mesa sectorial extraordinaria, fue como si hubiéramos estado en reuniones distintas», exclama Ángela Hérnandez. Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid, dijo que fue una «reunión constructiva».

Desde el sindicato no consideran que el encuentro fue constructivo. «Ni los otro cuatro sindicatos ni nosotros salimos con esa idea, sino al revés. Salimos pensando que nos habían presentado una quinta versión de lo mismo. Una versión en la que quieren abrir puntos de Atención Continuada de urgencias extrahospitalarias sin la presencia de un médico», denuncia. «Todas estas categorías son imprescindibles para poder trabajar en equipo atendiendo a la población».

«Esperemos que lo de ayer influya», confiesa Hernández, quien dice que desde el sindicato están dispuestos a «aportar soluciones» y para salir de «todo esto». Deja claro que los profesionales «están sufriendo mucho» porque los mínimos los utilizan para cambiarles de centro y además les informan apenas semana a semana. «No pueden organizar su vida así», señalan desde el sindicato médico.

Ante la pregunta de si fue una manifestación política -como dicen desde el PP de Madrid- o una manifestación social, la Secretaria General de AMYTS, recalca que «como participante, nosotros nos sorprendió el número de asistentes, de ciudadanos que estuvieron allí». «Fue un carácter absolutamente tranquilo y festivo».

«Evidentemente este tipo de cosas siempre se instrumentalizan pro unos y por otros. Pero hay que recordar que los primeros que han politizado esta situación que es de tan solo 700 profesionales, ha sido el propio Gobierno de la comunidad de Madrid», cargaba contra la dirección madrileña.

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, para el sindicato, «tiene un poquito más de responsabilidad que la oposición en el tema de politizar con fines electoralistas», finalizaba Ángela Hernández.

DIARIO ABC: Amyts afirma que la población «está con la sanidad de todos» y no va «aceptar recortes»

 

4. ¿Ya has visto la genial viñeta que hemos publicado en AMYTS sobre la grave situación de la sanidad en Madrid?

Uno de nuestros viñetistas de cabecera, Javier Sánchez, nos obsequia con una nueva viñeta dedicada al pésimo estado en el que se encuentra el sistema sanitario madrileño.

Fuente: AMYTS

 

5. Nuestros delegados escriben sobre Sanidad y huelga en la Revista Madrileña de Medicina

CON FIRMA. “Médicos y huelga”, por Isabel Vázquez

Decía Laín Entralgo que el médico tiene cuatro facetas: sanador, por cuanto que cuida y sana; sabedor, porque acumula conocimientos; preventor, porque intenta evitar la enfermedad, y ordenador, en su tarea de participación en la tarea institucional, puesto que la salud y la enfermedad son un hecho social.

Esas facetas, unidas a la condición de ser quienes trabajamos con la salud, la enfermedad, el dolor y los padecimientos, tener la capacidad de alivio o de curación, y de contribuir a la recuperación funcional de nuestros pacientes, han articulado durante mucho tiempo una imagen del médico como una figura notable, admirable, en ocasiones casi venerable, poseedora de un saber del que depende el núcleo más frágil del ser humano: la angustia y el miedo ante el sufrimiento y la muerte.

Durante años, esa imagen del médico nos ha situado en una posición elevada respecto al resto de profesiones, llegando incluso a formar parte de las llamadas “fuerzas vivas”, junto con el alcalde, el cura y el maestro. Tal imagen, impregnada de poder, condujo a una deriva paternalista en el trato con los pacientes, y a la consolidación de un estatus dentro de la sociedad que, con el tiempo, según se fue desarrollando la idea de autonomía del paciente, fue diluyéndose hasta modificar notablemente la comunicación médico-paciente, al tiempo que la vertiente social de la medicina fue perdiendo fuerza y centrándose en la profesionalización, alcanzando unos niveles muy elevados de desarrollo e innovación.

Hoy día los médicos no hemos logrado desprendernos de la imagen un tanto endiosada y de privilegio que la sociedad nos adjudicó durante mucho tiempo, si bien en la actualidad nuestro posicionamiento es de unos profesionales que, aún siendo influyentes en ciertos aspectos por el conocimiento que podemos aportar, estamos centrados en el desarrollo y cumplimiento de nuestro trabajo.

En nuestro ámbito, la Comunidad de Madrid, estamos asistiendo a una situación que podríamos definir como antagónica con esa posición de privilegio, ya que, desde hace años, tenemos otro dudoso privilegio, el de ser una profesión que se utiliza políticamente. La sanidad se ha convertido en una herramienta para partidos políticos, que, según quién ostente el poder, padece vaivenes, recortes, consignas, promesas y cambios no ajustados a las necesidades reales de los profesionales, que vemos cómo se toman decisiones de cara a la galería sin que haya un análisis de la situación, un estudio de las necesidades y una inversión en recursos humanos, que son la base de cualquier acto médico, por mucho que la tecnología facilite nuestra labor.

Si Isabel Zendal pudiera hablar, es muy dudoso que estuviera de acuerdo con el proyecto que lleva su nombre. Como ejemplo de actuación completamente desconectada de la realidad es impecable. Como recurso para los profesionales, carece de justificación. Un local mal diseñado, mal dotado y que se oferta para usos varios, incluido el de almacén. Siendo su mayor utilidad la de que alguien, en su día, se hiciera una foto en su inauguración. Este ejemplo, de gran escala, sirve para ilustrar el modo de acometer en la consejería de sanidad muchas de las medidas que toma. Así es como ahora se decide un plan de atención primaria, un plan de urgencias extrahospitalarias y cualquier plan que “venda” imagen. Con ese fundamento circunstancial. Decisiones que afectan a la práctica profesional y a la vida personal de los médicos, que se están viendo tratados como peones en un tablero.

Los médicos de atención primaria no somos privilegiados, nuestra dignidad como profesionales se está viendo vulnerada y en ocasiones atacada por quienes deberían apoyarnosPor eso comenzamos una huelga. Para decir “¡basta ya!”. Porque somos unos trabajadores más, y, por tanto, con deberes y derechos, que legítimamente podemos exigir. Históricamente somos un colectivo que evita las huelgas, porque para nosotros la atención al paciente es lo primero, y solo llegamos a esta medida cuando la situación es extrema y, entre otras cosas, compromete la seguridad del paciente. Se nos reprocha que no atendemos al dictado de la vocación, pero quienes recurren a ese argumento tramposo confunden vocación con sacrificio. La vocación no imprime superpoderes, ni paga hipotecas, ni estira el tiempo o hace aparecer recursos donde no los hay. La vocación es una fuerza interna de los sanitarios que nos empuja a cuidar y que nadie tiene que recordarnos.

Necesitamos que los que tienen la responsabilidad de gestionar los servicios públicos, y, muy especialmente, la salud de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid, aparten visiones oportunistas y políticas y dejen de ver a los ciudadanos como votantes, sino como personas sobre las que tienen un compromiso.

Esta huelga, que nadie quería, ha llegado en el momento de “ahora o nunca”, cuando la situación está al borde del desastre. Más que nunca, los cuatro modos de hacer del médico de los que hablaba Laín deben enfocarse en cuidar, reparar y proteger nuestra sanidad. Todos sabemos la dificultad que entraña seguir una huelga, por diversos motivos, y ojalá que la consejería de sanidad decida sentarse a negociar antes de la fecha de comienzo. Pero si llega el día veintiuno y persiste el silencio administrativo, debemos mostrar que nosotros, de verdad, sí queremos la mejor atención primaria para todos.

Isabel Vázquez

Médico de Familia, C.S. Numancia (DASE)


CON FIRMA. “De estos polvos, estos lodos”, por Fernando Camón

Hace 24 horas, la presidenta de la comunidad de Madrid constató de forma explícita que hay un déficit de médicos de Atención Primaria estructural, que lastra el funcionamiento de los centros de salud, y arrastra con ello también a las urgencias extrahospitalarias, que se nutren de médicos de familia mayoritariamente. Pero se ponía de lado a la hora de asumir cualquier tipo de responsabilidad en lo que concierne al SERMAS, generalizando el problema y trasladándolo a nivel de todo el estado, siendo Madrid una damnificada más.

No le falta parte de razón al gobierno de la Comunidad de Madrid. No hay médicos de familia EN ACTIVO Y DISPONIBLES para sustentar la demanda que genera la Atención Primaria de este país, y es una cosa que TODOS los ejecutivos, incluido por supuesto el capitalino, se han trabajado a conciencia.

En este momento, con la huelga de los PAC (Puntos de Atención Continuada), la de Atención Primaria ya convocada o la del Servicio de Urgencias del hospital Infanta Sofía encima de la mesa, no faltan iluminados que pretender “apañar” la situación de las formas más variopintas o imaginativas. Entre las más llamativas de las que me he encontrado en prensa, cabe destacar algunas como la de inventar un MIR exprés de dos años para capacitar como médico de primaria a facultativos extranjeros sin título homologado, ampliar el grado a 7 años y que los últimos 3 de carrera te capaciten para ejercer de especialista de primaria en un centro de salud, o la de los “plasmas” en los PAC de 24h que no tengan médico, para que desde los que sí tengan la suerte de contar con uno para TODA la actividad que se genere, donde antes había 2 o 3, recordemos esto, se pueda atender con videollamada las urgencias que se generen en el centro deficitario.

Aunque todas estas propuestas se caen por su propio peso, no voy a perder la oportunidad de comentarlas, ya que TODAS ellas se basan en el principio de precariedad que lleva marcando la política sanitaria de este país desde hace 20 años. Es decir, no se va a mejorar ni la calidad de los contratos, ni la remuneración, ni los derechos laborales de los médicos de familia. Se trata solo de encontrar, o sustitutos más baratos si cabe, o que los que están lleguen a todo… como sea.

La Unión Europea ha tratado de homologar desde hace años la formación en el grado de Medicina para facilitar la libre circulación de profesionales dentro de su ámbito territorial. Eso hace posible que nuestros recién licenciados no tengan problema alguno para acceder a una formación especializada en países como Alemania, Francia o Italia, así como que nuestros médicos de familia puedan ejercer como tal en esos países y aceptar contratos por los que, sin la presión asistencial española, van a multiplicar por tres su salario. En este sentido, validar un título extracomunitario con un MIR exprés de 2 años, o capacitar a un licenciado ampliando un año su carrera para ejercer de médico de familia, generaría subclases dentro del sistema, con especialistas MIR con 4 años de formación homologada en la UE, y otros que tendrían una simple capacitación de más que dudosa equiparación a los estándares comunitarios.

¿Alguien puede explicarme por qué la solución de los políticos siempre se basa en rebajar la calidad, para poder contener los salarios o mejorar contratos?

En esta línea también se ha planteado bajar la nota de acceso a la carrera, lo que se consigue simplemente ampliando las plazas disponibles para acceder al grado universitario. Ese era el sistema que imperaba a finales de los 70 y principios de los 80, cuando en la complutense de Madrid se matriculaban cada año más de 1.000 estudiantes de medicina. Muchos no terminaban, pero los que lo hacían entraban en un mercado laboral saturado, con salarios bajos, e incapaz de asumir mediante el sistema MIR a tantos miles de candidatos a una plaza que diera acceso al sistema público, generándose una bolsa de médicos generales sin título de especialista que llegó a registrar cifras en torno a los 20.000 facultativos en paro. ¿Se contenían los salarios? ¡Ya te digo! Pero ¿y la calidad asistencial y competencial de los profesionales? En fin.

Formar a más médicos, o ampliar sus años de formación básica intentando capacitarlos para cubrir los agujeros de un sistema roto, no es la solución. ¿Alguien puede dudar de que esos mismos médicos van a seguir prefiriendo huir del precario sistema nacional? ¿Somos conscientes de que, aunque muchos se quedaran, seguirían siendo una medida paliativa sin efectividad alguna antes de 10 años mínimo? Justo cuando ya hayamos sufrido, y comenzado a superar, la jubilación de más de 20.000 facultativos que ahora sustentan el sistema…

Centrándonos en la Comunidad de Madrid, que lleva desde 2006 en una cruzada por imponer un sistema mixto público-privado del gusto de los Lamela, Güemes y Lasquetty, que justifique sus predicciones sobre que la sanidad era una de las áreas de negocio con más proyección de futuro, la política sanitaria ha consistido en un juego de trilerismo dónde la escasa inversión per cápita en el SERMAS se centraba de forma masiva en la superhospitalización, dotando de unidades, tecnología y medios a varios macrocentros hipertrofiados e ineficientes, que poblaban los rankings de mejores hospitales del país, y ofrecían titulares grandilocuentes en los que sustentar la imagen de MEJOR SANIDAD del país, desmantelando progresivamente lo que realmente mantiene la calidad de un servicio sanitario público, la base, la Atención Primaria… Y por qué no decirlo, los servicios de urgencias.

La COVID destapó todas las vergüenzas de ese castillo de naipes, y en lugar de aprovechar el caudal de millones recibidos en ayudas desde la Unión Europea y el gobierno central para modernizar y dotar el sistema de urgencias extrahospitalarias y los centros de salud, muchos se perdieron en el sumidero del Zendal, ejemplo paradigmático de megalomanía,  y caparazón vacío al que se lleva meses intentado dar contenido y función sin conseguirlo, mientras que a nivel de RRHH han sido incapaces de incrementar en un solo facultativo el número neto de los que ejercen en la comunidad. Los números globales no sirven. Los que valen son los ajustados a la población. 100 son menos que 1000, pero 100 para 50.000 son EL DOBLE que 1000 para 1.000.000.

No se retienen residentes de primaria. No se fidelizan pediatras. Con la situación insostenible que se vive en ese nivel asistencial ¿A quién le sorprende?

No hay fórmulas mágicas, pero hay que virar el rumbo 180 grados. Todo lo que no pase por aprobar y mejorar convenios, salarios, contratos y hacer atractivo el ejercicio de la Medicina, y sobre todo la Primaria en nuestra comunidad, solo va a alargar la agonía de una estructura decadente, frágil y condenada al colapso. Enhorabuena.

Ahora díganle al compañero del PAC “A” que, a sus 90 urgencias de ese día para él solo, le añada 20 videollamadas para valorar pacientes “pacientes” de otros centros de atención continuada 24h.

 –“Si claro… pero… HOY NO. ¡MAÑANA!”.

Algo no carbura en la consejería.

Dr. F. Camón Iglesias

FEA URGENCIAS del HU Infanta Sofia de Madrid

Delegado de PRL por AMYTS

Fuente: Redacción Médica