Las proyecciones de necesidades de personal de Amyts cifran en 600 médicos de Familia y 150 pediatras el déficit estructural «que viene arrastrando el primer nivel desde hace años», y a ello le suman las vacantes sin cubrir en la mayoría de los centros de salud de la comunidad; es decir, plazas estructurales que figuran en la plantilla del Sermas, pero que no están cubiertas por un especialista y que, según los cálculos del sindicato profesional, suman en la actualidad 748 puestos, entre Medicina de Familia y Pediatría.
Con estas cifras, el incremento de plantilla propuesto por Ruiz Escudero «ni cubre las ausencias diarias que están sufriendo los centros de salud, ni tiene en cuenta el déficit estructural, ni la huida de los médicos a otras comunidades autónomas o países, ni tan siquiera las jubilaciones de facultativos que se avecinan en los próximos años. ¿No es mejor que dejen de mentir a la población, que admitan de una vez por todas que no tienen médicos suficientes para mantener todos los centros abiertos y que entre todos busquemos soluciones?», se pregunta Martín.
Abundando en esta idea, la representante de Amyts recuerda que su sindicato es «una organización profesional y, como tal, ni nos interesa ni nos metemos en política, ya que únicamente nos guía el criterio profesional y brindar la mejor asistencia sanitaria posible a la ciudadanía. Yo, personalmente, me he pateado la Asamblea de Madrid con nuestra propuesta de mejora para primaria y he llamado a las puertas de los despachos de todos los representantes políticos, independientemente de su color, para intentar buscar un consenso en aras a la mejora del nivel».
El último capítulo -«especialmente sangrante, para Martín- lo dan las cifras de residentes de Familia y Pediatría que terminan su residencia en Madrid en mayo y que se quedarán a trabajar en la comunidad. De los 300 residentes que terminan ahora su formación especializada (224 médicos de Familia y 76 pediatras), sólo 22 (17 médicos y 5 pediatras) han optado por firmar un contrato con la Dirección de Recursos Humanos de la consejería para ejercer en Madrid, apenas un 7,3% del total.
Y de los 17 médicos que han optado por aceptar un contrato -asegura Martín, que estuvo presente en el acto de asignación de plazas- «seis de ellos estarán en Madrid apenas un mes, porque ya les han ofrecido mejores contratos en otras comunidades, concretamente en Castilla y León y Canarias. La situación de primaria en todo el SNS no es especialmente boyante, y eso hay que repetirlo hasta la saciedad, pero la situación de Madrid agrava con creces la media nacional. Castilla y León, sin ir más lejos, está ofreciendo a sus residentes de Familia contratos temporales de dos años prorrogables a tres, que tampoco es la panacea, pero es una alternativa que Madrid ni plantea«.
De los 22 contratos firmados por la consejería a los residentes de Medicina de Familia y Pediatría recién graduados (6 de ellos de un mes), no hay ninguna interinidad, «únicamente contratos de refuerzo de área o comisiones de servicio, de forma que hoy estás en un centro de salud, mañana puedes estar en otro y pasado en un tercero. Esta pérdida de talento joven es un goteo constante que, año tras año, golpea la sanidad madrileña, y fundamentalmente a primaria. No hay recambio generacional, pero, además, cada vez son más los médicos del primer nivel con experiencia y muchos años de ejercicio que se plantean dejar una primaria en permanente abandono«.
A la huelga celebrada en 2020 -suspendida tras alcanzar un acuerdo que ahora parece que no se cumple-, le sucedió la convocada en 2021, suspendida tras la convocatoria de las elecciones autonómicas en Madrid. La representante de Amyts recuerda que esta última huelga se aplazó con motivo de esa convocatoria electoral, «pero la primera e innegociable exigencia que nosotros pusimos sobre la mesa al Gobierno que saliese de las urnas, fuese el que fuese, es que había que abordar de manera inmediata el problema de primaria».
Con la propuesta que el Gobierno de Díaz Ayuso ha puesto sobre la mesa, la representante de Atención Primaria de Amyts asegura que «cada vez son más, en número y en exigencia, las voces de compañeros que nos reclaman que volvamos a convocar la huelga, porque si la predisposición y compromiso con primaria que demuestra el nuevo Ejecutivo madrileño se resume en esa propuesta, parece claro que la única alternativa que nos dejan es volver a movilizarnos«.
Asimismo, actualmente, la web de REDACCIÓN MÉDICA cuenta con dos artículos de opinión de miembros de AMYTS: de Julián Ezquerra y de María Justicia, presidenta de Atención Primaria del sindicato.
«Hay razones para creer en nuestros jóvenes médicos», por Julián Ezquerra
Inicio esta tribuna con una frase de Aristóteles que dice: “Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta”. La fecha del 25 de mayo de 2021 debemos dejarla grabada en nuestra memoria sobre la “historia y evolución de la profesión”, y debemos hacerlo pues ha significado un antes y un después en el habitual “sometimiento” al que estábamos acostumbrados los médicos.
Ayer, 25 de mayo de 2021, se celebró, frente al Ministerio de Sanidad, una concentración de jóvenes médicos (y no tan jóvenes, yo mismo estaba con ellos) y demás profesionales sanitarios (próximos MIR, EIR, BIR, QIR, PIR, FIR, RFIR…) que en breve serán residentes, para gritar a la ministra Carolina Darias que quieren respeto, dignidad, certezas y seguridad. Una ministra que, en el poco tiempo que lleva al frente del Ministerio, ya ha cometido dos serios errores, el de cómo afrontar la vacunación con Astrazeneca y, ahora, el de la elección de plaza de residente.
Un poco de historia contemporánea. El año 2020, el entonces director general de ordenación profesional, Rodrigo Gutiérrez Fernández, perpetró una maldad en relación con el sistema de elección de plaza que supuso el levantamiento de los aspirantes a las mismas y que la Justicia tumbó de forma drástica. Ello fue el germen que ocasionó, no se si su dimisión o cese, pero lo cierto que le devolvió al lugar de dónde no debería haber salido. Aquello ya supuso una “revuelta” entre los jóvenes profesionales, nos dio una idea clara de que la nueva generación ya no tolera más el maltrato.
El director general fue sustituido en el cargo por Vicenç Martínez Ibáñez, que en sus inicios parecía tener otro talante. Pero su verdadero yo lo guardaba para el momento de hacer valer la “venganza” y “revancha” en el momento de convocar la siguiente oferta de plazas de residente. Una venganza y revancha que hiciera pagar por lo que había sucedido a su predecesor en el cargo, a uno de los suyos. Por cierto, hoy es buen día para recordar que, como dice el presidente Pedro Sánchez, la venganza y la revancha no son “principios constitucionales”, o si, depende si se aplica para un indulto o para hacer pagar por derribar a uno de los suyos. Hoy siento no ser políticamente correcto. Pero es que no lo puedo evitar y, ya a mis años, me permito ciertas licencias.
Bueno, volvamos al 25 de mayo. Ayer acudí a la concentración, me sentí especialmente alegre, orgulloso, cercano a los jóvenes compañeros, aprendí de ellos algo muy importante. Se terminó la tolerancia al maltrato, se acabó la “indefensión aprendida”, los jóvenes han dicho basta ya, vale de desprecio, de ninguneo, que contratos basura, de retribuciones insultantes, de explotación, de falta de derechos. Nos están dando una lección de orgullo, de resistencia ante la constante resignación basada en una mal entendida vocación.
Me sentí volver a mi época estudiantil, unos años muy especiales, muy relacionados con aquellos convulsos años universitarios del final del régimen. No es comparable la situación, pero en mis recuerdos reviví aquellos años de pelea, años duros, muy duros. Ya entonces los estudiantes que querían hacer medicina se tenían que movilizar, hacer manifestaciones, pelear por derribar unos “números clausus” que impedían a muchos poder entrar en la facultad.
Ayer sentí ilusión, esperanza, alegría; ver a miles de estudiantes, médicos a punto de iniciar el MIR, residentes jóvenes, también muchos “veteranos” que estábamos ahí junto a nuestros próximos compañeros, nuestros relevos, los que nos cuidaran cuando necesitemos de los servicios de un Sistema de Salud que debemos preservar y engrandecer. Vi mucha ilusión, unidad y futuro. Vi “orgullo de pertenencia”, profesionales que saben lo que quieren y que están dispuestos a luchar por ello.
Confío en que la ministra y el director general de Ordenación Profesional entiendan el mensaje, que cambien su actitud, que se den cuenta que contra la profesión es imposible hacer nada, que rectifiquen y entiendan que es más honrosa una rectificación voluntaria que otra por mandato judicial, como sucedió el año pasado. Y si no es así, confío en los jóvenes compañeros, confío en sus líderes, confío en que sigan peleando por lo que es justo y no acaben agachando la cabeza, volviendo a la desidia, a la “indefensión aprendida”, a terminar cada día derrotados y llorando por lo que pudo ser y no ha sido.
Espero que la semilla que se ha plantado crezca y logremos un futuro profesional acorde a lo que supone ser médico, o cualquier otra profesión sanitaria, hacer valer lo que somos, unos excelentes profesionales que están muy por encima de nuestros dirigentes, gestores y políticos, que no nos quieren en pie, nos quieren arrodillados y silenciados, no quieren que demostremos que somos más y mejores que ellos.
Entré en la profesión -bueno, germen de médico- en 1974 y en breve saldré y espero ver que los nuevos médicos son mucho mejores que yo, más preparados, más sabios, más respetados. Lo mejor de un veterano es ver que quién ha estado a tu lado, a quien has enseñado, no solo ha aprendido, es que te ha superado. Y la nueva generación lo ha hecho, me ha superado. Gracias a todos ellos.
«Estamos asistiendo al desmantelamiento de la Atención Primaria», por María Justicia
En los últimos días se ha dado a conocer un ‘plan’ de la Dirección Asistencial Centro de la Comunidad de Madrid para los centros de salud de la zona en la época veraniega. Unas intenciones llamadas plan de contingencia que se divide en distintas fases y que en el último escalón llegaría al cierre de 41 centros de salud de los 49 actuales.
Pero vamos a profundizar en el porqué.
Es sencillo: la falta de médicos de Familia y pediatras en la Atención Primaria de Madrid nos está asfixiando. Un problema que es progresivo y de años de evolución debido al abandono y a la inacción de nuestros políticos.
Los ciudadanos deben saber que ya contamos con un déficit estructural de 600 médicos de Familia y 150 pediatras a lo que hay que sumar unas 750 plazas de ambas especialidades sin cubrir a día de hoy.
La situación que se atisba para los meses estivales es de tormenta perfecta, caos total en los centros de salud de Madrid. Una asistencia sanitaria que dista mucho de la que debería prestarse en un centro de salud: longitudinalidad, accesibilidad, cercanía. Parece ser que a nuestros políticos no les interesa ni la calidad de la asistencia ni la salud de nuestros profesionales. Todo vale para salir del paso.
Estamos asistiendo al desmantelamiento de la Atención Primaria. Nuestros representantes infravaloran a este nivel asistencial que ha demostrado una reducción de la morbimortalidad y que resuelve el 90 por ciento de las necesidades de los ciudadanos. Y mientras hablan de “garantizar la asistencia”. Pero que respondan a una pregunta sencilla: ¿cómo? Es prácticamente difícil con una plantilla de médicos de Familia y pediatras muy por debajo de las necesidades.
Yo lo llamaría cubrir la atención urgente que es solo una de las múltiples funciones que se llevan a cabo en nuestros centros de salud. Nos han reducido a mínimos. El descontento, desánimo y la impotencia entre los compañeros es generalizada.
Faltan facultativos en la gran mayoría de centros de salud, sin olvidarnos que nos hemos acostumbrados a trabajar con un déficit de plantilla de entre el 15 por ciento y 20 por ciento en el mejor de los casos, más un aumento de la carga de trabajo del 20 por ciento que nos ha supuesto la pandemia.
Insistimos: hacemos una medicina de supervivencia con pacientes citados cada uno, dos o tres minutos y a los que hay que dar respuesta a sus necesidades.
La Comunidad de Madrid insiste en que no hay médicos para contratar, pero no se preguntan por qué los médicos no quieren trabajar en Madrid. No buscan soluciones al éxodo de médicos progresiva y creciente. Tampoco hacen autocrítica cuando solo cinco pediatras que han terminado su residencia de 68 y apenas 17 médicos de Familia de 224 han decidido quedarse en la Atención Primaria de Madrid.
Las condiciones laborales que ofrece la Consejería de Sanidad no son nada atractivas para los nuevos médicos y los que vamos quedando estamos cada vez más quemados laboral y emocionalmente.
Si tienes un enfermo grave y no le pones un tratamiento adecuado, ¿qué ocurre? Acaba muriendo. Pues esta es la situación de la Atención Primaria de Madrid: nos están dejando morir.
Por último, ACTA SANITARIA y PÚBLICO han recogido declaraciones ya sea de miembros de AMYTS o la actualidad del sindicato:
La sección sindical del sindicato médico madrileño Amyts en el Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes ha denunciado la “escasez de plantilla” en sus Urgencias y alega que “la Urgencia ha crecido un 287 por ciento, desde 2008, y tenemos el mismo número de adjuntos”.
“Seis en días de diario y nueve, los fines de semana. Esa es la cifra de adjuntos de guardia en el Servicio de Urgencias del Hospital Infanta Sofía. Un número de profesionales que viene siendo el mismo desde el 2008 y que está provocando graves problemas en el centro”, argumenta dicha organización sindical.
“La situación comparada con 2008 es bien distinta: la Urgencia ha crecido un 287 por ciento desde el 2008, en que se abrió el hospital, pasando de tener 24 camillas hasta 49, que se amplían a 69 camillas en la actualidad, usando bises que no respetan el espacio mínimo calculado entre paciente y paciente. Todo esto sin contar con la pandemia, en la que, quitando la devastadora primera ola, se pueden llegar a ampliar hasta 97 camillas, utilizando los pasillos de Pediatría y Ginecología”, explica este sindicato.
El sistema de elección de plazas de Formación Sanitaria Especializada (FSE) —Medicina (MIR), Enfermería (EIR), Farmacia (FIR), Biología (BIR), Psicología (PIR) o los radiofísicos (RFIR)— ha cambiado radicalmente este año. Sanidad ha digitalizado todo el sistema. Los afectados y las organizaciones sanitarias llevan semanas denunciando que es un sistema injusto: no está en contra del sistema telemático, rechazan que no pueden elegir en tiempo real. El proceso lleva seis días abiertos y hay centenares de quejas por los fallos de la página web y las complejidades de este proceso.
Los opositores tienen hasta el 16 de junio para elegir su plaza, pero el hecho de que no puedan escogerlas en tiempo real les perjudica porque no conocen los puestos ya adjudicados. Los estudiantes tienen que elegir tanto la especialidad como el lugar de destino y esto da paso a miles de opciones posibles pero, al no conocer las plazas adjudicadas, no pueden adaptar sus preferencias a las que realmente están disponibles. Antes se hacía de forma presencial en Sanidad. En 2020, ya por la pandemia de la covid-19, el 70% de las personas realizó la elección de forma telemática pero se permitió que los futuros sanitarios pudieran confirmar su plaza de forma presencial.
Antes de la pandemia, todos los médicos tenían que acudir al Ministerio de Sanidad. En orden según la nota obtenida en el examen, cada persona iba eligiendo especialidad y destino. Si alguien seleccionaba una plaza, ese puesto dejaba de estar disponible y, la otra persona que quería escogerla, podía adaptarse y elegir la más parecida. Era una elección real frente al sistema actual que se ha convertido en un proceso de adjudicación en el que los sanitarios tienen poco margen. Cuando se termine el tiempo para realizar el listado de peticiones, las plazas se adjudicarán y no se podrá modificar. Para que nadie se quede sin plaza, Sanidad ha recomendado que se hagan tantas solicitudes como números tenga esa persona por delante. Según esto, si una persona está en el número 6.000, tendrá que elegir 6.000 plazas.
El Foro de la Profesión Médica, conformado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos – CGCOM, Federación de Asociaciones Científico Médicas de España – FACME, Confederación Estatal de Sindicatos Médicos – CESM, Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina – CNDFME y Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina – CEEM, lleva mostrando su oposición al sistema telemático desde mediados del mes de mayo.