Boletín Diario Informativo de AMYTS del 3 de julio de 2023
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2. ¡Tenemos nueva viñeta de Mónica Lalanda para AMYTS!
3. Sanidad es el ámbito donde más crecieron los accidentes laborales en 2022
5. Las caras del nuevo Interterritorial: Canarias y La Rioja se suman a Madrid
1. ¡Por si te lo perdiste! Lee el preciso artículo de opinión de Isabel Vázquez, presidenta de AP de AMYTS, sobre el intrusismo
Leo con sorpresa la siguiente noticia del 18 de junio: “Satse reclama que las enfermeras puedan realizar anestesias”. En realidad, decir sorpresa se queda corto. Es más bien estupefacción. Argumentan que en Reino Unido las enfermeras que desean hacer anestesias deben realizar un curso de postgrado ¡de veinte créditos! Un anestesista invierte un tiempo de estudio que abarca múltiples facetas del estudio de la fisiología, patología, farmacología, técnicas y actuación en emergencias que recibe durante una carrera de Medicina y los años de especialidad de formación específica. Desde el punto de vista de responsabilidad profesional, de hecho, las aseguradoras afinan muy bien las cuotas de aseguramiento de estos profesionales, debido a la especial sensibilidad que caracteriza a esta especialidad.
El campo de la anestesia ha experimentado una mejora indudable en su calidad y resultados, y, afortunadamente, los pacientes entramos en los quirófanos con mayor tranquilidad que la que tendríamos hace años en la misma situación. Personalmente, como paciente, y si se da el caso, me gustaría saber que estoy, como se suele decir, “en buenas manos”. Esto es, que quien me va a tratar será un profesional cualificado en la materia. Como médico de familia puedo decir que ni se me ocurriría plantearme ejercer una disciplina como la anestesia. Y teniendo en cuenta que mi licenciatura es en Medicina y Cirugía, ¿por qué no plantear que cualquier licenciado practique cirugía con algún curso de x créditos? ¿Por qué no plantear desde enfermería realizar tareas de cualquier otra especialidad? ¿Dónde estaría el límite?
Que un sindicato que representa a un número tan elevado de buenos y cualificados profesionales como lo son los de Enfermería, que en su día eligieron formarse en un aspecto sanitario concreto para ejercer un tipo determinado de asistencia plantee esta cuestión, es muy llamativo y plantea preguntas que alguien debería responder. ¿Creen que el contenido de la labor de Enfermería carece del suficiente valor por sí mismo? ¿Consideran que la formación de un médico, anestesista o de cualquier otra especialidad puede sustituirse por cursos? ¿Les parecería correcto que otras disciplinas sanitarias consideraran que pueden desarrollar aspectos que son del ejercicio enfermero?
Enfermería es una disciplina completa que abarca un marco conceptual concreto en el sistema sanitario. Afortunadamente, hace años que se abandonó el obsoleto concepto de la enfermera como subalterna del médico, de tal forma que hoy día Medicina y Enfermería son dos categorías que caminan en paralelo, trabajando conjuntamente y con una interacción que garantiza resultados para el paciente.
La propia profesión enfermera ha salido al paso en alguna ocasión ante lo que consideraban casos de intrusismo de los TCAE, en aspectos como la transformación del grado medio de FP en superior o la administración de vacunas COVID por parte de ese colectivo. Cada estamento tiene su propio campo competencial, pero no siempre se tiene tan claro.
Hay más sorpresas. La Consellería de Sanitat de vValencia ha planteado captar a estudiantes de Medicina que se licencian ahora para poder realizar sustituciones de verano en los centros de salud. Para qué esperar a que, como dicta la normativa europea, el médico haya de especializarse en aquella faceta en la que vaya a ejercer. Al fin y al cabo, sólo hablamos de la salud de los ciudadanos.
El trasfondo de todas estas situaciones tiene varias lecturas. De entrada, parece haber una especie de desvalorización de la profesión médica, tanto por el hecho de que a su ejercicio puedan acceder otros profesionales como porque ante ciertas circunstancias las exigencias de formación se tornen más laxas. A ello podría añadirse la pretensión de otros estamentos de aumentar sus competencias, hecho éste sólo comprensible si de base consideran que su profesión adolece de contenido. La última reflexión es, quizá, la más preocupante, ya que podríamos ver todas estas propuestas como síntoma de una enfermedad del sistema sanitario. Hay carencia de profesionales. Pues los pintamos. Tanto a nivel nacional como autonómico el problema de la falta de médicos es objetivo y acuciante, pero su abordaje no puede plantearse desde la sustitución por otros profesionales, sino por una política correcta de formación, de dimensionamiento de las necesidades y de políticas de atracción y fidelización. No podemos seguir formando médicos para que ejerzan en otros países, ni seguir desilusionando a jóvenes con vocación que desisten de cursar medicina, o, a la hora de especializarse, evitan medicina de familia, por ejemplo.
Recientemente, el Foro de la Profesión Médica ha advertido del riesgo que supondría para la seguridad de los pacientes suplir a médicos con otras profesiones sanitarias y recuerda que contratar a alguien sin la especialidad exigida muestra falta de rigor y desprecio hacia los médicos y los pacientes.
A nadie se le ocurriría viajar en un avión donde la auxiliar de vuelo va a pilotar porque ha hecho un curso de veinte créditos y ha hecho prácticas con un simulador, ni dejaría que un hijo suyo se subiera a un autobús de excursión con un conductor que solo tuviera licencia de ciclomotor. Esto, que tiene una lógica aplastante, no se ve tan claro en cuanto a la profesión médica, y estamos empezando a ver un atrevimiento a la hora de cubrir necesidades que destila imprudencia e insensatez.
Isabel Vázquez Burgos
Médica de Familia, C.S. Numancia (DASE). Presidenta del sector AP de AMYTS
Fuente: AMYTS
2. ¡Tenemos nueva viñeta de Mónica Lalanda para AMYTS!
Fuente: AMYTS
3. Sanidad es el ámbito donde más crecieron los accidentes laborales en 2022
Las actividades donde más crecieron los accidentes durante la jornada en 2022 fueron las del ámbito sanitario y servicios sociales, con 70.000 bajas (un 47,1 % más), y la hostelería, con 49.647 casos (un 37 % más), según el Observatorio de siniestralidad en contingencias profesionales de la mutua Asepeyo.
Sin embargo, las últimas estadísticas del Ministerio de Trabajo, que comparan el periodo enero-abril de 2023 con enero-abril de 2022, muestran que en 2023 decrecieron los accidentes en este sector, pero solo los que implicaban baja; por el contrario, se observa un incremento en accidentes de trabajo mortales en el sector de las actividades sanitarias y servicios sociales.
Incrementos aparte, los sectores que registraron el mayor número de accidentes en 2022 fueron la industria manufacturera (92.012 accidentes) y la construcción (81.525), aunque con incrementos mucho menores, del 5% y el 4,2%, respectivamente, según datos del Ministerio de Trabajo tomados por Asepeyo. Ambos sectores siguen liderando el ranking en 2023.
La tendencia fue semejante entre los trabajadores protegidos por la mutua, en donde la hostelería registró el índice más alto de incidencia de accidente en jornada, con 2.981 casos de baja por cada 100.000 empleados, un 16,8 % más que en 2021.
Con baja médica
A escala nacional, los accidentes de trabajo con baja médica aumentaron un 5,1% en 2022, hasta los 631.724 siniestros, de acuerdo a las estadísticas de incapacidad temporal del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
La cosa cambia un año después, en enero-abril de 2023, con 182.379 accidentes de trabajo con baja en el colectivo de asalariado, lo que supone una disminución del 0,5% sobre el mismo periodo del año anterior, según el Ministerio de Trabajo.
Dentro de los accidentes con baja de los asalariados, 157.517 accidentes se produjeron en jornada y 24.862 accidentes ocurrieron in itinere. La variación en relación al mismo periodo del año anterior se situó en el -2,3% para los accidentes en jornada y en el 12,8% para los accidentes in itinere. Por gravedad, de los accidentes en jornada con baja en asalariados, se produjeron 967 accidentes graves y 169 accidentes mortales, lo que supone una disminución de 47 accidentes graves y de 25 accidentes mortales, en relación al mismo periodo del año anterior.
Sobre estos resultados, el informe de Asepeyo destaca que el incremento de la siniestralidad con baja duplicó el aumento de afiliados a la Seguridad Social (2,5%).
La media de bajas mensuales en España por cada 1.000 trabajadores protegidos fue de cuatro casos y su duración media, de 32,2 días.
Más accidentes mortales
En 2022 el índice de incidencia de casos de accidentes mortales entre los 2,2 millones de trabajadores protegidos por la mutua Asepeyo ascendió a 0,4 casos por cada 10.000 empleados, un dato ligeramente superior a la prepandemia (0,34 en 2019). Igualmente, el número de prestaciones por fallecimiento del trabajador amparado por esta mutua aumentó: de 81 en 2021 a 100 en 2022.
Causas de los accidentes
El Observatorio señala que el 4% de los accidentes de trabajadores protegidos por Asepeyo fue por sobresfuerzo, con afectaciones del sistema musculoesquelético, y un 21% por golpes resultado de caídas.
Estos datos coinciden con los del Ministerio de Trabajo de enero-abril de 2023. Indican que los accidentes por sobreesfuerzo del sistema musculoesquelético fueron los mayoritarios, seguidos por choques contra objetos inmóviles.
Un 69% del total de accidentes ocurrió en el lugar de trabajo, un 15 % al ir o volver de él y un 10% durante desplazamientos dentro de la jornada, según Asepeyo.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo señala que en el periodo enero-abril 2023 se produjeron 25.546 accidentes con baja in itinere, de los cuales 290 accidentes fueron graves y 33 accidentes fueron mortales. Comparando estos datos con los del mismo periodo del año anterior, se produjeron 17 accidentes graves más y 11 accidentes mortales menos.
En cuanto a la desagregación por sexo, el 55% de los accidentes in itinere con baja afectaron a mujeres y el 45% restante afectó a varones. Los accidentes mortales in itinere se distribuyeron en 28 casos en varones y 5 en mujeres.
En 2022 un 6% de los empleados protegidos por Asepeyo tuvo algún accidente laboral, de los cuales un 9,4% sumó más de uno y acumuló el 18% del total de siniestros.
La mutua Asepeyo pagó el 55,5 % del coste de los días de baja por incapacidad temporal, 120 millones de euros en 2022, mientras que las empresas desembolsaron 96,4 millones.
Patologías de pie y contusiones, las más frecuentes
Asepeyo también se adentra en las patologías; las más frecuentes, las de pie, un 14,9% del total, con una duración media de 33,4 días, seguidas de las contusiones, con un 13% de casos y 24,3 días de baja.
Las patologías de hombro y de rodilla fueron las que requirieron más días de baja, 78,3 y 60,2 días, respectivamente, pero su incidencia fue menor.
El 0,03 % de los accidentes conllevó lesiones muy graves, el 0,5% graves y el 0,11% al fallecimiento.
Extremadura:más accidentes, pero de menor duración
Asepeyo señala que en 2022 Extremadura fue la comunidad con mayor cantidad de bajas médicas mensuales por cada 1.000 trabajadores: 6,5 de media, solo por detrás de la ciudad autónoma de Melilla (7,3 bajas), pero fue la comunidad con la menor duración media (23,8 días).
La autonomía con la menor incidencia media de accidentes de trabajo fue Cataluña, con 3,1 bajas mensuales por cada 1.000 trabajadores.
Cantabria fue donde, de media, duraron más las bajas por accidente de trabajo (50,1 días), seguida de Asturias (44,4 días) y la Comunidad Valenciana (41,6 días).
Perfil del siniestrado en 2023
En 2023, según el Ministerio de Trabajo, Andalucía, Cataluña y Madrid fueron las tres autonomías con más accidentes de trabajo con baja en asalariados.
En el periodo enero-abril 2023, según el Ministerio de Trabajo, se produjeron 167.685 accidentes con baja en jornada, de los cuales 1.198 accidentes fueron graves y 197 accidentes fueron mortales. Comparando estos datos con los del mismo periodo del año anterior, se produjeron 8 accidentes graves menos y 17 accidentes mortales menos.
En cuanto a la desagregación por sexo, el 72% de los accidentes en jornada con baja afectaron a varones y el 28% afectaron a mujeres. Los accidentes mortales en jornada se distribuyeron en 186 casos en varones y 11 en mujeres.
Fuente: Diario Médico
4. Así es la nueva consejera de Sanidad de Madrid, Fátima Matute, según el perfil publicado por El Mundo
Las respuestas en el sector sanitario cuando se pregunta por Fátima Matute oscilan entre «no la conozco», «no tengo referencias» o «no te puedo ayudar». Así con hasta diez profesionales del Sistema de Salud madrileño para quien la nueva consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid es «una absoluta desconocida». Tanto en el terreno sanitario como en el político, en el que acaba de aterrizar esta especialista en Radiología en el Hospital Clínico San Carlos y en el grupo Quirónsalud.
Quienes sí la conocen apuntan que se trata de «un perfil muy técnico», de «una buena profesional que no está quemada para la política» y «que seguirá un modelo de continuidad con la etapa anterior». Pero desde un segundo plano, en el extremo opuesto al de su predecesor, Enrique Ruiz Escudero, una figura muy reconocida mediáticamente, sobre todo a raíz de la pandemia. «El objetivo, sin duda, es conseguir que la Sanidad pase a un segundo plano y que no vuelva a ser el caballo de batalla de la oposición«, detallan fuentes sanitarias.
«En el PP tienen suficientes perfiles para asumir Sanidad, darle el puesto a un perfil como el suyo es una forma de rebajar todo el ruido», señala un profesional médico, que, según analiza, el papel de Fátima Matute se centrará fundamentalmente en dos ámbitos: ahondar en la reforma de la Atención Primaria, dando relevancia a la digitalización, y evitar que la Sanidad se convierta «en un arma arrojadiza» contra el Gobierno de Ayuso.
En ese aspecto, la elección de la presidenta popular, más allá de las cuestiones técnicas, tiene también una motivación política. Ayuso tenía claro que en ese puesto se debía colocar a una mujer, en ese camino se trabajó en su equipo a la hora de seleccionar a quien ocuparía la Consejería, porque así podrían incorporar un perfil femenino, minoritarios en el Gobierno, y desactivarían la figura de Mónica García. «Si sitúas delante a alguien que también encaja en el concepto de médica y madre, ese discurso se diluye. Y ahí radica buena parte del éxito de Más Madrid», apunta un cargo del PP. Aún más si esa consejera llega sin cargas políticas de primer nivel a sus espaldas.
Sin embargo, que Fátima Matute nunca haya tenido una experiencia en el primer nivel no la excluye de tener un poso político. Porque la nueva consejera ha ejercido como vicepresidenta de la Sociedad de Seguridad y Calidad en Radiologíay secretaria general de la Sociedad Española de Radiología Médica. Incluso había tenido relación previa, desde su puesto de médica, con el Gobierno de la Comunidad de Madrid, con quien había trabajado en Plan de Garantía de Calidad regional, planeado para ejecutarse entre 2022 y 2025, y en la unificación de los servicios de Radiología, su especialidad.
«Su puesto en el grupo Quirón también la acerca a este PP», coinciden dos fuentes del sector. Porque esta empresa sanitaria fue la que recibió durante la pandemia el contrato para realizar el rastreo del Covid; gestiona los hospitales Rey Juan Carlos, Infanta Elena, General de Villalba y la Fundación Jiménez Díaz, y en ella había trabajado también la gerente de Atención Primaria, Almudena Quintana.
Precisamente en ese campo, el de la Atención Primaria, tiene uno de sus objetivos Fátima Matute con la reforma iniciada ya en el pasado mandato, que supuso una huelga de dos meses de los profesionales al entender que se estaba degradando el servicio. La renovación pasa esencialmente por avanzar en el proceso de digitalización que la Comunidad de Madrid tiene planteado para hacer frente a la falta de médicos que sufre la región y el resto del territorio nacional.
«Es avanzar hacia un modelo británico, donde la Enfermería tiene más peso que la Medicina», señala un sanitario madrileño. «Esa es la forma de hacer frente al problema que existe en toda España y al que se va a sumar que la población está más envejecida y dura más años», comentan desde la Consejería de Sanidad. «Si no se pone en marcha una solución tecnológica, el sistema puede llegar a colapsar«, remarca otro profesional. Y, uno más crítico asegura que «se está buscando la forma de colar un peor servicio». «Lo próximo será volver a hablar de copago», concluye.
En lo que sí coinciden las fuentes consultadas por este diario es en la hoja de ruta en la Consejería de Sanidad seguirá siendo la misma que durante la última etapa de Ruiz Escudero. «Los madrileños han votado continuidad, eso quiere decir que están de acuerdo con nuestras medidas. No tendría mucho sentido cambiar algo más allá de la consejera», destacan fuentes del Gobierno regional.
Fuente: El Mundo
5. Las caras del nuevo Interterritorial: Canarias y La Rioja se suman a Madrid
Buena parte de las comunidades que pasaron por las urnas el pasado 28 de mayo ya tienen configurado su Gobierno. Las últimas en hacerlo han sido Canarias y La Rioja, cuyas Consejerías de Sanidad serán regidas, respectivamente, por Esther Monzón y María Martín. Ambas, por cierto, están vinculadas a Ejecutivos de una ideología conservadora que se extiende también por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), en el que los representantes del PP serán mayoría.
Sea de uno u otro color, el ministro de Sanidad que surja de las elecciones del 23 de julio se encontrará con un Consejo Interterritorial en el que se mantendrán autoridades como Catalina García (Andalucía), Alejandro Vázquez (Castilla y León), Manel Balcells (Cataluña), Julio García Comesaña (Galicia) y Gotzone Sagardui (País Vasco). .
A ellos se sumarán en los próximos encuentros caras nuevas. La primera en darse a conocer fue la radióloga Fátima Matute, nueva consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, según anunció la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno de investidura que se ha celebrado este jueves en la Asamblea.
Licenciada en Medicina y Cirugía y especializada en Radiodiagnóstico, Matute ejercía hasta ahora en el Hospital Clínico San Carlos y sustituye en el cargo a Enrique Ruiz Escudero, quien continuará su trayectoria política en el Senado.
En los últimos días, las comunidades de Canarias y La Rioja han desvelado también sus cartas para la cartera de sanidad. En el primero de los casos, la nueva consejera será Esther Monzón, que estará al frente del área de salud de un Gobierno de Coalición Canaria y PP liderado por Carlos Gustavo.
Entre otros cargos, esta psicóloga fue directora del Área de Salud de Gran Canaria entre 2017 y 2019, así como directora del CSS Taliarte desde 2020. También ejerció como consejera de la corporación insular por Unidos por Gran Canaria (UxGC).
En el caso de La Rioja, la apuesta de Gonzalo Capellán (PP) para la Consejería de Sanidad es la ingeniera María Martín, quien ya ocupó esta cartera entre 2015 y 2019. Se trata este de un hecho sin antecedentes recientes en la política autonómica española.
El resto de consejeros de Sanidad se mantienen en funciones. Los únicos presidentes que podrán gobernar sin necesidad de apoyos son los socialistas Adrián Barbón en Asturias, por la configuración del sistema electoral asturiano, y Emiliano García Page en Castilla-La Mancha. De esta forma, Pablo Fernández y Jesús Fernández, respectivamente, podrían continuar en el cargo de consejero de Salud y Sanidad si así lo consideran sus presidentes.
PP y Vox han alcanzado ya un acuerdo en la Comunidad Valenciana para presidir la Generalitat, por lo que la continuidad del conseller de Sanitat en funciones, Miguel Mínguez, está totalmente descartada, a la espera de conocer su sucesor. La siguiente región en poder anunciar podría ser Aragón, donde los mismos partidos han pactado la presidencia de las Cortes, lo que también dejaría fuera de la ecuación a la consejera de Sanidad en funciones, Sira Repollés, que de todas formas ya anunció que dejaría la política tras las elecciones del 28 de mayo.
En Baleares, Cantabria, Murcia, Navarra y sobre todo Extremadura, donde podría haber repetición electoral, continúan las negociaciones y aún no se ha llegado a ningún acuerdo. Sin embargo, es más que probable el fin del mandato de la consellera de Salut en funciones de Baleares, Patricia Gómez; y del consejero de Sanidad de Cantabria, Raúl Pesquera, cuyo gobierno podría cambiar de signo político. En Murcia, la continuidad de Juan José Pedreño depende del entendimiento entre el PP y Vox, mientras que en Navarra los socialistas podrían lograr los apoyos suficientes para mantener el poder y que siguiera Santos Induráin como consejera de Salud.
Por último, las elecciones generales del 23 de julio marcarán si hay o no cambio de manos en el Gobierno de España, lo que decidirá la continuidad del ministro de Sanidad, José Miñones.