Boletín Diario Informativo de AMYTS del 24 de julio de 2023
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1. ¡No te pierdas la Revista Madrileña de Medicina de este fin de semana!
2. Lee el Con Firma de esta semana de Ángela Hernández: «La crisis que ningún color quiere ver»
4. Un total de 42 escaños tendrán tinte sanitario en el Congreso tras el 23J
5. Así será la sanidad a partir del 23J
1. ¡No te pierdas la Revista Madrileña de Medicina de este fin de semana!
En este ENLACE podrás disfrutar de la nueva edición de la Revista Madrileña de Medicina. ¡No te la pierdas!
Fuente: AMYTS
2. Lee el Con Firma de esta semana de Ángela Hernández: «La crisis que ningún color quiere ver»
Soy una gran fan de los médicos que, además de serlo, tienen la capacidad de expresarse a través de su arte y trasmitir en una imagen el pensamiento que muchos tenemos. Este tuit de Mónica Lalanda describe a la perfección lo que muchos médicos pensamos de cara a las elecciones generales del domingo 23 de julio:
Mucho se ha escrito, y, me temo, mucho se seguirá escribiendo sobre la crisis del SNS y sus posibles soluciones. Cuando yo empecé la carrera de Medicina, en un lejano 1994, ya se hablada de dicha crisis. El que pase el tiempo y parezca que el sistema sigue en pie es un espejismo. Sigue en pie en base a la sobrecarga de los profesionales, y no aguantarán para siempre cuando cada vez hay menos sosteniendo una carga cada vez mayor.
El Sistema Nacional de Salud (SNS) nació herido. Ya de origen, porque por falta de capacidad y por intereses creados no llegó a serlo de todos. Los funcionarios, los jueces y los militares mantienen si lo desean sistemas paralelos de conciertos para la asistencia sanitaria a través de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), la Mutualidad General Judicial (MUGEJU) y el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS). Y esto hace que la sociedad perciba una diferencia y que importantes miembros del servicio público no perciban la situación de la gestión directa de la sanidad pública. Más allá de eso, las propias características del sistema sanitario y la demanda por parte de la sociedad han llevado a un incremento progresivo del gasto, que se disparó con las transferencias sanitarias a las autonomías en el 2003. Dicho gasto se ha contenido situando techos de gasto y con presupuestos insuficientes que se incumplen sistemáticamente y, en demasiadas ocasiones, recortando por lo fácil pero más necesario, el principal activo de cualquier sistema sanitario, sus profesionales y trabajadores.
En una Jornada en el ICOMEM sobre el futuro del SNS, Javier Elola dijo que el SNS se había fragmentado en 17 servicios de salud de forma desordenada con las transferencias, y que ahora los servicios de salud corrían el peligro de fragmentarse a la gestión indirecta (privada) también de forma desordenada. Más allá de su papel en el comité designado por lo que queda de la actual junta directiva, con el que no estoy de acuerdo, creo que la frase fue totalmente acertada.
Valores inherentes del SNS como la equidad y la igualdad están en riesgo, y si se sigue igual, o asistimos a dicha transformación del tipo “sálvese quien pueda”, aumentarán las diferencias tanto entre comunidades como dentro de los propios servicios de salud autonómicos.
En el debate con los líderes de los dos partidos mayoritarios la sanidad ocupó menos de un minuto entre los dos. Los programas, como las elecciones, pasan sin que se alcancen acuerdos que permitan enfocar a medio y a largo plazo en lugar de seguir poniendo parches. Ni siquiera un baño de realidad como fue la Pandemia de la Covid-19 que estalló en 2020 ha logrado que se pusieran manos a la obra. Lo expresaba muy bien en un reciente artículo José Manuel Freire: “Una vez más, tras una gran crisis sanitaria, se repite el “ciclo pánico-olvido” y de la alarma con buenos propósitos de cambios se pasa a la ‘fase de olvido’ en la que todo sigue como antes y poco o nada cambia.”.
Es imprescindible adaptar las expectativas de la población a la capacidad real del sistema sanitario, y sí, eso implica financiación y aún más una gestión extremadamente eficaz.
Termino con otra contraportada de la Revista Madrileña de Medicina, se hizo para las autonómicas del 28 de mayo, pero sigue sirviendo. El domingo habrá elecciones generales, pero desde hace demasiado tiempo, muchos médicos tememos que, gane quien gane, nunca gana la sanidad de todos.
Fuente: AMYTS
3. Más opiniones incluidas en la Revista: Artículo de opinión «Grado en gestión de organizaciones sanitarias», por Julián Ezquerra
Hace unas semanas, hablando con un responsable de SEDISA o, mejor dicho, con su máximo responsable, D. José Soto Bonel, sobre la viabilidad y cercanía del primer grado en gestión sanitaria, comentábamos sobre las edades de los actuales gestores, cómo era de envejecida la profesión, que no había recambio generacional y que ya estaba muy maduro el primer grado en gestión. Una necesidad, algo novedoso, otra forma de acceder a la gestión de instituciones sanitarias. Y repito esto último, “otra forma de acceder”, ni la única ni un cierre de puertas a los profesionales que quieran acceder desde dentro.
Allá por mayo de 2016, en esta misma tribuna, publicaba un artículo titulado “Directivos de la salud” y en él mencionaba la necesidad de la profesionalización de la gestión, de cómo es necesario regular el acceso y la formación, desligar la política de los nombramientos, vincularlos a un reconocimiento profesional de los gestores, etc. Se habla mucho de la “profesionalización”, de la necesidad de formación, de tener conocimientos para el desarrollo de una función directiva que sea regulada, pero poco se avanza en el reconocimiento profesional de quienes dedican su vida a esta labor.
Miro hacia atrás, mis recuerdos me llevan al año 1990, cuando era un joven médico que ya tenía cierta experiencia como directivo dentro de una organización sanitaria y me presenté a una selección para hacer el que a mi juicio ha sido el mejor Master de gestión sanitaria, el “programa de dirección de instituciones sanitarias (PDIS), un modelo de formación full time en la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), lo más parecido que he conocido a lo que muchas veces he denominado como formación “GIR”, gerente interno residente, un acercamiento al modelo MIR. Teoría y práctica, aprendizaje de grandes profesores y rotaciones por las diferentes divisiones de las instituciones sanitarias, un acercamiento al día a día de los órganos de gestión de los hospitales, atención primaria, etc.
«Un salto al vacío, un “paso directo de la bata a la corbata”, un cambio que se entendía necesario, pero un riesgo para las instituciones» |
Una época cercana aún al gran cambio político que se produjo en 1982, un cambio que supuso en muchas ocasiones y en prácticamente la totalidad de las estructuras de los diferentes ministerios, organizaciones públicas, empresas públicas, etc., un arrollador desembarco de afines al nuevo gobierno en los puestos de gestión, dirección, responsabilidades administrativas, etc. Recuerdo muy bien cuando un profesor de la ENS nos decía en ese máster que el era un cirujano pediátrico que de un día para otro tuvo que dejar el quirófano para acceder a la responsabilidad de gestionar desde la dirección uno de los grandes hospitales del país. Así, directamente, sin formación específica ni preparación previa. Un salto al vacío, un “paso directo de la bata a la corbata”, un cambio que se entendía necesario, pero un riesgo para las instituciones, Lo que pasaba es que, en aquellos años, lo que prevalecía era el cambio de caras, la política, “el cambio”. Después de esa experiencia, era de los profesores del máster que defendía la necesidad de hacer cantera de directivos, prepararlos, formarlos, no lanzarlos a un frente complejo sin unas mínimas herramientas de gestión en su equipaje.
Han pasado ya muchos años de aquella primera experiencia. Se han creado muchos másteres de gestión sanitaria, hay prestigiosas escuelas de negocios que han desarrollado algún máster en gestión, hay competencia y hay interés en este tipo de desarrollo profesional.
«Hay que seguir nutriendo el sistema de personal directivo, se necesitan gestores, hay que cubrir muchas plazas y las instituciones necesitan personal en sus estructuras directivas» |
Ahora ya se está planteando incluso un grado en gestión sanitaria, lo que sería un ciclo universitario de 4 años de formación, un escalón inicial para poder tener ese acceso a la función directiva dentro de las organizaciones sanitarias. ¿Una nueva profesión regulada?, ¿un simple título habilitante?, ¿un requisito o un mérito? Mientras esto llega, se implanta, se desarrolla, se hace “cantera”, ¿Qué hacemos? Hay que seguir nutriendo el sistema de personal directivo, se necesitan gestores, hay que cubrir muchas plazas y las instituciones necesitan personal en sus estructuras directivas. Por ello, sigo pensando que, mientras esta idea se desarrolla e implanta, debemos hacer que profesionales sanitarios conocedores de las estructuras sanitarias, médicos, facultativos, enfermeras, técnicos de función administrativa, etc., que lo deseen, puedan acceder a periodos de formación tipo “GIR”, apoyar el modelo de aquél PDIS de la ENS (el actual MUAS, máster universitario de administración sanitaria), preparar mediante un buen programa formativo a quienes serán los gestores de una de las organizaciones más complejas, las sanitarias, organizaciones plagadas de talento, con personal de la máxima cualificación profesional, en las que la labor del gestor sería fundamentalmente la de ser un conseguidor (recuerdo en este sentido mi artículo titulado “No me llames gerente, llámame ‘conseguidor’” publicado en esta misma tribuna), alguien que siempre debería tener presente que el verdadero protagonista de las organizaciones sanitarias es el profesional, sin olvidar que el actor principal es el paciente.
En resumen, aprendizaje, está bien, pero como decía Einstein, aprendizaje desde la experiencia. Aprovechemos el talento que ya existe, permitamos que quienes quieran y lo deseen, se formen en buenos cursos de gestión, den el paso de la bata a la corbata, sin que ello impida que se desarrolle un grado de gestión de organizaciones sanitarias que, con el tiempo, sean cantera para cubrir las plazas de una tarea compleja como es la dirección de instituciones sanitarias.
Fuente: REDACCIÓN MÉDICA
4. Un total de 42 escaños tendrán tinte sanitario en el Congreso tras el 23J
Las elecciones generales del 23J dejan un Congreso de los Diputados con 42 escaños en clave sanitaria. En esta nueva legislatura, las formaciones políticas han apostado por veteranos sanitarios que llevarán la voz cantante en la materia en la Cámara Baja. En total, repiten 20 perfiles con experiencia sanitaria de cara a la nueva legislatura, entre los que destacan nombres como Alberto Núñez Feijóo, Ana Pastor, María Jesús Montero, Patxi López, Ione Belarra o Íñigo Errejón.
Si hablamos del Partido Popular, ganador de las elecciones, aunque todavía queda en duda si podrá gobernar o no, encontramos perfiles sanitarios con gran experiencia a las espaldas como el propio Alberto Núñez Feijóo, líder del PP y que durante la legislatura de José María Aznar entre los años 1996 y 2000 fue secretario general de Asistencia Sanitaria y presidente de Insalud. Cuca Gamarra, secretaria general de la formación azul, también tiene experiencia en política sanitaria, pues ha formado parte del Grupo de Trabajo de Sanidad del Congreso.
Ana Pastor, que estas elecciones ha ocupado el primer puesto de las listas del PP en Pontevedra, además de médica, en su dilatada carrera política, ha sido ministra de Sanidad, directora general de Muface y directora provincial del Sergas, entre numerosos cargo.
Elvira Velasco es otra de las sanitarias más destacadas del partido. La enfermera durante su carrera dentro de la formación, ha ocupado puestos como el de asesora en el Gabinete de la Ministra de Sanidad, o la vocalía en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.
Diputados socialistas con experiencia sanitaria
Entre los veteranos socialistas que repiten de cara a la próxima legislatura se encuentra María Jesús Montero, médica de profesión, y ha sido consejera de Salud de Andalucía, aunque en la última legislatura ha liderado la cartera de Hacienda del Gobierno.
El actual ministro de Sanidad, el farmacéutico José Minoñes, ha sido elegido para volver al Gobierno, pues ocupaba el puesto número uno de la lista socialista por A Coruña. Por otro lado, Francina Armengol, también farmacéutica, llegará al Congreso; hasta ahora ha desarrollado su carrera política en las Islas Baleares. Asimismo, Patxi López, hasta ahora portavoz del PSOE en el Congreso, también tiene experiencia en política sanitaria como presidente de la Comisión de Sanidad.
Por parte de Sumar, la formación lleva a dos de sus veteranos en el ámbito sanitario. Por un lado está Ione Belarra, psicóloga y actual ministra de Derechos Sociales, y por otro Íñigo Errejón, que durante la última legislatura ha hecho de la salud mental una de sus grandes reivindicaciones.
Sanitarios que repiten en la nueva legislatura
Por formaciones, dentro del Partido Popular repiten un total de siete perfiles sanitarios, de los 20 del total. De estos, además de los mencionados, se encuentran Milagros Marcos Ortega, Isabel Borrego y Sergio Sayas, que la anterior legislatura fue diputado por UPN.
En el caso del PSOE, de los 16 sanitarios que van a ocupar un asiento en la Cámara Baja, repiten nueve personas. Además de las ya mencionadas, se encuentran: Ignacio López Cano, Andrea Fernández, Mª Luz Martínez Seijo, Manuel Arribas y José Luis Aceves.
En el caso de Sumar, llevan un total de tres sanitarios, de los que repiten los dos ya nombrados. La nueva incorporación es Rafael Cofiño, médico y coordinador sanitario de Sumar. Por último, Bildu tiene un sanitario en el Congreso, Iñaki Ruiz de Pinedo, que repite de la anterior legislatura, el BNG también solo uno, Néstor Rego, que también es reelegido y por último Coalición Canaria cuenta con otro sanitario más, Cristina Valido, que en este caso se estrenará en el hemiciclo.
Fuente: REDACCION MEDICA
5. Así será la sanidad a partir del 23J
ARTÍCULO PREVIO A LAS ELECCIONES GENERALES
Ya sabemos cómo será la Sanidad una vez que se celebren las elecciones generales del 23-J. El futuro gobierno elegido en las urnas será el responsable de mejorar los problemas que, en la actualidad, afectan al sistema sanitario español, como son la falta de profesionales, el deterioro de la Atención Primaria o las listas de espera. A lo largo de la campaña electoral, los principales partidos políticos han dejado claro cuál será su postura en materia sanitaria si ganan las elecciones.
El Partido Socialista, liderado por Pedro Sánchez, se ha comprometido a priorizar la gestión pública de los servicios de salud y a garantizar su accesibilidad en todo el territorio español.
Pedro Sánchez ha asegurado que limitará por ley las listas de espera en hospitales, como punto clave para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. Gracias a ello, según ha manifestado en varias ocasiones, los plazos máximos de espera serán de 30 días para pruebas complementarias, 15 días para asistencia psicológica a jóvenes y 60 días para obtener una cita de consultas externas, con independencia del lugar de residencia del ciudadano.
El presidente del Gobierno también ha asegurado que, si es reelegido, aprobará una ampliación de la cartera de servicios del SNS, para reforzar los servicios públicos de odontología, psiquiatría, oftalmología, fisioterapia y psicología clínica. Además, aumentará los permisos de paternidad y maternidad hasta las 20 semanas e impulsará la digitalización de la historia clínica, para que cualquier paciente pueda tener acceso a su historia, con independencia del territorio en el que se encuentre.
Alberto Núñez Feijóo, como cabeza visible del Partido Popular, propone como medida principal modificar la Ley General de Sanidad, vigente desde 1986, para actualizar la gobernanza del actual Sistema Nacional de Salud. Otra de las medidas estrella del candidato a la Presidencia del Gobierno es la creación de un Plan de Choque para la Atención Primaria, con una oferta pública adicional de 1.000nuevas plazas MIR al año, para lograr solucionar el déficit de médicos de familia.
La salud mental ocupa un puesto destacado en el programa electoral de Feijóo, que incluye propuestas como la puesta en marcha de una nueva Estrategia Nacional, con un enfoque prioritario en la infancia y adolescencia y la aprobación de un Plan Nacional de Prevención contra el suicidio. Además, incluye la creación de una base nacional de ensayos clínicos, que facilite el acceso desde cualquier hospital de España y la mejora del diagnóstico a pacientes con enfermedades raras.
El partido de Feijóo también apuesta por aprobar un Plan Nacional Contra las Agresiones a los Profesionales Sanitarios dentro del SNS y por impulsar los cuidados paliativos y garantizar el derecho a la objeción de conciencia.
La propuesta de Sumar, partido liderado por Yolanda Díaz, se centra aumentar anualmente el gasto sanitario público y fortalecer la Atención Primaria en todo el territorio estatal. La propuesta de Díaz pasa por acabar con la precariedad laboral en el ámbito sanitario e impedir las formas de gestión privatizada en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Esto incluye la supresión progresiva del sistema de mutualidades sanitarias y el veto a que las administraciones locales realicen seguros privados a sus trabajadores.
Sumar plantea, además, un plan de choque en salud mental y un incremento anual del gasto sanitario público en medio punto del PIB, hasta igualar el gasto español con el de otros países europeos. El partido propone crear una Ley de Listas de Espera, para establecer tiempos máximos de atención, y una Ley General de Salud y Bienestar, para abordar las desigualdades entre las regiones.
Por último, Vox, liderado por Santiago Abascal, apuesta por devolver las competencias en materia sanitaria al gobierno central y por reforzar los conciertos con la sanidad privada para reducir las listas de espera. El partido promueve la creación de un sistema sanitario común en toda España, para evitar la división entre comunidades autónomas. Además aumentará la inversión en Atención Primaria y elaborará un Plan Nacional de Sanidad que incluya una tarjeta sanitaria única, la unificación de la historia clínica y farmacéutica digital y una cartera de servicios en todo el territorio nacional.
Desde Vox defienden un sistema único de formación especializada para médicos residentes, en el que el desconocimiento de las lenguas regionales no sea un impedimento para el acceso por oposición a plazas de personal sanitario. También se comprometen a derogar el aborto y la eutanasia y a mejorar la Estrategia Nacional de Salud Mental, reforzando la prevención del suicidio, los trastornos alimentarios y las adicciones.