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Boletín Diario Informativo de AMYTS del 15 de abril de 2024

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1. El Comité de Empresa MIR presenta una queja y reclama soluciones urgentes ante los fallos en las nóminas a residentes en el Hospital Clínico San Carlos

2. CON FIRMA. «Los de fuera», por Ángela Hernández

3. «Situación desesperada», el artículo de opinión que hemos publicado hoy en AMYTS que cuenta la experiencia de un médico español que decidió emigrar a Irlanda

4. Inscripciones abiertas para el próximo Congreso Confederal de CESM que se celebrará en mayo en Murcia

5. Neumología y Oncología madrugan para agotar plazas en la segunda semana MIR

1. El Comité de Empresa MIR presenta una queja y reclama soluciones urgentes ante los fallos en las nóminas a residentes en el Hospital Clínico San Carlos

El Comité de Empresa del Personal Laboral en Formación de la Comunidad de Madrid ha denunciado los múltiples errores que se están viviendo en el Hospital Clínico San Carlos con el sistema de abono de nóminas. Unos fallos que han provocado que algunos residentes hayan llegado a percibir un cobro mensual muy inferior al Salario Mínimo Interprofesional.

Los errores en el abono de las nóminas son recurrentes, pero en el hospital madrileño se agravaron en diciembre de 2023 con un fallo generalizado en el abono de la paga extra a los residentes del centro. Estos profesionales recibieron una cantidad superior a la correspondiente y, en los siguientes meses, la Comunidad de Madrid ha ido sustrayendo dinero de las nóminas, pero que globalmente superaba el exceso de la paga extra de diciembre.

El Hospital Clínico San Carlos, ante este error, en la primera semana de abril de 2024 realizó un nuevo pago, pero insuficiente para subsanar el dinero descontado irregularmente. Por ello, el Comité de Empresa de Residentes -formado únicamente por miembros de AMYTS tras las últimas elecciones sindicales- ha presentado una quejar formal a la Gerencia y al responsable de Nóminas del hospital.

“Entendemos que los errores administrativos ocurren y no son responsabilidad de una única persona, son la consecuencia del fallo de todo un sistema. Sin embargo, nuestra queja va dirigida a cómo se gestionan de forma deficiente y reiterada las irregularidades en el abono de nóminas. Asimismo, queremos destacar la llamativa falta de transparencia con el sistema de pago de nóminas del Hospital Clínico San Carlos y su externalización a una empresa privada”, se ha denunciado en el escrito enviado.

Asimismo, el Comité de Empresa MIR ha reclamado:

  1. La redacción, en la mayor brevedad posible, de una carta o comunicación oficial que incluya:
  • Una descripción detallada del error que tuvo lugar en el abono de las nóminas del mes de diciembre de 2023, cuáles fueron sus causas y consecuencias.
  • Una descripción detallada de cómo se ha llevado a cabo el ajuste del error en las nóminas de los meses sucesivos (de enero de 2024 a marzo de 2024).
  • Cómo y cuándo se va a gestionar el pago de los adeudos que aún persisten a día de hoy en relación al error de los descuentos realizados.
  • Los responsables del error y de su gestión (asumiendo la responsabilidad legal de las consecuencias del mismo).
  • Un asesoramiento de cómo debemos solucionar el ajuste del IRPF aplicado a la nómina de diciembre de 2023 (afectada por el sobrepago).
  1. Un recibo a título individual con la resolución aplicada sobre cada uno de los trabajadores afectados por el error del abono de la paga extra de diciembre de 2023. Así como el pago, en la mayor brevedad posible, de la cantidad necesaria para subsanar el error cometido en los descuentos, en caso de que fuera necesario.
  2. Garantizar la documentación que pueda ser necesaria para facilitar el ajuste del IRPF aplicado en la nómina de diciembre de 2023 (afectada por el sobrepago) a cada uno de los trabajadores afectados.

Respecto al establecimiento de medidas futuras, se ha solicitado:

  • La toma de medidas o ajustes necesarios en el sistema del abono de nóminas (de medios informáticos, personal o empresas externas) para evitar en la medida de lo posible nuevos errores en el futuro.
  • Una mayor transparencia en relación con el personal, servicios, organismos y/o empresas, públicas o privadas, involucrados en el sistema de abono de nóminas.
  • Una adecuada y rápida comunicación, por medios oficiales, en el caso de que se cometan nuevos errores en el futuro.
  • Un sistema más flexible de pago de nóminas que permita subsanar los errores en el mismo mes que se producen, sin tener que esperar al abono de la nómina del mes siguiente.
  • La modificación del modelo de los recibos de nóminas, siguiendo el artículo 29 del Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre. Por ello se requiere un recibo que presente la información de forma clara y detallada, mostrando de forma desglosada el número de horas de guardia y de actividad continuada, además de los complementos y días de vacaciones.

Fuente: AMYTS

 

2. CON FIRMA. «Los de fuera», por Ángela Hernández

“La experiencia acumulada nos presenta, por tanto, una realidad que se aleja de la deseable y que nos separa, en este campo, del modelo de función pública diseñado por el constituyente y por el legislador.”

Ley 20/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público

No es el sistema, es lo que hemos hecho de él. Que aún haya más de un 50% de facultativos de hospitalaria con contratos temporales es algo vergonzoso.

Si tenemos en cuenta que el propio desempeño de las especialidades de médicos y titulados superiores llevan aparejada en muchas ocasiones una subespecialización según las necesidades de los pacientes y los intereses de los profesionales parece lógico que dicha realidad se reflejara en la configuración de las plantillas conforme a dichas necesidades y que el sistema se adaptara para no poner en riesgo aquellos equipos subespecializados que no solo sean una realidad, sino una necesidad. Para ello, y para la protección, tanto de los profesionales que los ocupan, como de los pacientes atendidos por ellos, se hace imprescindible que dichos puestos estén recogidos en las plantillas orgánicas de los centros de forma que cuando se genere una vacante en un determinado puesto de dichas características, se establezca con claridad y transparencia los requisitos y la forma de acceder a ellos. ¿Tenemos las herramientas para hacerlo? En teoría sí, además de las especialidades la legislación recoge tanto las áreas de capacitación específica como los diplomas de acreditación avanzada a tal efecto.

Si como profesión no desarrollamos todas estas herramientas, nos condenamos a la discrecionalidad y a situaciones dolorosas, que unas veces pueden venir de los procesos para obtener plaza fija o tras de intereses menos justificables desde los puestos de responsabilidad.

Esta semana, en el transcurso de fatigosos y nada agilizados procesos de estabilización de empleo que tienen sumida en una angustiosa incertidumbre a un porcentaje de todo punto inaceptable de facultativos temporales de hospitalaria, se desató la polémica porque empezaron a llegar notificaciones a interinos comunicándoles el número que identifica su plaza. Que algo similar a la relación de puestos de trabajo (RPT) de los funcionarios no haya estado funcionando durante todos estos años en el ámbito de hospitalaria para los facultativos es lo escandaloso. Es lógico que genere suspicacias en un momento tan delicado como este, pero de cara a procesos de selección periódicos, ojalá suficientes y ágiles, y a traslados, que recordemos que no se producen en la comunidad de Madrid entre médicos y facultativos de hospitalaria ¡desde 2001!, resulta imprescindible de cara a la gestión y a la transparencia y trazabilidad de lo que suceda con las plazas.

Se oyen, por hacer las cosas tarde y mal y recordemos por tirón de orejas desde Europa a la totalidad de la administración pública española, cosas como “proteger a los nuestros”, “que no vengan de otras comunidades”. Parece claro que no solo no se han hecho las cosas bien, sino que resolver el nudo gordiano va a ser difícil y no volver a caer en los errores anteriores, difícil. ¿Cómo es posible que estemos de nuevo con una bolsa de temporalidad similar a la que originó el proceso de 2001? Urge regular y tomarnos muy en serio desde la propia profesión el proceso de selección y provisión y más en un entorno globalizado y con un mercado laboral único en la Unión Europea.

Es lógico temer que “los de fuera” desplacen a “los de dentro”, pero teniendo en cuenta que todos, somos médicos y facultativos y que tenemos que ceñirnos a una reglas al menos en la contratación pública y mientras no se produzca un cambio del sistema, lo más lógico sería que se establecieran unas reglas de funcionamiento conocidas, transparentes y justas que se enfocaran a atraer y fidelizar talento. Y ahí hay tanto, tantísimo por hacer. Cada vez más médicos y facultativos deciden probar su desempeño en otros países de nuestro entorno, cada vez más médicos y facultativos de otros países deciden hacerlo en el nuestro, así que urgiría establecer los mecanismos de reconocimiento de esos tiempos y agilizar y homogeneizar las homologaciones para que la movilidad entre las diferentes situaciones de los profesionales no supusieran un riesgo para su desarrollo profesional.

Si no es el sistema, sino lo que hemos hecho de él, ¿qué nos garantiza que no sucediera lo mismo con un cambio de en el sistema de provisión?

Desde AMYTS hace tiempo que defendemos un sistema abierto y permanente de provisión de puestos de médicos y facultativos.

Personalmente, creo que hay medidas a coste cero como impedir que los residentes puedan ejercer en el mismo lugar en el que se han formado durante un periodo de tiempo de determinar que puede resultar polémicas, pero daría mucho valor a la formación. O que se debería facilitar una superposición de unas semanas para facilitar la trasmisión de valiosísimo conocimiento en aquellas vacantes previsibles como las jubilaciones. Cada quien tendrá su idea de cuál sería la forma ideal de provisión médica. La Administración presenta como solución aquello que quizás lo hubiera sido cuando se firmaron los acuerdos de 2007, procesos de selección cada dos años con concurso de traslados alterno, ojalá lo veamos, pero viendo el desarrollo y falta de agilidad de los procesos pendientes para tratar de cumplir el mandato europeo de reducción de la temporalidad, aún hay más dudas que certidumbres. Y la incertidumbre no atrae el talento, más bien lo espanta. Necesitamos menos políticos diciendo que el problema es que no hay médicos y más políticos facilitando una adecuada gestión de la provisión de unos profesionales tan especializados y buscados por los sistemas sanitarios.

Es imprescindible que la profesión aborde estos retos y no desde un punto de vista de centro u autonómico, sino con una visión global del sistema y de lo que debería se algo normal en él, su movilidad y transición a lo largo de la vida profesional de los médicos y TS siempre velando por la asistencia de la mejor calidad para los pacientes.

Ángela Hernández Puente

SG de AMYTS

Cirujana General y del Aparato Digestivo

Fuente: AMYTS

 

3. «Situación desesperada», el artículo de opinión que hemos publicado hoy en AMYTS que cuenta la experiencia de un médico español que decidió emigrar a Irlanda

Hace 25 años, cuando terminé los estudios de medicina, la situación de la profesión era desesperada. Una bolsa histórica de desempleo, fruto de una intencionada y populista mala gestión que había masificado las facultades en los 80, se cernía sobre nuestra cabeza, condenándonos al más que probable paro, a los empleos precarios o a aceptar cualquier cosa que surgiese. Como anécdota, recuerdo que, al ir a recoger el título de medicina, el funcionario de la secretaría me deseó suerte y me hizo saber que él era médico también. Por si fuera poco, el gobierno del ahora estadista González había despojado a la Universidad de la facultad de dar capacidades laborales, una vez que el título de Medicina y Cirugía pasaba a necesitar el complemento de una especialidad para poder trabajar. El seis igual a cero, no sé si se acuerdan, una vez que ahora se quiere otorgar capacidades médicas a quien ni siquiera tiene el título de medicina.

Así que, dado que me apetecía cambiar de aires y salir de la muy ventosa y noble Zaragoza, cogí los bártulos y marché a hacer la especialidad que quería (de entre tres candidatas) a Lisboa. En aquel momento, el salario de un residente allí era casi el doble que el de un residente en España y los precios eran más bajos, así que la sensación fue semejante a ser rico, aunque fuese a ratos (o solo a primeros de mes). Hice la residencia y luego encadené una serie de contratos fijos que yo mismo interrumpía por la llegada de mejores ofertas. Y así transcurría la vida en Lisboa, hasta que recibí la llamada de la patria en forma de oferta laboral en un hospital que era, para mí, objeto de culto dentro de la especialidad, la Fundación Jiménez Díaz. El prestigio de sus profesionales en mi especialidad era enorme y volví a España, a Madrid, ciudad a la que no puedo tener más cariño.

Sin embargo, nada más llegar, antes siquiera de empezar a trabajar, comenzaron los problemas. Corría el año 2010 y el señor Zapatero anunciaba un recorte de salarios del 5% (que fue más bien el 15%) en los salarios de la función pública y la Fundación, pese a ser privada, tenía los salarios adscritos a los de la Administración, así que, antes de empezar, mi Españita había hecho de las suyas.

Pese a ello, y pese a los años de aprendizaje profesional y humano que fue mi paso por la Jiménez Díaz, pasé a la pública fetén. Y ahí el comenzó el calvario.

Calvario, sí. Un sistema ineficiente a más no poder, decisiones arbitrarias y despóticas por parte de todos los mandos, manditos y mandones y un sinfín de engaños, estafas, sisas, burlas y bajomanismos, escatimando cada euro al que tenía derecho y poniéndome siempre la zanahoria delante del hocico para que siguiese corriendo. Mientras el trabajo aumentaba sin freno (el 50% más en 9 años, sin aumentar la plantilla), el salario permanecía ridículamente parado, con subidas del 0,5% anual que se acababan de pagar a final de año. Igualmente, las pagas extra absurda e ilegalmente recortadas, el contrato era renovado año a año (hasta 7 años) se me negaban los trienios (finalmente reconocidos a medias) o la carrera profesional. Esta última es mi favorita. Tres veces la solicité. En la primera ocasión, el hospital no envió el papel a la Consejería (lo sé porque una amable funcionaria me lo mostró, tirado en una caja, junto al de otros siete u ocho compañeros). En la segunda, me otorgaron (como si fuese un favor) el llamado “Nivel 0”, que no se remuneraba pero que, en el futuro… ah, el futuro. Y por fin, hace un año, me concedieron graciosamente el nivel 1. Con 49 años.

Todos estos abusos frente a la aparente pasividad de compañeros, colegio, jefes… y sindicatos que, al menos, tímidamente y de vez en cuando levantaban la voz.

El caso de los colegios es quizá, el más execrable. Pues, aparte de cobrar religiosamente sus elevadísimas cuotas a cambio de nada, debería ser el garante de la conformidad y cumplimiento documental y académico de todos sus colegiados, así como de evitar los abusos sobre la profesión, vengan de donde vengan. Pues nada, tienen psiquiatras para los quemados y ofertas del 5% para ir al Parque de Atracciones. Ah, y unos correos que ya – gracias a Dios – no mandan, donde explicaban cómo emigrar, como si ellos lo supieran.

Aun así, con estos mimbres, los sindicatos consiguieron las migajas de trienios, subidas de 25 euros mensuales, carreras retrasadas, etc. Poca cosa, limosnas, pero las celebrábamos con resignación silenciosa o incluso agradecida.

A mi entender, esto que cuento no se puede llamar más que situación desesperada, como la del inicio. Solo que ahora las cosas son muy diferentes. No reflejan la realidad del mercado. La escasez de médicos en todo el mundo es notoria y basta saber algún idioma para recibir una llamada, como me sucedió a mí y de nuevo, tomar las de Villadiego, esta vez a Irlanda.

Y nuevamente, la mitad de los problemas desaparecen.

Llegué a Irlanda el 29 de febrero. El primer día, se me asignó (obsérvese que no se me concedió ni se me otorgó, bastó presentar los papeles con mi vida laboral) el nivel 6 de carrera, el más alto. Se me firmó un contrato indefinido, para pasar a plaza estructural en un par de meses. Y mi salario base es exactamente un 475% del que percibía en España. Repito: el 475%. No falta ninguna coma o decimal. Curiosamente, es exacto.

Podría ser un golpe de suerte, dirán muchos. O que Irlanda es un caso especial. Pero en Francia también se triplican los salarios. Lo mismo en Bélgica o el Reino Unido. En los países nórdicos, depende, son de entre el doble y el cuádruple. ¿Y en Uruguay? Vean los salarios en Uruguay y me cuentan.

Así que sí, la situación es desesperada, pero no para nosotros. Es desesperada para los politicastros españoles que piensan que pueden sostener con corchos un sistema que hace aguas por todos lados. Es desesperada para el funcionamiento racional de los hospitales, con salidas e incorporaciones permanentes, sin equipos, sin estructura, sin solidez. Pero, sobre todo, es desesperada, aunque no lo sepa, para el paciente o como los cursis que “administran” la sanidad prefieren llamarlo: “usuario” o incluso “cliente”. Porque la fuga es masiva y va a ser más. Y porque, por más que la administración traiga médicos de otras latitudes y que el colegio acepte colegiados hasta quemar los sellos de caucho, no serán suficientes para sostener el edificio. No el edificio que conocemos. Quizá uno en ruina y apuntalado. Hasta que les caiga en la cabeza.

Esta es la única realidad que espera.

En fin, voy acabando. Muchos pensarán que a santo de qué me pongo a largar ahora. En efecto, me resultaría más fácil callarme y mirar la chimenea, degustando un güisqui local. Pero me puede la rabia que siento viendo cómo se gastan dinero en estadios o en programas de telebasura en la tv pública, mientras dicen que no encuentran ni una monedita que dejarnos.

Es cierto que ya no es mi problema, pero yo, siendo sincero, preferiría ganar un poco menos y no sentir vergüenza de «la mejor sanidad del mundo»

Nada más tengo que añadir. Salvo que el uso de comillas es más sarcástico que evocador y que sigue lloviendo. No en Irlanda, no. Allí.

Sláinte

Eduardo Gavín

Médico español en Irlanda

Fuente: AMYTS

 

4. Inscripciones abiertas para el próximo Congreso Confederal de CESM que se celebrará en mayo en Murcia

El sindicato médico CESM Región de Murcia ha habilitado la web en la que se recogerá toda la información disponible sobre el XIV Congreso Confederal de CESM que se celebrará en Murcia los próximos 23, 24 y 25 de mayo para debatir sobre la actualidad de la profesión y para renovar su Comisión Permanente.

través de la web se pueden hacer ya las inscripciones individuales o en grupo con la misma clave de usuario para todas, además de encontrar el programa del Congreso, el Comité Científico, información general sobre la logística de la comunidad y la carta de bienvenida.

Todo ello está disponible aquí: https://neo.emma.events/CESM2024/inscripciones

Fuente: CESM

 

5. Neumología y Oncología madrugan para agotar plazas en la segunda semana MIR

La octava jornada de asignación MIR 2024 arranca con dos nuevas especialidades que han repartido sus últimas plazas. Es el caso de Neumología y Oncología Médica. Concretamente, Neumología contaba con cuatro plazas libres al comenzar este lunes y las ha repartido todas en el primer turno de elección, mientras que en Oncología Médica ha ocurrido lo mismo con sus tres plazas disponibles. Por lo tanto, ya son 27 especialidades las completas tras la elección de los MIR hasta el número 6.600. Es bastante probable que durante la jornada se agoten otras que están ya a las puertas de hacerlo.

La especialidad de Neumología ha completado su cupo con el número de orden 6.463, lo que supone un ‘acelerón’ con respecto al MIR de 2023, cuando se ocupó por completo en el 6.519, 56 turnos después. El último en escogerla este año se formará como residente en el Hospital Universitari Mútua Terrasa. Por otro lado, Oncología Médica ha pasado de agotarse el año pasado en el 6.365 ha retrasarse levemente, cerrando el cupo este MIR 2024 en el 6.416, número de orden que se ha decantado por el Hospital Universitari Arnau de Vilanova en Lleida.

Con estas dos especialidades ocupadas, ya son un total de 27 especialidades que cuentan con la totalidad de sus plazas asignadas. En términos generales, de las 8.768 plazas a repartir, el Ministerio ya ha adjudicado el 70 por ciento, lo que suponen 6.096 residentes que ya cuentan con su especialidad y destino definitivo. En el turno de los números de orden 6.301 al 6.600 se han tramitado 238 solicitudes de plaza, 38 tramitaciones corresponden a extracomunitarios. Además, ha tenido lugar un paso de turno.

Especialidades MIR cerca de agotar sus plazas

Un total de tres especialidades se encuentran ‘al borde’ de agotar sus cuposNefrología está al 98 por ciento y sólo le quedan dos plazas de sus 115 ofertadas por asignar. El número 6.544 ha sido, por el momento, el último en decantarse por ella, en el Hospital Universitario de Canarias. La especialidad de Medicina Intensiva ya sólo oferta tres huecos de sus 217 iniciales, el último número de orden que se ha decantado por ella hasta ahora es el 6.555 en el Consorci Sanitari del Maresme. Por otro lado, Medicina Física y Rehabilitación está muy cerca de completar sus plazas, sólo le quedan ocho de las 147 que reparte este año.

Otras especialidades que avanzan en su reparto son Alergología, al 74 por ciento, y con 19 plazas restantes de las 74 que oferta. También Medicina Interna, que se encuenta al 77 por ciento de sus huecos repartidos y le quedan 97 de 425 por distribuir. Psiquiatría es una de las siguientes que también podría agotarse, ocupada al 88 por ciento y con 37 plazas restantes de sus 318 totales.

En cuanto a Medicina Familiar y Comunitaria, por el momento ha repartido un 19 por ciento de sus plazas, lo que suponen 472 de las 2.492 que oferta este año. Este último turno es el que más números de orden la han elegido de todo lo que llevamos de asignación MIR, ya que 72 aspirantes han querido apostar por esta especialidad. La número 17 de esta edición fue la primera que se decantó por ella en la Unidad Docente Multiprofesional Centro, a la que está adscrita el Clínico San Carlos. En esta última ronda de asignaciones, el último que ha escogido Familia ha sido el número de orden 6.594 en el Hospital Universitario Infanta Leonor.

Fuente: Redacción Médica

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