Cargando

Type to search

E-BOLETÍN

Boletín Diario Informativo de AMYTS del 14 de enero de 2022

Share

1. AMTYS lamenta la falta de medidas concretas entre Sanidad y CCAA para solucionar el desborde de las bajas Covid en Atención Primaria

2. CESM denuncia la grave situación actual de la asistencia sanitaria marcada por la COVID19

3. Sanidad y las CCAA acuerdan una vacuna de refuerzo a todos los adultos y la cuarta dosis a los inmunodeprimidos

4. La tasa de ingresos por covid en España es la menor de toda la pandemia pese al récord de incidencia

5. Datos del Covid: Sanidad notifica 159.161 casos y 112 muertes; Madrid suma 13.206 positivos y 36 fallecidos en las últimas 24h

1. AMYTS denuncia la situación mental que sufren muchos médicos por culpa de la sobrecarga

La falta de operatividad de las Administraciones en algunos aspectos de la gestión de la pandemia ha quedado de manifiesto en varios momentos. Todos recordamos su incapacidad para la dotación adecuada de equipos de protección a los profesionales sanitarios durante las primeras semanas de la pandemia, y las dificultades y enfrentamientos que se produjeron hasta conseguir un suministro adecuado de dichos equipos.

Pues bien, la situación se está volviendo a repetir en estos momentos con otro tema clave, que está contribuyendo al desbordamiento de la capacidad asistencial de la Atención Primaria: la gestión de “las bajas laborales”, la incapacidad temporal. Y no sólo eso, sino que está complicando la vida de miles de ciudadanos, incapaces de obtener una cita médica para la tramitación de la baja, y la de las empresas, que deben soportar la ausencia de sus trabajadores sin un documento que acredite legalmente la ausencia de estos.

Sin embargo, ayer pudimos contemplar que, tras el encuentro entre el Ministerio de Sanidad y las Consejerías del mismo ámbito de las CCAA, no se tomó ninguna decisión concreta frente a la posibilidad de modificar, de forma excepcional en esta grave situación, la gestión de la incapacidad temporal. Sin haber alcanzado aún el “pico” de la sexta ola a nivel nacional, o habiéndola superado relativamente a nivel autonómico, y todavía con semanas por delante de auténtica saturación de la Atención Primaria, no hubo acuerdo al más alto nivel de decisión sanitaria en España. Eso sí, de nuevo el tema sirvió para escenificar nuevamente el enfrentamiento adolescente a que nos tienen acostumbrados tanto la Administración estatal como la de la Comunidad de Madrid.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de “bajas laborales” por COVID se deben a casos leves o asintomáticos de infección, que en otro contexto epidemiológico no precisarían de atención sanitaria ni de ausencia al trabajo y que, por tanto, no precisan de valoración médica para la incapacidad. Al contrario, la ausencia justificada al trabajo en esos casos se debe únicamente a criterios epidemiológicos, que no precisan de la participación del médico en la justificación de la incapacidad, ya que no está basada sobre criterios clínicos. Sólo hacía falta un poco de valentía política para formalizar un procedimiento excepcional de urgencia para la tramitación de la incapacidad temporal durante la presente ola, y mientras se mantenga el desbordamiento de la Atención Primaria, que descargara la mesa de nuestros médicos de Atención Primaria para que pudieran dedicarse a lo que necesitan los ciudadanos, que es la actividad asistencial, tanto de los casos de COVID no leves como del resto de patologías. Sin embargo, dicha actuación no se produjo.

Los profesionales sanitarios, en nuestra doble dimensión de profesionales y ciudadanos, y el conjunto de la ciudadanía de España necesita de unas Administraciones eficaces, que sepan tomar con valentía las decisiones que sean precisas para mejorar el bienestar de la población. Urgimos, por ello, a las Administraciones, a que abandonen su comportamiento habitual de confrontación e ingeniería social, a que sean proactivas y a que tomen las decisiones necesarias para la mejora de la actual situación de nuestros centros sanitarios (entre ellas una vía alternativa de gestión de la incapacidad temporal por COVID).

Y nos ofrecemos a colaborar con ellas en el análisis y orientación adecuada de las decisiones a tomar en el ámbito sanitario, invitando a que se tengan en cuenta, además, al resto de organizaciones profesionales. Lo importante aquí no será nuestra participación o protagonismo en dicho proceso, sino mejorar la toma de decisiones de gobierno en un ámbito tan importante para la sociedad como el de la asistencia sanitaria.

Fuente: AMYTS

 

2. CESM denuncia la grave situación actual de la asistencia sanitaria marcada por la COVID19

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) hace un llamamiento para que se aborde con urgencia la situación en la que se encuentra la asistencia sanitaria actualmente, mezcla de la falta de medidas y decisiones erróneas que se arrastran desde hace años y la improvisación y el uso de parches temporales con los que se está abordando la pandemia de COVID.

Partimos de un contexto marcado por una pésima gestión administrativa y política desde hace décadas, con una nefasta gestión de los recursos humanos -incluyendo una claramente insuficiente oferta de plazas MIR-. La situación era previsible desde hace mucho tiempo y ha desembocado en una alarmante carencia de médicos actual que empeorará con las jubilaciones, sin posibilidad de la cobertura necesaria, todo ello agravado por el innegable maltrato a los profesionales, gran precariedad laboral y bajos salarios incluidos.

En España contamos además con un presupuesto en sanidad muy bajo, inferior a la media europea, y arrastramos recortes severos desde, al menos, el año 2010. En estos años hemos sido testigos de una falta de liderazgo absoluta y de la existencia de 17 servicios de salud distintos y parcialmente autónomos mientras los políticos/gestores persisten en no dejarse asesorar por los profesionales, no escucharlos y, para colmo, alentar a la población contra el personal sanitario en un intento de disimular su inoperancia, lo que está derivando en un alarmante aumento de las agresiones.

En la tesitura actual nos encontramos con una Atención Primaria, parte fundamental y puerta de entrada al sistema, donde se pueden y deben resolver un altísimo porcentaje de problemas, absolutamente saturada y desbordada en todos los aspectos. Debido a la desviación de recursos hacia la atención de pacientes COVID se está produciendo una merma del diagnóstico, tratamiento y seguimiento de otras patologías no COVID, que según fuentes de Atención Primaria puede alcanzar al 50% de las enfermedades crónicas, incluyendo las oncológicas.

El primer nivel asistencial sufre ahora mismo grandes problemas de organización -no se ha logrado un sistema de trabajo para el COVID práctico ni resolutivo entre Salud Pública y Atención Primaria-; una excesiva burocratización, enormemente acrecentada por el trabajo que generan las altas y bajas por COVID; una inexistencia de los recursos humanos necesarios; grandes demoras en la atención telefónica, tanto para solicitar consulta como para realizar y notificar pruebas de despistaje de COVID. En definitiva, unos profesionales agotados y un abandono total por parte de los políticos, incapaces de informar a la población de los cambios continuos en la gestión de los casos y contactos, vacunaciones, etc., e incapaces de dar la cara por la Atención Primaria.

Consecuencia de lo anterior también es que nos encontramos unos centros de Coordinación de Urgencias saturados y desbordados con unos recursos y condiciones precarias.

Los hospitales, reflejo del colapso en Primaria

Todo esto conlleva una repercusión en la Atención Hospitalaria, en la que se van abriendo plantas y habilitando camas progresivamente a medida que avanza la pandemia. Según datos de la Secretaría Técnica de Hospitales de CESM, los ingresos en planta son crecientes -entre 200 y 350 al día, aunque menos que hace un año, dada la menor virulencia de las últimas cepas del virus- y la presión aproximada es del 10,10%. La ocupación de las UCIS por pacientes COVID se mueve en una horquilla que va desde un 21% a un 40%, con una incidencia acumulada nacional de 3.127,91, pudiendo llegar a 4.000 o incluso 5.000, según las comunidades autónomas.

Los profesionales han visto un aumento progresivo de la presión en Urgencias Hospitalarias y en muchos hospitales solamente se están realizando cirugías urgentes, oncológicas o inaplazables, puesto que los ingresos por COVID ocupan o bloquean camas de Reanimación y Planta.

Según los datos recogidos sobre la situación actual, se advierte un exceso de mortalidad -no atribuible a COVID pero en aumento y muy preocupante- de en torno al 9,4%, y una alta incidencia en niños y jóvenes, sector en proceso de vacunación. Así mismo hay una gran cantidad de pacientes asintomáticos -casi hasta un 70%- que muestran una gran contagiosidad y baja gravedad, aunque se siguen reportando problemas tras sufrir la infección, que van desde severas secuelas físicas -neurológicas, mentales, etc.- hasta el COVID persistente para el que ya estamos reclamando desde CESM un especial seguimiento y reconocimiento para su especial trato entre profesionales sanitarios. En este entorno se hace especialmente necesario proteger a los más vulnerables, como ancianos, pacientes inmunodeprimidos o aquellos con pluripatologías.

En definitiva, la Confederación quiere llamar la atención sobre la situación actual, puesto que se está viviendo una auténtica debacle sanitaria, muy cerca del colapso, que sin duda irá a más mientras el virus siga su ciclo y hasta que logremos endemizarlo tanto con las vacunas como con nuestra propia inmunidad. Los profesionales no pueden más, y no es una frase recurrente: prueba de ellos son, además de los más de 130 médicos fallecidos desde el inicio de la pandemia, el aumento de los casos de suicidio en facultativos y la evidencia de que quienes pueden hacerlo optan por la prejubilación para abandonar su profesión antes de tiempo. Han llegado al límite y esta tónica general continuará mientras no se tomen decisiones urgentes y prácticas que mejoren la situación crítica actual.

Fuente: CESM

 

3. Sanidad y las CCAA acuerdan una vacuna de refuerzo a todos los adultos y la cuarta dosis a los inmunodeprimidos

Las personas con inmunodepresión recibirán una cuarta dosis de la vacuna contra el COVID-19 a los cinco meses de la última dosis. El Ministerio de Sanidad ha anunciado este jueves la decisión, aprobada por la Comisión de Salud Pública, que convierte a este grupo en el primero y, de momento, único en España en recibir cuatro pinchazos del antídoto. Como hasta ahora, se les administrará uno de los dos fármacos de ARNm disponibles, Pfizer o Moderna.

La Comisión de Salud Pública, que reúne a los técnicos de Sanidad y las comunidades autónomas, ha acordado en el mismo día reducir de seis a cinco meses el intervalo entre última dosis y dosis de refuerzo, para todos los grupos, incluidos las personas con inmunodepresión, «en consonancia con lo que están haciendo otros países de nuestro entorno», según ha resaltado la ministra de Sanidad, Carolina Darias. «También en función de la evidencia que vamos teniendo, ya que a partir de los cinco o seis meses empieza a bajar la protección de los anticuerpos», ha añadido.

Los expertos de Salud Pública incluyen en la recomendación de esta ‘cuarta dosis’ de la vacuna COVID al denominado «grupo 7» de la Estrategia de Vacunación, es decir, aquellas con condiciones de muy alto riesgo de enfermedad grave y personas que reciben tratamiento con fármacos inmunosupresores. Se incluye a receptores de trasplantes, personas con Síndrome de Down de 40 años o más edad, personas con infección por VIH, con fibrosis quística y pacientes con diversos tratamientos inmunosupresores: quimioterapias, terapias celulares CAR-T, inmunomoduladores biológicos…

La Comisión de Salud Pública, en la que están representadas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad, también ha avalado las dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 a todas las personas mayores de 18 años.

Así, según ha anunciado en rueda de prensa este jueves la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se amplía el rango de edad de la vacunación con dosis de refuerzo en España, que se situaba por el momento hasta los 40 años.

La ministra ha detallado que, como en la primera etapa de la vacunación, se irá «de manera ordenada» por grupos de edad de mayor a menor, «de diez en diez».

De esta forma, una vez se termine con los adultos mayores de 40 años, se empezará con los de 30 y así sucesivamente hasta llegar a los de 18. En cualquier caso, se priorizará a las personas de riesgo y a las que completaron hace más tiempo la pauta de vacunación.

Fuente: Nius Diario; InfoSalus

 

4. La tasa de ingresos por covid en España es la menor de toda la pandemia pese al récord de incidencia

La sexta ola continúa escalando en España: la incidencia acumulada a 14 días se sitúa ya en los 3.156 casos por 100.000 habitantes, otro nuevo récord de la pandemia. Sin embargo, este dato, que en un primer vistazo resulta alarmante, convive con otro más positivo: la tasa de ingresos por covid es la más baja desde marzo de 2020. Actualmente, por cada 100 personas que se contagian solo unas 2,4 terminan ingresadas. Esto supone un 80% menos que hace un año, durante la tercera ola.

Esto no quiere decir que haya pocas personas que necesitan atención médica por el SARS-CoV-2. La ingente cantidad de contagios también ha acabado colándose en los hospitales. En estos momentos hay 17.269 personas hospitalizadas por covid, 2.227 en unidades de cuidados intensivos, según el último balance de Sanidad. La tasa ocupación en ambos indicadores está en riesgo alto (al 13,87% y al 23,62%, respectivamente), de acuerdo a los niveles aprobados en la Comisión de Salud Pública.

Con estas cifras, esta ola ya ha superado las tasas ocupación en planta y UCI por covid de la quinta y cuarta olas. Ocho comunidades autónomas se encuentran en riesgo muy alto en sus unidades de críticos. Pero, a pesar de ello, al haber tantísimos contagios -la mayoría de carácter leve gracias a la vacunación y las variantes menos agresivas-, la proporción de los hospitalizados respecto a los positivos es menor que en episodios anteriores.

Como decíamos, en estos momentos 100 contagios equivalen a unos 2,4 ingresados. ¿Cómo calculamos esta cifra? Se tiene en cuenta la media diaria de los 702.548 casos diagnosticados en la última semana (100.364 por jornada) y los 2.428 ingresos comunicados en las últimas 24 horas. Luego dividimos el número de pacientes entre contagiados y multiplicamos por 100. Hacemos lo mismo con la semana con peor presión hospitalaria en cada ola:

  • Segunda ola (3-9 de noviembre de 2020): 14 ingresos por cada 100 contagios
  • Tercera ola (26 enero-1 de febrero de 2021): 12,5 ingresos por cada 100
  • Cuarta ola (20-26 abril de 2021): 15,3 ingresos por cada 100
  • Quinta ola (27 julio-2 de agosto de 2021): 6,4 ingresos por cada 100

Dado que para la primera ola no hay datos consistentes del número de contagios no podemos hacer el cálculo usando este método. Aunque sabemos que fue el episodio con más personas ingresadas: solo en Madrid había más de 16.174 hospitalizados a principios de abril, casi los mismos que ahora en todo el país.

Así, la mayor caída en los ingresos se nota a partir de la quinta ola, cuando ya el 55-60% de la población contaba con la pauta completa de vacunación. Ahora, estamos al 90% y con gran parte de la población más vulnerable con una dosis de refuerzo -que se ha ampliado a una cuarta para personas inmunodeprimidas, pacientes oncológicos o afectados por el VIH-.

A esto se suma que esta semana la presión asistencial parece haber tocado techo, variando apenas unas décimas al alza y a la baja hasta este jueves. Incluso Cataluña, donde las UCI están al 42,98%, ha tenido una leve disminución en su tasa de camas ocupadas por enfermos graves. Por ahora el sistema sanitario está aguantando. La cuestión es cuanto tiempo se puede mantener así, si los contagios no bajan y nos quedamos en una ‘meseta’ en la que se pueden ir acumulando casos que pueden derivar en pronóstico grave.

Si bien es cierto que la incidencia a 14 días lleva subiendo desde el pasado 3 de noviembre, algunos territorios como Andalucía o Madrid han sufrido bajadas estos últimos días. Navarra, la autonomía con más casos por población, ha conseguido descender de los 7.000 casos (252 puntos en un día). Y en los territorios donde se mantienen las subidas son más moderadas que en jornadas anteriores. Aunque no hay indicios de una bajada inminente si hay si son signos esperanzadores de que los contagios se están frenando.

Fuente: Nius Diario

 

5. Datos del Covid: Sanidad notifica 159.161 casos y 112 muertes; Madrid suma 13.206 positivos y 36 fallecidos en las últimas 24h

El Ministerio de Sanidad ha registrado 159.161 nuevos casos, 70.803 de ellos diagnosticados en las últimas 24 horas.

La incidencia acumulada en los últimos 14 días por 100.000 habitantes se sitúa en 3.156,63 puntos, frente a 3.127,91 puntos de ayer miércoles. En las pasadas dos semanas se ha registrado un total de 1.495.774 positivos.

En el informe de este miércoles se han añadido además 112 nuevos fallecimientos. Hasta 90.620 personas con prueba diagnóstica positiva han fallecido desde que el virus llegó a España, de acuerdo con los datos recogidos por el Ministerio.

Actualmente, hay 17.269 pacientes ingresados por COVID-19 en toda España (17.028 miércoles) y 2.227 en UCI (2.228 miércoles). En las últimas 24 horas se han producido 2.428 ingresos (2.466 miércoles) y 2.176 altas (2.184 miércoles). La tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 13,87% (13,71% miércoles) y en las UCI en el 23,62% (23,77 miércoles).

Por su parte, la Comunidad de Madrid ha notificado 20.047 nuevos casos de Covid, 13.206 en las últimas 24 horas, y 36 fallecidos en los hospitales madrileños, según el informe de la situación epidemiológica de este jueves con datos a cierre del día anterior.

En la jornada del miércoles fueron notificados 22.881 nuevos casos de Covid-19 (2.834 más), 14.022 de ellos las últimas 24 horas, y 32 fallecidos en los hospitales madrileños (cuatro menos).

El número de hospitalizados se sitúa en 2.897 (cuatro más que ayer) y 317 en la UCI (cuatro menos), mientras que 386 pacientes han recibido el alta. El número de personas en seguimiento domiciliario por Atención Primaria es de 6.555.

Fuente: Europa Press

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *