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Boletín Diario Informativo de AMYTS del 18 de septiembre de 2023

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1. Lee «Después de tanto tiempo»: el nuevo artículo de Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS

2.  ¿En qué situación se encuentra el SUMMA 112? Esta es la realidad que narra Javier Bermejo, presidente del SUMMA 112 en AMYTS

3. VIDEOFORUM. «Hipócrates» (2014): nuevo videoforum AMYTS, asíncrono y participativo

4. Nueva viñeta de AMYTS: «Lo de siempre, pero ahora», por Javier Sánchez

5. ENCUESTA AMYTS. Si eres MIR rellena esta encuesta (o envíasela a tus resis) sobre el control de la jornada horaria

1. Lee «Después de tanto tiempo»: el nuevo artículo de Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS

En estos días en los que tanta polémica se ha suscitado en torno al incalificable comportamiento del hasta hace poco máximo representante del fútbol español en la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023, o en los que una reportera aún tiene que soportar durante un directo en televisión comportamientos vejatorios por parte de un ciudadano desconocido, es inevitable, o al menos a mi me lo resulta, no realizar un ejercicio de introspección y comparar el pasado con el presente. Quien siga mis redes verá que centro mis opiniones en la esfera de la sanidad, aunque como cuentas personales que son, haga algunas entradas sobre situaciones de actualidad o noticias relevantes o que me hayan llamado la atención. Pero habiendo seguido el caso del representante de la Real Federación Española de Fútbol, predominaba en mí el no comentarlo con todo el revuelo que ha causado entre detractores y defensores, porque ¿para qué meterme en líos? Aunque no dejan de llamar la atención los comentarios que aún siguen focalizando sus opiniones en las reacciones de las jugadoras o de la reportera para quitar hierro al asunto.

Como he dicho muchas veces, soy cirujana general y del aparato digestivo, una especialidad demandante de la que me enorgullezco muchísimo. Cuando alguna vez, tanto en mi formación como en los años de ejercicio, alguien me ha comentado que qué tal había llevado un ambiente tan difícil, con predominio de hombres en número y con cierta fama de machismo, durante mucho tiempo respondí que yo no me había sentido discriminada por ser mujer, y que había tenido las mismas oportunidades que cualquier cirujano. Fue preparando mi tesis (inconclusa, pero ese es otro tema) que ahondé con mayor profundidad en mis años de formación y ejercicio quirúrgico.

Hay situaciones que, además de padecerlas, te tienes que dar cuenta de que las has padecido. Me da un poco de pudor contarlo, más que nada porque no me ha producido ningún trauma psicológico serio, es más bien como una memoria incómoda, como el ratón en el desván que una noche en una extraña casa vieja te impide conciliar el sueño… Estos días me he acordado mucho de un adjunto de urgencias quirúrgicas de mi residencia. Por su edad, a estas alturas debe estar jubilado, y desconozco qué habrá sido de él. Menciono su caso, que es el que viví en primera persona, pero puede haber sido el de muchos otros casos en muchos otros servicios quirúrgicos, ojalá cada vez menos.

Y es que este doctor, un señor mayor, bien considerado en su profesión y en su trabajo, era conocido de generación de “residentas” en generación de “residentas” como un cirujano resolutivo que, de vez en cuando, cuando menos se lo esperaba una adjunta o una residente, les tocaba el culo. A partir de esta revelación, y ante la natural pregunta de «¿a ti te ha pasado?», y de «¿cómo reaccionaste, o cómo reaccionó (porque también había adjuntos hombre que te advertían)?», las reacciones eran de lo más variopintas; desde “A mi me da igual, ya se cómo es y no lo hace con maldad, es que es así”, al “Es que si le caes mal no entras nunca de ayudante con él a quirófano de urgencias”, “es que es de otra generación, de otra época”, o la de la leyenda viva de la residente que en mitad de la sala de curas se giró, le cogió de sus genitales con la mano y le preguntó delante de todo el mundo: “¿Qué? ¿te gusta? Pues a mi no me gusta que me toquen el culo cuanto estoy trabajando”. En cualquier caso, el adjunto en cuestión, cuando yo empecé la residencia, era pareja de una cirujana del servicio, y a pesar de la sorpresa de las historias, di por hecho que debía ser un comportamiento del pasado. Vamos, que a mí no me iba a pasar.

Hasta que en una guardia, reexplorando por la noche (tras más de 14 horas de guardia) a una paciente por un cuadro de oclusión intestinal en la sala de curas (una sala de columnas modernistas actualmente espectacular, pero que en aquel entonces era una sala que compartían decenas de pacientes pendientes de pruebas o de evolución) con otra residente, de repente note una mano en mi trasero. Ni una “palmadita”, ni un tocamiento prolongado, algo así como una tentativa. Mi reacción fue girarme y me encontré al “adjunto toca-culos” mirándome con una expresión tipo “¿Y ahora qué vas hacer?”. Si las miradas trasmiten decisión, debió entender que si volvía a atreverse a hacerlo acababa en una denuncia a la policía (o “mossos d’escuadra”, o quien hubiera llevado el tema), porque no volvió a repetirse. Claro que los años pasaban, y en las guardias en las que coincidíamos nunca entré con él a quirófano como ayudante. Llegó un momento que era muy evidente y, claro, yo contaba a quien me lo preguntaba el incidente de la sala curas y mi nulo interés en entrar a quirófano con este señor. Ya de residente mayor, en parte por curiosidad quirúrgica de saber lo que me estaba perdiendo (recordemos que tenía fama de resolutivo y de buen cirujano), y en parte por demostrarme a mí misma que él podía vetarme como ayudante pero no a entrar a ver la cirugía, entré a ver una de sus intervenciones. Con la experiencia acumulada en mi residencia de cirugía y en las diferentes rotaciones quirúrgicas llegué a la conclusión de que tampoco me estaba perdiendo nada relevante, pero es posible que no fuera objetiva.

Más allá de la anécdota o de mi reacción, subyace que jamás lo notifiqué al responsable de mi rotación al día siguiente, ni al jefe de servicio. Quedó en la esfera que había vivido desde el inicio de la residencia, en la conversación entre compañeros y compañeras y en las advertencias a las nuevas residentes que entraban y en la de mi círculo personal, donde el “cirujano toca-culos” nunca fue tenido en gran estima, lógicamente. Pero no hice otra cosa. Muchas veces me he preguntado si algún adjunto o adjunta del servicio llegó a comunicárselo al jefe, y de ser así o de conocerlo de alguna conversación, si habría hecho algo al respecto. O igual lo hizo y disminuyó la frecuencia de toqueteos… A saber. Ni yo ni el resto le dimos más importancia, ni a los tocamientos, ni a la decisión de a quién vetaba y a quién no vetaba para entrar en quirófano. Era algo que estaba ahí, que afectaba a las residentes, pero conocido por todos y, afortunadamente, mal considerado por la mayoría. Cuando vuelvo a pensar en ello, el sentimiento que me despierta es el de «¿por qué no hice nada?».

Esta semana, el responsable de formación de AMYTS me ha hablado de un monográfico sobre experiencias de acoso a cirujanas, una especie de ”me-too quirúrgico”, “#MeToo in Surgery: Narratives by Women Surgeons”. Y le comenté esta historia y cómo nunca la había escrito, a pesar de que ya han pasado casi dos décadas; no la he olvidado, ahí sigue como el sonido del  ratón en el desván que te desvela. Cuando lea el monográfico probablemente “mi caso” me parezca una tontería en comparación. Como digo, no es algo que me haya traumatizado, pero tenía la necesidad de compartirlo por escrito, porque no es nada de lo que yo me deba avergonzar, sino algo que el adjunto jamás debería haber hecho, y de lo que debería avergonzarse él. Y aquí está, por si puede servir.

Porque cada vez que quitamos importancia a una de estas acciones o actitudes podemos favorecer que quien las lleva a cabo siga repitiéndolas y termine encontrando a alguien que no sepa cómo reaccionar, o que acceda porque es lo normal, o porque no quiera perder una oportunidad quirúrgica, o porque no le señalen, o por el qué dirán…

Ojalá hubiera tenido la valentía de notificarlo verbalmente, o mejor por escrito, a mi superior jerárquico. Ojalá leer esto sirva a alguien para no dejar pasar lo que no se debe dejar pasar. Ojalá en un tiempo no haya que hablar de esto porque ya se hayan desterrado este tipo de actitudes de las relaciones laborales en particular, y humanas en general.

El siguiente paso en la evolución. Imprescindible. Inevitable.

Ángela Hernández Puente
Cirujana General y del Aparato Digestivo. Secretaria General de AMYTS

Fuente: AMYTS

 

2. ¿En qué situación se encuentra el SUMMA 112? Esta es la realidad que narra Javier Bermejo, presidente del SUMMA 112 en AMYTS

El pasado 14 de septiembre, en la sesión plenaria de la Asamblea de Madrid, ha comparecido por primera vez la nueva consejera de Sanidad Doña Fátima Matute Teresa, en una sesión de lo más interesante en muchos aspectos.

El tema que se ha tratado respecto a la Sanidad ha sido la situación de la Urgencia y Emergencia extrahospitalaria de la Comunidad de Madrid. La verdad es que este tema se ha usado de hilo conductor para intentar hablar de otras cuestiones del ámbito de la sanidad, pero la verdad es que tras ver todas las comparecencias de los diferentes grupos políticos no me han dejado de asombrar dos datos curiosos en los que nadie parece haber reparado en ningún momento.

El primero de los datos es que se ha hablado mucho de los PAC (Puntos de Atención Continuada), CCA (Centros de Continuidad Asistencial) o como quieran llamarlo: se ha hablado mucho de cómo han “nacido” dichos dispositivos, y se ha hablado mucho de si se atienden muchas urgencias o no en ellos. Según la consejera, parece que la población que acude a ellos realmente va para ser atendida por enfermería, y sólo un 1% de los pacientes que acuden tiene una urgencia real. El dato curioso es que no se ha hablado de lo mal que está planteado el tratamiento de las Urgencias en la Comunidad de Madrid. Al SUMMA sólo se le ha nombrado en varias ocasiones…

Y ahí esta el segundo dato interesante, que ya se ha mencionado en otras ocasiones. Al menos en una que yo recuerde, durante una mesa Sectorial. Este dato es ni más ni menos que la forma de presentar al SUMMA frente a los problemas sanitarios:

  • ¿Que en los PAC/CCA no hay médico y llega una urgencia? No pasa nada, se llama al SUMMA
  • ¿Que no se abre un centro por falta de personal? No pasa nada, se llama al SUMMA
  • ¿Que hay una catástrofe o hay que atender al paciente en su domicilio? No pasa nada, se llama al SUMMA.

No deja de sorprender la forma que los políticos (especialmente de cierto color político) hablan del SUMMA como si fuera un “ente omnipresente y omnipotente” que salvará de cualquier situación a la Atención primaria o a los nuevos PAC/CCA… tal vez hasta salve las situaciones que se dan en los hospitales. Es para ellos una especie de deidad que es capaz de resolver cualquier situación; además, dispuesto durante todo el año, como decía Pablo Busca: estaba on fire 24/7/365.

Señora consejera Fátima Matute, y señores diputados de partidos políticos: espero que este escrito llegue a su conocimiento, porque creo conveniente aclarar la situación de esta deidad llamada SUMMA 112 que parece ser adorada y que, además, sería portadora de otra mágica característica: ser inmutable. Yo espero que alguien les haya informado de forma veraz de la situación de dicho servicio. Asimismo, espero que todos los grupos políticos tomen nota de lo que aquí se dice, puesto que da la sensación de que nadie piense que el SUMMA tiene problemas.

La realidad de la deidad SUMMA 112 es la siguiente:

  • Con el cierre de los SUAP (Servicios de Urgencia de Atención Primaria) durante la pandemia, los profesionales que allí trabajaban se dispersaron a diferentes dispositivos:  UAD (Unidades de Atención Domiciliaria), Hospital de Campaña IFEMA, Wanda metropolitano, Wizink Center, Hospital Zendal y seguro que alguno mas que no recuerdo. El caso es que una vez pasado lo peor de la pandemia, cuando ya se empezó a solicitar que se reabrieran los SUAP, el SUMMA había quedado tan diezmado que era imposible mantener los SUAP y las UAD en funcionamiento… Así que, tras divagar mucho, la Administración llegó a la conclusión de la creación de estos PAC/CCA cuyo funcionamiento ha tenido que asumir el personal que antaño estaba en los SAR (Servicios de Atención Rural), con mitad de personal y medios. Calculamos que se han perdido unas 250 plazas de facultativos en el proceso, por no hablar de las perdidas en los SAR ( ahora llamados CCA) y la repercusión que ha tenido todo esto para el personal con traslado forzoso. Sí, forzoso, no se confundan, se dieron de baja los CIAS de las plazas para dar de alta otros CIAS nuevos; aquí la voluntariedad solo la tuvo la Administración: la de hacer lo que les dio la gana. Y menos mal que hubo resistencia por parte de los profesionales para que no se montase un servicio mas precario.
  • Actualmente, la plantilla de facultativos del SUMMA se ha reducido hasta los 496 facultativos. En la resolución de la última OPE del SUMMA, de las 189 plazas inicialmente ofertadas quedaron 113 plazas en excedencia; y al igual que en Primaria, se han hecho rescates posteriores de facultativos que no alcanzaban la nota de corte … Pero ¿qué ha pasado? Pues que al menos el 50% de estos también han dejado la plaza en excedencia.  Ya les digo por qué: los facultativos no quieren trabajar en el SUMMA 112
  • El SUMMA 112 actualmente tiene una plantilla de facultativos tan envejecida que más del 50% supera la cincuentena, y ya estamos en una situación en la que se jubilan 5-6 profesionales por mes.
  • Los dispositivos más difíciles de cubrir son las UAD y las plazas de CCU (Centro Coordinador de Urgencias). Las primeras, sencillamente nadie las quiere; se trata de un trabajo agotador, poco reconocido y con una presión laboral extrema con poco o nulo estímulo científico; sin embargo, son los dispositivos más abundantes en el SUMMA, 49 en total frente a 29 UVI, 18 VIR y 2 helicópteros. Esto hace que si algún profesional está interesado en trabajar en el SUMMA, la primera oferta sea en estas, y esto explica el importante número de excedencias; los profesionales quieren trabajar en dispositivos avanzados. La cuestión es que, además, de todas las UVI tres son SVAE, soportes avanzados de enfermería, no elegibles por los médicos.
  • Desde antes de inicio del verano la situación de las UAD ya era mala: muchas de ellas no estaban operativas por falta de personal. La Dirección del SUMMA 112 nunca ha querido revelar los datos de las UAD inoperativas (ni de otros recursos) aunque se lo hayamos pedido. Por cierto, que tampoco sirve pedir ese dato a través del Portal de Transparencia de la Comunidad: se consideran datos sensibles. Así que en este verano la situación de muchas UAD ha sido mala; como ejemplo, puedo decir que el día 26 de agosto solo una UAD estaba operativa en la sierra noroeste de Madrid, la de Chapinería, porque estaban inoperativas las UAD de Galapagar, Collado Villalba y Pozuelo
  • También faltan de forma relativamente habitual los facultativos de las UVI, pero en estos casos se convierten en SVAE para que sigan funcionando, independientemente de que esto pueda o no disminuir la calidad asistencial.

Asi están las cosas en el SUMMA 112, debido al importante maltrato hacia el personal, con denegación sistemática de permisos, vacaciones reglamentarias obligatorias en verano, retenes para cumplir las 37,5 horas sin negociación de una aplicación de los mismos más benigna, ausencia de periodos de descanso de comida adecuados y otros muchos aspectos del trabajo dentro de este servicio que hace poco o nada atractivo a los profesionales trabajar en él.

Dicho todo esto, está claro que el SUMMA 112 no es ni omnipresente ni omnipotente y, desde luego, tampoco inmutable. Este es un servicio que tiene muchos problemas, que además son críticos y requieren de una solución a corto plazo (pero con una visión a largo plazo). Dicha solución pasa por un nuevo PLAN DE URGENCIAS Y EMERGENCIAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID. Resulta bastante curioso que en el pleno de la Asamblea de Madrid se haya estado durante más de una hora hablando de los servicios de urgencia extrahospitalaria y nadie haya mencionado los problemas del SUMMA 112, y solo se le mencione como el gran salvador.

Mientras tanto el SUMMA 112 seguirá trabajando para atender a la población de la mejor manera posible con los recursos actualmente (menguantes) disponibles. Ahora bien, si no empiezan a tomarse medidas concretas existe la posibilidad que cuando algún centro de salud o CCA llame para pedir un recurso al SUMMA 112, la respuesta sea:

“Lo sentimos, en el momento actual no tenemos ningún recurso disponible; si precisa atención inmediata, contacte con otro servicio sanitario o con Uber, Cabify, etc “.

Como afirmara Nietzsche: Dios ha muerto.

Francisco Javier Bermejo Yagüe
Presidente sector SUMMA de AMYTS

Fuente: AMYTS

 

3. VIDEOFORUM. «Hipócrates» (2014): nuevo videoforum AMYTS, asíncrono y participativo

El pasado mes de febrero realizamos el primer videoforum AMYTS en torno a la proyección de la obra de teatro de Henrik Ibsen «Un enemigo del pueblo», que en el contexto de la huelga de Atención Primaria (en curso en aquel momento) mostraba la confrontación entre razón y poder, y cómo la «verdad» como concepto pierde fuerza cuando los intereses se entremezclan en torno a una realidad. Quedaba pendiente dar continuidad a aquella iniciativa, y vamos a hacerlo en un formato que, desde la asincronía y las diferentes posibilidades de interacción, facilite la participación de todos/as los/as interesados/as en el análisis de situación y en el esclarecimiento de vías de mejora futuras para la profesión médica desde el enriqueceimiento mutuo. Que, en definitiva, es lo que pretende esta iniciativa.

¿Por qué utilizar este formato para trabajar un tema tan serio, y en el que nos encontramos comprometidas todas las organizaciones médicas y, entiendo también, la mayoría de los profesionales? Porque más allá del relato que una película ofrece, y que enriquece el análisis desde la dimensión narrativa, su formato audiovisual propone también una serie de «símbolos» que, un tanto periféricos en relación al núcleo del desarrollo argumental, pueden también abrir interrogantes y aportar pistas sobre la situación vivida en el ejercicio de la profesión.

Lanzamos, por tanto, un videoforum asíncrono y participativo (más abajo explicaremos esto) con la película francesa «Hipócrates» (2014), dirigida por Thomas Lilti, un cineasta que compatibliza su carrera artística con la práctica de la medicina general. En ella se relatan las peripecias de un joven médico residente que inicia su rotación en el departamento que dirige su padre, las relaciones que establece con sus compañeros (médicos y de otras profesiones) y los pacientes, y el precario entorno hospitalario en el que debe «echar a andar» como profesional. La película refleja muy bien la carga de responsabilidad que cae sobre la espalda de los facultativos, en especial en esos primeros momentos de ejercicio, y los problemas para sobrellevarla en un contexto que no siempre es el adecuado para ello. Y no quiero seguir detallando contenidos para no hacer «spoiler» de la película para quien no haya tenido la oportunidad de verla hasta ahora.

Para facilitar la participación, apostamos por un modelo asíncrono y participativo para el videoforum, que de esta manera tendrá dos fases:

  1. La primera, que comenzamos con esta entrada de la revista, permitirá que quienes ya hayan visto la película, o la prefieran ver con tranquilidad en un ambiente doméstico y personal, puedan ir aportando sus reflexiones y sugerencias a través de entradas de texto o video en X (antiguo Twitter, con los hashtag #Hipocrates y #VFAmyts), o bien con comentarios a la entrada específica del Instagram corporativo de AMYTS (https://www.instagram.com/amytsmadrid/) que se hará accesible el próximo lunes. En este momento la película está disponible en las plataformas Filmin y AmazonPrime previa suscripción, así como en DVD, para su visualización personal.
  2. La segunda, con la celebración física de una sesión de videoforum clásica en la sede de AMYTS, que programaremos para la segunda-tercera semana de octubre, para quienes quieran venir a ver la película de forma gratuita a nuestro aula audiovisual y participar en el debate posterior, en el que además podremos recoger todo lo aportado previamente. Más adelante haremos pública la fecha y el formulario para reservar plaza en dicho evento.

Y para ir abriendo boca, unas reflexiones sobre el entorno en que los residentes desarrollan su actividad en el hospital parisino de la red pública que acoge su formación. Uno de los rasgos que se aprecia claramente en la película es el estado un tanto lamentable del centro sanitario, con algunos problemas de recursos; pero a mí me gustaría centrarme, de entrada, en cómo esta situación es realmente evidente en los entornos más o menos «privados» de los propios residentes: los dormitorios de guardia y de la residencia, el comedor, la sala de «juntas». Se trata de ámbitos muy detriorados, sucios, tremendamente descuidados por los propios interesados… Y, sin embargo, tolerados y hasta «estropeados» (con innumerables pintadas y graffitis) por los residentes, más allá de lo que los recortes presupuestarios (evidentes a lo largo de la película) parecerían justificar. Me pregunto si no puede reflejar esa situación uno de esos círculos viciosos en que, por convivir acríticamente y tolerar una falta absoluta de respeto institucional ante la propia dignidad personal y profesional, acabamos contribuyendo precisamente a su mayor deterioro… Y llegamos hasta donde llegamos. Tan sólo la rebelión ante esta situación, cuando algo emotivo nos «despierta» (como ocurrirá en la película), puede abrirnos algo de esperanza para el futuro. Algo que quizás se dio, de alguna manera, en la pasada huelga de los médicos de Atención Primaria.

En fin, ahí queda la propuesta. Hay muchos otros símbolos y argumentos que seguramente provocarán reflexiones y propuestas, pero quedan para el debate que pueda abrirse. Tan sólo quería «abrir el melón»… y que otros/as quieran comer de él.

Miguel Ángel García Pérez
Médico de familia. Responsable del área de Formación y Desarrollo Profesional AMYTS
Director médico de la Revista Madrileña de Medicina

Fuente: AMYTS

 

4. Nueva viñeta de AMYTS: «Lo de siempre, pero ahora», por Javier Sánchez

Fuente: AMYTS

 

5. ENCUESTA AMYTS. Si eres MIR rellena esta encuesta (o envíasela a tus resis) sobre el control de la jornada horaria

Una de las quejas más frecuentes de los residentes (personal laboral en formación) es la extralimitación de jornada horaria y la realización de jornadas superiores a las legalmente establecidas, debido al número de guardias.

La ausencia en el Estatuto de los Trabajadores de una obligación clara por parte de la empresa del registro de la jornada que realizan las personas trabajadoras ha favorecido durante años esta situación. Sin embargo, desde 2019 se ha convertido en una actividad obligatoria e ineludible por parte de la empresa para controlar los excesos de jornada.

El Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo“pretende establecer el registro de la jornada de trabajo, a los efectos de garantizar el cumplimiento de los límites en materia de jornada, de crear un marco de seguridad jurídica tanto para las personas trabajadoras como para las empresas y de posibilitar el control por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social… la inexistencia del registro «coloca a las personas trabajadoras en situación de indefensión que no puede atemperarse porque las horas extraordinarias sean voluntarias, puesto que el único medio de acreditarlas es, precisamente, el control diario».

Con ello, se facilita la resolución de discrepancias en cuanto a la jornada y, en consecuencia, sobre el salario, y se sientan las bases para acabar con un elemento de precariedad de las relaciones laborales.

El tope máximo legal de jornada del residente son 48 horas semanales en promedio de 6 meses. Con una media de 3-4 guardias, dependiendo del recuento individual, estaríamos en los máximos legales. Dado que el REGISTRO DE JORNADA puede ser un un elemento de protección de los residentes, queremos preguntaros si veis procedente solicitar a través del Comité de Empresa de Residentes el OBLIGADO CUMPLIMIENTO DE LA NORMA.

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