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Boletín Diario Informativo de AMYTS del 11 de diciembre de 2023

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1. Interesante editorial de Sheila Justo, vicepresidenta de AMYTS, sobre la necesidad del reconocimiento de la Medicina como Grupo A plus

2. «Vecinos, vecinas, pacientes», el imperdible mensaje de Isabel Vázquez, presidenta de Atención Primaria de AMYTS

3. «Las guardias de 24 horas no son vocación. Los contratos temporales no son vocación»: los estudiantes de Medicina de CEEM hablan sobre la vocación

4. Nuevo artículo de Julián Ezquerra, presidente de Honor de AMYTS, en Redacción Médica sobre las listas de espera

5. EPE.es: «La IA aplicada en la Medicina preocupa a los expertos: ‘A los pacientes hay que tocarlos'»

1. Interesante editorial de Sheila Justo, vicepresidenta de AMYTS, sobre la necesidad del reconocimiento de la Medicina como Grupo A plus

El título en Medicina y Cirugía es equivalente a Máster Europeo.  El reconocimiento de un triunfo de más de 8 años de historia:

Para posicionarnos en el cambio tenemos que remontarnos a la declaración conjunta de los 29 países europeos, el famoso “Plan Bolonia”. El objetivo del Plan Bolonia era unificar los sistemas educativos universitarios en Europa, mejorar la empleabilidad, movilidad y reconocimiento de las titulaciones. El Plan Bolonia dio lugar a la creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), un marco normativo que fija los criterios para armonizar la educación superior.

En 2007 se implantó en España y se eliminaron los antiguos planes de estudios universitarios, Diplomaturas de 3 años y Licenciaturas de 5 o 6, para introducir las nuevas titulaciones adaptadas al «Plan Bolonia»: Grados de 4 años. Y es aquí donde comenzaron los problemas.

La aplicación del Plan de Bolonia en el sistema universitario suponía una discriminación en profesiones como arquitectos y médicos, cuyos créditos ECTS y años de formación era muy superiores a los establecidos en la reforma. La condición de graduado sólo requería 240 créditos ECTS y 4 años, frente a los 360 créditos académicos y 6 años que componen el plan de estudios de las Facultades de Medicina. Además, por otro lado, creaba diferencias entre dos grupos de futuros médicos y arquitectos europeos: españoles, macedonios, griegos, malteses e irlandeses, y el resto de los países europeos que tendrían una categoría superior: la de máster.

Las movilizaciones de médicos y arquitectos en España no se hicieron esperar ante el riesgo de perder el nivel académico de sus carreras con la implantación del Plan Bolonia(1).  Las protestas culminaron en una manifestación de decenas de miles de estudiantes y titulados, en octubre de 2009, frente el Ministerio de Educación para reclamar la equiparación de condiciones entre las antiguas licenciaturas y los nuevos grados del Plan Bolonia (2).

El foro de la profesión encabezado por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), después de varios años de lucha y de enfrentarse a la resistencia de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación) (3),  lograron el reconocimiento del Grado y Máster de la Licenciatura de Medicina en el año 2015.

Fuente:https://gacetamedica.com/hemeroteca/la-profesion-no-dara-marcha-atras-en-la-defensa-del-master-hflg_603105/  Marzo, 2012.

La evolución del reconocimiento se puede seguir a través de su rastro normativo:

El Grado en Medicina y Cirugía corresponde al Nivel 3 (Máster) del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (MECES) y el nivel 7 del Marco Europeo de Cualificaciones (EQF) (6).

Fuente: Clasificación del Marco Español de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente (MECU) https://www.educacionyfp.gob.es/en/mc/mecu/mecu.html

  • Tras la titulación se puede acceder directamente al Doctorado.
  • El sexto año de formación incluye el Trabajo de Fin de Grado-Máster.
  • El reconocimiento es de carácter retroactivo y todos los titulados previos al Plan Bolonia tienen derecho a la doble titulación. El único requisito es solicitarlo oficialmente.

Puedes acceder a la acreditación de tu Titulación a través de una serie de pasos sencillos:  http://www.cesm.org/wp-content/uploads/2022/11/SOLICITUD-CERTIFICADO-MASTER.pdf

Por tanto, queda resuelto el nivel académico a fecha 12 de agosto de 2015 en el Boletín Oficial del Estado, sin embargo, casi nueve años después de la aprobación no se ha reflejado en una equivalencia profesional (7).  Actualmente, la clasificación profesional de los médicos en España se establece en el Grupo A1, que es equivalente a grado.

El artículo 25 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de medidas para la reforma de la Función Pública, establecía cinco Grupos de clasificación de los cuerpos, escalas y especialidades que han sido sustituidos por lo dispuesto en el artículo 76 del Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público:

“Los cuerpos y escalas se clasifican, de acuerdo con la titulación exigida para el acceso a los mismos, en los siguientes Grupos:

Grupo A. dividido en dos Subgrupos A1 y A2.

Para el acceso a los cuerpos o escalas de este Grupo se exigirá estar en posesión del título universitario de Grado. En aquellos supuestos en los que la Ley exija otro título universitario será éste el que se tenga en cuenta.

La clasificación de los cuerpos y escalas en cada Subgrupo estará en función del nivel de responsabilidad de las funciones a desempeñar y de las características de las pruebas de acceso.”

El reconocimiento formativo era necesario, pero es insuficiente y se ha de avanzar hacia una categorización equivalente. Para lograrlo es imprescindible que la Administración nos clasifique de acuerdo con nuestra cualificación y nivel de formación, al igual que han hecho otros países de la Unión Europea.

Nuestra propuesta es la del reconocimiento del Grupo A plus, que valore el grado formativo de los médicos y mejore las retribuciones de la profesión médica por el desarrollo de las competencias profesionales.

No podemos permitir que las condiciones que tenemos los médicos en España nos obliguen a emigrar a otros países donde se nos respeta más. Las malas condiciones laborales y salariales frente a otros países europeos, está dejando una huella profunda de emigración de profesionales médicos. La libre circulación y la globalización se agudiza con una clara inferioridad de condiciones de España con respecto en la Unión Europea.

Es el momento de actuar de forma coordinada desde todas las organizaciones que forman parte del Foro de la Profesión Médica para avanzar en lo que empezamos en 2009, con los problemas derivados de la implantación del plan Bolonia, y que aún no se ha reflejado en el día a día del profesional médico.

El futuro de la Sanidad depende de que los médicos recuperemos el prestigio social que nos corresponde, a través de esta equivalencia, y nos situemos en el liderazgo en las Administraciones Sanitarias. El objetivo es mejorar la profesión médica, promoción de las competencias profesionales y defender los intereses de los médicos españoles.

Frente a las necesidades futuras de hasta 15.000 especialistas en 2028, según  el “Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035 del Ministerio de Sanidad” (8), agudizado por el envejecimiento de la población y la continua emigración de médicos a Europa;  solo nos queda luchar y progresar juntos en lo que es nuestro:

  • El reconocimiento Administrativo del GRUPO A PLUS.
  • La normativa específica del médico en el Sistema Sanitario, que regule las condiciones especiales de la profesión: guardias, nocturnidad, gestión sanitaria, ética profesional, jornadas laborales, etc…

Los graduados y máster en Medicina estamos obligados a conocer nuestra historia para poder repetirla. ¿Y ahora qué?  ¿Seguimos?

Referencias:

Normativa

  1. Real Decreto 96/2014, de 14 de febrero, por el que se modifican los Reales Decretos 1027/2011, de 15 de julio, por el que se establece el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (MECES), y 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales.
  2. Real Decreto 967/2014, de 21 de noviembre, por el que se establecen los requisitos y el procedimiento para la homologación y declaración de equivalencia a titulación y a nivel académico universitario oficial y para la convalidación de estudios extranjeros de educación superior, y el procedimiento para determinar la correspondencia a los niveles del marco español de cualificaciones para la educación superior de los títulos oficiales de Arquitecto, Ingeniero, Licencia, Arquitecto Técnico, Ingeniero Técnico y Diplomado.
  3. Resolución de 21 de julio de 2015, de la Dirección General de Política Universitaria, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 10 de julio de 2015, por el que se determina el nivel de correspondencia al nivel del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior del Título Universitario Oficial de Licenciado en Medicina.
  4. DIRECTIVA 2005/36/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 7 de septiembre de 2005 relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales

Noticias Prensa e informes oficiales

https://www.europapress.tv/sociedad/40135/1/protesta-estudiantes-medicina-arquitectura   (1)

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2009/10/20/economia/1256018192_850215.html (2)

https://gacetamedica.com/hemeroteca/la-profesion-no-dara-marcha-atras-en-la-defensa-del-master-hflg_603105/ (3)

https://www.redaccionmedica.com/secciones/formacion/cesm-se-felicita-porque-el-master-de-medicina-sea-ya-una-realidad-1141  (4)

https://www.redaccionmedica.com/secciones/formacion/los-licenciados-en-medicina-ya-tienen-nivel-de-master-85893  (5)

https://www.medicosypacientes.com/articulo/sabias-que-el-grado-en-medicina-y-cirugia-equivale-un-titulo-de-master-europeo/ (6)

https://www.redaccionmedica.com/secciones/medicina/nivel-master-del-grado-en-medicina-en-vigor-pero-nadie-cobra-mas-por-ello-7332 (7)

https://www.sanidad.gob.es/areas/profesionesSanitarias/profesiones/necesidadEspecialistas/docs/2022Estudio_Oferta_Necesidad_Especialistas_Medicos_2021_2035V3.pdf (8)

Dra. Sheila Justo Sánchez

Vicepresidencia AMYTS

Fuente: AMYTS

 

2. «Vecinos, vecinas, pacientes», el imperdible mensaje de Isabel Vázquez, presidenta de Atención Primaria de AMYTS

Saben que la Atención Primaria está deteriorada, que lo que tenían ya no es lo que hay y que poca o ninguna voluntad de mejora hay por parte de quienes tienen las riendas de la gestión sanitaria. Saben que eso de los presupuestos es un arcano que contiene demasiadas grietas por las que el dinero no parece llegar nunca al destino donde es necesario, descaminándose, quién sabe por qué mecanismos y procesos, hacia quién sabe dónde.

Saben que el responsable o responsables del desaguisado no son los profesionales a los que reconocen en cara y voz, sino habitantes de despachos con cómodos sillones y despejadas mesas de trabajo, desde los que se van tomando decisiones generalmente no adaptadas a las necesidades reales, quizá por aquello de ojos que no ven, corazón que no siente, o quizá porque las voces que vienen de arriba condicionan demasiado las actitudes a tomar. Voces que vienen de unos despachos aún más alejados del escenario sobre el que tienen influencia.

Supuestamente son la diana del sistema, pero parecen no tener importancia más allá de ser los receptores de campañas de imagen y publicidad institucional, a los que se vende la apertura de un centro de salud nuevo o la implantación de nuevas tecnologías como si se tratara de una nueva crema de belleza que te va a hacer parecer diez años más joven. Esas fotos de políticos sonrientes conscientes de que todo es apariencia, que tras esa imagen no hay voluntad real de solucionar de forma apremiante la imprescindible y necesaria recuperación de un nivel de atención que es garante de la adecuada salud de la población, son la prueba de que no se contempla el fondo del problema, sino que se van poniendo parches sin sentido en lugar de acometer las medidas que devuelvan la Atención Primaria al nivel que merecen los ciudadanos.

Los vecinos y vecinas de Madrid saben que la situación no va a mejorar si se deja a los gestores continuar con su indolente administración. Lo saben porque lo sufren. Cientos de miles de ciudadanos de la Comunidad de Madrid carecen de médico de familia o pediatra asignado, algo que hasta hace un tiempo era impensable. Tener un profesional de referencia tiene innegables beneficios, aporta seguridad a los pacientes y permite desarrollar un entorno de confianza que facilita la asistencia y proporciona un conocimiento global al profesional acerca de los condicionantes en salud de aquellos a quienes atienden.

Cada vez hay más centros de salud con menos profesionales, con graves problemas para cubrir turnos de asistencia, y por tanto demoras en las citas. El acceso a citas con médico o pediatra se alarga demasiado en muchos centros, de tal forma que el paciente opta en numerosas ocasiones por solicitar cita “urgente”, ya que es la manera de no tener que esperar un tiempo que sienten como una demora excesiva, lo que lleva a una desorganización de las agendas y tiempos de consulta.

Han salido a las calles en manifestaciones multitudinarias, han apoyado un encierro de profesionales con empatía, calidez y solidaridad, y siguen organizando actos para defender la sanidad que merecen. Porque sienten los centros de salud como propios y tienen el derecho a reclamar que en esos centros haya dotación adecuada de profesionales para atender a sus necesidades en salud. No decaen, se mantienen firmes en sus demandas, y son un valor impagable para acompañar a los profesionales en el interés de que volvamos a tener la Atención Primaria a la que todos tenemos derecho.

Por ellos y por todos… seguimos.

Isabel Vázquez Burgos
Médica de Familia, C.S. Numancia (DASE)

Presidenta del sector AP de AMYTS

 

3. «Las guardias de 24 horas no son vocación. Los contratos temporales no son vocación»: los estudiantes de Medicina de CEEM hablan sobre la vocación

Vocación, por definición, es la inclinación a un estado, una profesión o una carrera. Ni más ni menos. Sin embargo, su significado hoy en día está degenerando. Las guardias de 24 horas no son vocación. Los contratos temporales no son vocación. Incumplir los descansos semanales de 36 horas no es vocación. Superar el máximo de horas de la jornada laboral establecida en la legislación europea (48 horas semanales) no es vocación. Estas condiciones atentan directamente contra la salud de nuestras sanitarias y contra la seguridad de sus pacientes. Ni es eficiente, ni es sostenible, ni es vocacional.

La vocación es un proceso de construcción de uno mismo, de sus valores, de sus aspiraciones, de sus convicciones; pero tan fácilmente se construye como se destruye. Y es que de vocación no se vive, no se come, no se paga el alquiler, ni se llena la cesta de la compra.

Entonces, ¿qué virtudes integran la vocación médica? Podemos decir, entre otras, que el respeto, la empatía y el compromiso. Pero compromiso no es sinónimo de conformismo. Cuando la vocación se usa como excusa para intentar que aceptemos unas condiciones que no están a la altura, esta pierde toda su esencia y, desde luego, todo el sentido.

Cuando se usa de arma arrojadiza contra las propias profesionales, la medicina pasa de ser nuestro sueño a convertirse en un medio de explotación que, irónicamente, tampoco beneficia a los pacientes, pues sufren de primera mano el detrimento de la salud física, psicológica y emocional de los médicos y las médicas. Estar dispuestas a recorrer cielo y tierra por esta profesión no significa que todo valga.

La vocación no justifica en ningún caso la explotación, porque cuando el sistema abusa de quienes lo componen, el sistema se derrumba. Y recordemos que estamos hablando de un sistema que trabaja para salvar vidas, para promover y proteger la salud de las personas que acuden a nosotras confiando en ser atendidas en las mejores condiciones, porque sus vidas dependen literalmente de ello.

Las nuevas generaciones de estudiantes, de futuros médicos y médicas, no tenemos menos vocación que antes. Simplemente somos más conscientes de que, el día de mañana, entraremos a trabajar en un sistema frágil, precario y caracterizado por la incertidumbre, en el que algunos de nuestros pacientes, incluso, nos echarán en cara los estragos provocados por las administraciones.

Aún así, seguimos apostando por la medicina una y otra vez, porque confiamos en este proyecto. Porque miramos hacia el futuro con los ojos vidriosos, no de pena, sino de emoción. Porque sabemos lo importante y valiosa que es esta profesión, pero también, y sobre todo, sabemos lo importantes y valiosos que son los y las profesionales que conforman sus pilares más elementales. Esas profesionales que con el corazón cuidan de sus pacientes, con una mano sacan adelante a sus familias y con la otra sostienen al sistema. ¿Y a ellas? ¿A ellas quién las sostiene?

Por la vocación del futuro.

Por el futuro de la medicina.

Laura Cortés Fraile

Vocal de Asociaciones Científicas del CEEM

Fuente: AMYTS

 

4. Nuevo artículo de Julián Ezquerra, presidente de Honor de AMYTS, en Redacción Médica sobre las listas de esperas

Dice Matilde Asensi que “cada cual mira los acontecimientos desde su esquina, con el rostro vuelto hacia la pared para no ver lo que no quiere”. Esta frase resume muy bien lo que a mi entender está sucediendo con las listas de espera y el Sistema Nacional de Salud.

Los políticos, los gestores, los que tienen la responsabilidad de organizar, coordinar, dirigir y financiar el Sistema Nacional de Salud da la sensación de que, ante el serio problema que padecen los ciudadanos con las listas de espera, lo único que hacen es, desde su esquina, esconderse y mirar para otro lado, no querer enfrentarse a un problema que repercute seriamente en la salud y bienestar de los ciudadanos.

Es cierto que las listas de espera son un problema crónico, son un problema que convive con nosotros desde hace muchísimo tiempo, yo diría incluso que, desde el inicio de nuestro modelo sanitario, lo que pasa es que con las listas de espera ha habido periodos mejores y periodos peores, pero se ha producido en los últimos años un importante agravamiento del problema hasta llegar a la situación actual, unas listas de espera que ya están absolutamente fuera de control.

Hace mucho tiempo que vengo hablando y escribiendo sobre este tema y la necesidad de abordar en profundidad el serio problema que tiene nuestro Sistema Nacional de Salud y la necesidad de acometer profundos cambios. Cualquier alternativa requiere, en primer lugar, hacer un análisis profundo, riguroso y certero por parte de expertos conocedores del modelo sanitario, contar con gestores, profesionales, políticos expertos en la materia y con los propios pacientes para ser capaces de hacer, al margen de cualquier ideología, una aproximación a la realidad sin ese habitual barniz partidista que altera la percepción de esta.

Es verdad que las diferencias que hay entre los distintos sistemas de salud son escasas, que hay dudas sobre cómo se contabilizan por parte de algunas Comunidades Autónomas las listas de espera, también que hay grandes diferencias en financiación por parte de las distintas Comunidades, que no todas tienen una prioridad clara en la financiación de la Sanidad Pública; también sabemos que los que sufren todas las consecuencias son los pacientes, son los ciudadanos, los que en mayor o menor medida necesitamos en algún momento acudir a nuestro sistema sanitario.

La lista de espera cero no es posible, hay que tener una pequeña lista de espera que permita gestionar bien los recursos sanitarios, pero, también es cierto, que hay cosas que no podemos seguir tolerando; no es de recibo, insisto no es de recibo, que el acceso a la consulta del médico de familia, del pediatra de Atención Primaria, el odontólogo, el fisioterapeuta o la matrona de Atención Primaria, tenga listas de espera.

Se puede entender que en alguna ocasión y para alguna de estas especialidades o alguno de estos profesionales pueda haber una pequeña demora en el acceso, pero, desde luego, lo que no se puede es tolerar que un paciente que necesite hablar con su médico llame o pida una cita en su centro de salud y ésta no esté disponible hasta pasados días y, en muchas ocasiones, semanas.

Este es un indicativo claro de que hay un serio problema en el sector, de que hay un serio problema con las listas de espera porque, si partimos de este punto necesario en todo caso para acceder a las consultas de los hospitales, donde se encuentra el gran problema de la lista de espera (la lista de espera quirúrgica, la de consultas externas y la de pruebas complementarias), seremos capaces de entender la magnitud de éste.

Si queremos abordar la solución para la lista de espera, lo primero que tenemos que hacer es conocer cuál es la composición, el mix de la lista de espera, cuáles son las patologías por especialidades, cuántos pacientes hay esperando en cada una de ellas, cuál es también la capacidad para poner en marcha el sistema sanitario y dar respuesta a estas demandas, cuántos profesionales tenemos, cuántas salas de Radiología, cuántas consultas, cuántos quirófanos disponibles, es decir tenemos que hacer un análisis y una foto fija de cuál es la situación y contrastar las demandas con la capacidad de dar respuesta a las mismas.

En función de eso habrá que ver qué cantidad de profesionales, qué horarios, con qué actividad y sobre todo con qué financiación se puede hacer frente al abordaje de estas listas de espera.

Creo que los políticos deben ser sensatos y tener claro que para dar satisfacción a sus ciudadanos, afrontar los problemas sin mirar a la pared, sin esconderse, haciéndolos frente, deben ser capaces de decir a los ciudadanos: “miren ustedes, sus demandas van a ser atendidas, pero que sepan ustedes que esto cuesta», y para ello es necesario buscar alternativas de financiación, puede ser con un incremento de ingresos que, lógicamente afectaría a los impuestos, un incremento con el que muchos no van a estar de acuerdo, o la otra alternativa es una redistribución del gasto desviando hacia la sanidad partidas presupuestarias, por ejemplo inversión en una red ferroviaria con el AVE a todos las ciudades o aeropuertos donde sea necesario y donde no lo sea.

Pero no confío en ello y, lo que sí que veremos, es cómo van a volver a hacer leyes que son muy fáciles de redactar y luego decir que ya lo regulé por ley. Pero la ley hay que cumplirla, hacer posible que se cumpla y para ello se requiere de profesionales, de instalaciones, de presupuesto, etc.

Termino como empecé; no escondamos el rostro, no demos la espalda a los problemas, mirémoslos de frente, asumamos que tenemos un reto importante por delante y entendamos que entre las prioridades que debe tener cualquier gobierno, sea del color que sea, está la financiación suficiente de la Sanidad.

Seguiré pensando que algún día esto lo veremos y que los políticos serán capaces de entender que lo que hay que dar es satisfacción a los ciudadanos, no satisfacerse a sí mismos, y hacer todo lo posible para llegar a un gran pacto por la Sanidad.

Fuente: Redacción Médica

 

5. EPE.es: «La IA aplicada en la Medicina preocupa a los expertos: ‘A los pacientes hay que tocarlos'»

La aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en la Medicina, con sus beneficios y desafíos a nivel biomédico, ético y jurídico, inquieta a los expertos. «A los pacientes hay que tocarlos. Mirarles a los ojos para que puedan confiar y explicar qué les sucede, explorar los signos clínicos patológicos y un largo etcétera que aún queda lejos de lo que hoy día ofrece la IA«, señala a EL PERIÓDICO DE ESPAÑABenjamín Herreros Ruiz- Valdepeñas, director del Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés y director del Máster Universitario en Bioética Clínica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y la Fundación José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón (FOM).

Este es uno de los temas que se ha tratado en el reciente XVI Seminario de Biomedicina, que han coordinado, entre otros, Herreros y Fernando Bandrés Moya, catedrático de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y director del Centro de Estudios Gregorio Marañón. Ambos expertos reflexionan para este diario sobre dónde deben situarse los límites de las nuevas tecnologías cuando se trata de actos clínicos.

«La confidencialidad, la dignidad, la autonomía, la propiedad de los datos y otros muchos aspectos se complican con el uso de las nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas, y con el empleo de la IA», reconoce el catedrático Fernando Bandrés. En su opinión, «las grandes amenazas» se ciernen sobre la seguridad y gestión de los datos de salud (lo que, entre otras cosas, obliga a crear un nuevo modelo de historia clínica), el uso de algoritmos, la anonimización, la transparencia en el manejo de la IA, el derecho a la información y los riesgos de discriminación.

El catedrático concreta: «Debemos asegurar los criterios de calidad del dato, o los datos sanitarios, sobre los que luego elaboramos los algoritmos y el aprendizaje profundo; la explicabilidad del proceso en la toma de decisiones argumentadas o basadas en algoritmos de inteligencia artificial y la accesibilidad y la formación de los profesionales en los ámbitos de la tecnología y de la IA son fundamentales para evitar discriminación».

Benjamín Herreros asegura que la IA puede hacer que las decisiones médicas «se modifiquen radicalmente, que no se tomen decisiones humanas sino en base a algoritmos y análisis de datos». Como señala este experto, «todo esto repercute directamente en el núcleo de la Medicina: la relación médico-paciente, la confianza, la responsabilidad de las decisiones, la libertad y autonomía del paciente, …». Porque considera que, precisamente, la revolución más importante «que se ha registrado en Medicina desde Hipócrates es la que se está produciendo por la IA».

¿Dónde están los límites?. «La buena medicina, que consiste en realizar diagnósticos y tratamientos adecuados, tiene como fundamento la historia clínica. Esta no consiste en una mera recopilación de datos, sino en integrar los datos clínicos con las preferencias de los pacientes, con sus ideas, valores y emociones, con los recursos disponibles, y en saber priorizar toda la información recopilada de acuerdo con las características individuales del paciente«, responde Herreros.

Por otra parte, reseña el experto, la IA desplaza a la responsabilidad del acto clínico, un «aspecto nuclear» de la medicina. «¿Quién decide si un paciente debe ser visto por IA o por un médico?, ¿qué sucede si se equivoca la IA?, ¿la responsabilidad es del programa informático, del programador o del paciente por aceptar ser tratado por IA?, ¿tiene el médico que realizar el seguimiento de una decisión que previamente ha tomado una máquina?, ¿y si no está de acuerdo?», se cuestiona.

En su opinión, la IA se debe incorporar como apoyo en la toma de decisiones, como lo es la ecografía o el fonendoscopio, y no sustituyendo al médico. «Toda tecnología que pueda ayudar al acto clínico debe ser bienvenida, pero sabiendo usarla. Con alguien detrás que piense cómo y cuándo usarla, con alguien detrás pensando en el paciente, cuidando al paciente».

Además, apunta otro aspecto: «Eso sí, si queremos una medicina eficiente, más económica y rápida, pongamos IA en lugar de médicos. Esta es la principal razón por la que se quiere sustituir al médico: por intereses economicistas de las empresas que trabajan en IA y por las administraciones que buscan ahorrar costes. En lugar de preocuparnos por la formación de los médicos, por la investigación biomédica y por la calidad del sistema sanitario, la principal preocupación es ahorrar costes«.

La parte positiva

Pero, por supuesto, la aplicación de la IA en Medicina tiene aspectos muy positivos y el director del Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés desgrana ejemplos. «Puede suceder que, ante una pandemia y un sistema sanitario colapsado, un programa de IA se encargue de recomendarle al paciente qué hacer de acuerdo con los recursos disponibles: si ir a urgencias, al médico de familia o quedarse en casa tomando paracetamol». O, añade, podemos dejar que un programa informático con IA sustituya a los radiólogos en los análisis de las imágenes, porque se ha visto que pueden llegar a equivocarse menos que un humano.

Los algoritmos y las bases de datos ofrecen decisiones rápidas y «muchas veces más certeras que las decisiones humanas». Un algoritmo apunta, carece de los sesgos y errores cognitivos que tenemos los humanos: «Por ejemplo, si un residente se acaba de estudiar la sarcoidosis y tiene un paciente con hipercalcemia, va a pensar en primer lugar en una sarcoidosis. Pero si diagnostica a alguien de sarcoidosis, pensará que el siguiente caso de hipercalcemia no puede ser una sarcoidosis, porque va a ser demasiada casualidad».

Estos errores, abunda, no los tienen las máquinas, «como tampoco están enfadadas, no les cae mal el paciente ni están salientes de guardia. La IA ofrece un análisis más objetivo y rápido de los datos que la mente humana, lo cual tiene mucho valor. Sin olvidar su capacidad para recopilar la información científica sobre una enfermedad actualizada, una capacidad infinitamente mayor que la humana».

Pero esto no significa, concluye, que «debamos dejar que las máquinas se encarguen de tratar a los pacientes. Las decisiones médicas apoyadas por las nuevas tecnologías pueden mejorar y esto tenemos que aprovecharlo. Pero el proceso debe ser dirigido por un humano pensante, por un humano con valores, que piense en lo mejor de acuerdo con las características individuales, no solo clínicas, del paciente».

Fuente: EPE

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