Boletín Diario Informativo de AMYTS del 20 de enero de 2023

1. REPORTAJE DE EL PAÍS: Una noche de encierro con los médicos en un centro vecinal de Madrid

2. La huelga en los medios: espectacular impacto del encierro que protagonizan médicos de Atención Primaria junto a la población

3. Entrevista de Ángela Hernández (AMYTS) en TWITCH con Joan Carles March

4. La dramática historia de una médico de familia que ha tenido que abandonar Madrid

5. CESM solicita que la lengua cooficial sea mérito y no requisito en la reunión del Ámbito para modificar el Estatuto Marco

1. REPORTAJE DE EL PAÍS: Una noche de encierro con los médicos en un centro vecinal de Madrid

A las dos de la mañana, por fin el silencio es lo único que se escucha en el centro vecinal de Manoteras. Durante todo el día ha pasado por aquí un vecino con croquetas, tres sindicalistas, una anciana con tortilla de patatas, la policía, un concejal del PSOE, un médico jubilado con fruta, una madre que enseña a su hija que los derechos se defienden peleando, una joven con mantas, otro concejal más a la izquierda que el anterior, un médico espontáneo que quiere unirse al encierro y seis medios de comunicación. La noche del jueves había ocho grados en el exterior y la nevera estaba vacía. Cuando se termine esta crónica habrá dos grados menos y la nevera estará llena de fruta, leche, fiambre y yogures traídos por los vecinos.

Por fin, un poco de paz después de un día frenético para algunos de los 50 médicos de familia y pediatras de la Atención Primaria de Madrid que están en huelga desde hace seis semanas y que este jueves dieron un paso más al encerrarse de forma indefinida en la Asociación de Vecinos de Manoteras, en el distrito de Hortaleza. A la huelga están convocados 4.240 médicos de Familia y 720 pediatras de más de 430 ambulatorios que exigen más dinero para la salud pública y menos carga laboral para evitar la fuga de médicos. Entre otros reclamos, piden al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso cosas tan revolucionarias como diez minutos para ver a un paciente.

Antes de apagar la luz y que llegue el silencio, los primeros médicos encerrados acomodan la almohada por la molestia en las cervicales o toman un té para prevenir el desgaste de los huesos. Las cinco batas blancas tumbadas en el suelo tienen pinta de todo menos de reventar cerraduras o quemar cajeros, pero la última vez que se encerraron en un centro de salud, Ayuso les llamó okupas.

A las cinco de la tarde un enfermero que vive en el barrio llega con una piña troceada y barritas energéticas. A las seis una vecina ha hecho rosquillas. A las siete se organizan los espacios para dormir y a las ocho, medio centenar de vecinos se reúne para aplaudirles como hace dos años hacía el país entero sin necesidad de huelga. Para los vecinos de Manoteras, los médicos son la punta de lanza de las reivindicaciones que los vincula a las viejas luchas vecinales con las que crecieron para traer el agua, el metro o las aceras a Manoteras. Para los médicos son los anfitriones más generosos que han encontrado.

Sin embargo, el encierro comienza con un detalle que tiene molesto a los sanitarios. Uno de ellos ha escuchado cómo una emisora ha dado paso a la noticia que habla sobre ellos cómo “un grupo de sindicalistas liberados se ha encerrado en un centro vecinal de Madrid”. Entonces Berta Hidalgo, de 59 años, que trabaja en un centro de salud del Barrio de la Concepción, cuenta que llega de pasar consulta. El último paciente que atendió fue un hombre con un dolor que le baja por el brazo y que tiene pinta de ser el aviso de una angina de pecho. Antes de él, visitó la casa de dos hermanas de 95 y 91 años que viven solas. La sobrina de una de ellas la ha llamado al ambulatorio porque a una de ellas le dolía el pecho. A las tres mujeres, Berta Hidalgo les ha vuelto a decir que no es conveniente que duerman en la misma habitación por el peligro a los contagios. El último paciente que ha atendido su compañero, el Doctor Javier Fernández (53) en el ambulatorio de García Noblejas es una anciana con Alzheimer a quienes los familiares quieren incapacitar para poder operar sus cuentas. Antes de llegar a Manoteras, a dormir en el suelo, ambos se han chupado una jornada laboral de ocho horas. Si es cierto que son liberados sindicales, son los sindicales menos liberados del mundo.

Casi a las diez de la noche, La doctora María José López aparece en la casa vecinal con un saco de dormir bajo el brazo. Ha pedido al grupo que le permitan encerrarse solo por las noches porque por la tarde pasa consulta en Ciudad Lineal. Antes de llegar examinó a un hombre con un cotiloma en el pene, una especie de verruga sin mucha gravedad. Sin embargo, el dueño del cotiloma era un hombre angustiado de 48 años que pensaba que se moría mañana. La doctora le pidió que se desnudara, observó la verruga, le pidió que se vistiera, lo calmó, le explicó que desaparecería en pocos días, respondió a sus preguntas, escribió el diagnóstico en su ficha del ordenador, le sugirió un tratamiento y le recetó una pomada. En medio de todo eso entró una llamada, recuerda María José. Era un paciente que tiene dudas con el sintrón. Poco después llamó otra una mujer por una duda con una baja laboral. El paciente todavía no había terminado de vestirse cuando la recepcionista entró para saber si podía añadir a la lista a un paciente de última hora con fiebre o si finalmente visitaría a Doña Herminia. Todo eso: examinar, diagnosticar, explicar, tranquilizar y recetar, la Comunidad de Madrid quiere que los médicos lo hagan en cuatro minutos. Y así, 50 veces al día. La paradoja es que hay varios estudios que demuestran que invertir en medicina familia es ahorrar en emergencias. Detectar una angina de pecho evita una angioplastia, un bulto en el pecho un cáncer de mama y una colonospia a tiempo uno de colon.

Para impedir el deterioro de todo esto, el barrio de Manoteras se ha volcado cediendo su centro vecinal, una casa ordenada de cuyas paredes cuelgan fotografías en blanco y negro de las primeras casas del barrio, una enorme pizarra y muchos carteles sobre los pasos a seguir para impedir un desahucio, caer en la drogadicción o reconocer un caso de acoso sexual.

El barrio se ha volcado aunque con un marcado corte generacional claro. Los talluditos que aprendieron con el cardenal Tarancón se han movilizado en pocas horas. En el bar de enfrente, una cantidad similar de gente joven sigue ajeno el movimiento de batas blancas con la vista puesta en el futbol de la televisión y repite croqueta cuando Cevallos marca el gol de la victoria. El famoso ‘nudo de Manoteras’ existe y acaba de echarse a dormir.

Fuente: El País

 

2. La huelga en los medios: espectacular impacto del encierro que protagonizan médicos de Atención Primaria junto a la población

EL PLURAL: Los sanitarios inician un nuevo encierro frente a la inacción de Ayuso: «Hay un millón de madrileños sin médico o pediatra»

MADRIDIARIO: Médicos y pediatras inician un encierro en la Asociación Vecinal Manoteras

EUROPA PRESS: Médicos y pediatras se encierran en una asociación e invitan a Ayuso y Escudero a conocer de primera mano su situación

MADRIDPRESS: Los médicos y pediatras en huelga inician un encierro indefinido

EL ESPAÑOL: Los médicos de Familia se encierran indefinidamente con vecinos de Manoteras e invitan a Ayuso a negociar

CADENA SER: Los médicos en huelga y vecinos se encierran en Madrid por la sanidad pública

CADENA COPE: Los médicos en huelga y vecinos se encierran en Madrid por la sanidad pública

EL DIARIO: Los médicos en huelga inician un nuevo encierro indefinido en una asociación vecinal: “Lo importante es seguir visibilizando la situación de la Atención Primaria en Madrid”

EL BOLETÍN: Encierro de médicos en Madrid en plena huelga por la situación en la Atención Primaria

EL SALTO: Médicos y médicas de primaria se encierran en una asociación vecinal madrileña en apoyo a la huelga

LA SEXTA: Los médicos de Atención Primaria de Madrid en huelga se encierran hasta que el Gobierno de Ayuso se siente a negociar

DIARIO 16: Los médicos de Atención Primaria en huelga contra el desastre sanitario de Ayuso inician un encierro indefinido

 

3. Entrevista de Ángela Hernández (AMYTS) en TWITCH con Joan Carles March 

 

4. La dramática historia de una médico de familia que ha tenido que abandonar Madrid

La doctora Yolanda Canellas ha acudido este jueves al encierro simbólico organizado por médicos y ciudadanos en la Asociación de Vecinos de Manoteras, en el distrito de Hortaleza, en la sexta semana de huelga indefinida en la Atención Primaria madrileña, para entregar su bata y dejar su pancarta en defensa de la sanidad pública antes de marcharse a Segovia, donde comenzará una nueva etapa por razones laborales, familiares y profesionales.

Canellas, de 57 años, médica de Familia hasta mañana del centro de salud Monóvar, en Madrid, y que comenzará el lunes en Segovia, en Castilla y León, ha explicado que ha estado de baja por ansiedad durante nueve meses y en ese tiempo tomó la decisión de cambiar de comunidad autónoma.

«Me ofrecieron una plaza en Segovia con la mitad de tarjetas sanitarias de las que tengo ahora, lo que me permitirá atender a un paciente cada ocho minutos, en vez de cada tres, cada cinco o cada seis minutos como ahora», ha precisado.

Le costó mucho tomar la decisión, ha comentado, porque estaba «muy contenta» en su puesto de trabajo hasta que empezó a tener unas condiciones «muy duras» para ella y decidió marcharse a otra región, con su marido, que tiene la posibilidad de teletrabajar, dejando a sus hijas que están estudiando en Madrid.

«Estoy muy triste por marcharme, pero lo necesito. Vengo a dejar mi bata y una pancarta para que mis compañeros y todo el mundo sepa que, aunque me voy, sigo aquí en espíritu y apoyo la sanidad pública», ha expuesto a los medios de comunicación, visiblemente emocionada.

«Voy a ganar menos dinero, pero no me importa porque voy a tener la mitad de pacientes y les voy a poder dedicar más tiempo y hacer más cosas que hacía antes», como ecografías o cirugías menores, de manera «me voy a poder desarrollar como médico de Familia, que es lo que a mí me gusta, aunque, para conseguirlo, desgraciadamente me tengo que ir de la Comunidad de Madrid», ha indicado.

Como paciente, Canellas ha expresado su deseo de poder tener acceso a una sanidad pública mejor que la que se está ofreciendo en la Comunidad de Madrid.

En el encierro, ha participado también la doctora Elena Castresana, médico de Familia del centro de salud Mar Báltico, quien ha recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la Atención Primaria cuente con un 25 % del presupuesto sanitario y que la Comunidad de Madrid se sitúa cerca del 11 %, mientras que este año la mayoría de las regiones españolas se van a acercar al 15 %.

«Si hay menos inversión en la Comunidad de Madrid, la mayoría de los médicos se van a ir a otras regiones próximas como Castilla-La Mancha o Castilla y León, porque van a estar mejor tratados, van a tener mejores turnos y agendas y van a poder conciliar más», lo que redunda en la calidad de la Atención Primaria, ha argumentado Castresana.

La doctora ha resaltado que más de un millón de madrileños no tienen ni médico de Familia ni pediatra asignado en la Comunidad de Madrid, lo que pone de manifiesto la «inequidad» en el acceso a la sanidad pública y ha precisado que al menos hace falta contratar a más de mil profesionales en la región.

Ha lamentado la falta de avances en las negociaciones entre la Administración regional y el comité de huelga, al tiempo que ha acusado a la Consejería de Sanidad de incumplir el acuerdo de desconvocatoria de un paro en la Atención Primaria madrileña de septiembre de 2020 que incluía una subida lineal de 479 euros para 5.000 profesionales y el compromiso adquirido en 2007 de incrementar en un 15 % la retribución del turno de la tarde.

Los médicos madrileños reanudaron el pasado jueves 12 de enero la huelga indefinida que comenzaron el 21 de noviembre y que suspendieron durante las fiestas navideñas, tras fracasar las negociaciones con la Consejería madrileña de Sanidad.

A la huelga están llamados 4.240 médicos de Familia y 720 pediatras de los 430 centros de salud de la Comunidad de Madrid para reivindicar un mínimo de diez minutos por paciente, una limitación de las agendas y una mejora de las condiciones laborales de los profesionales para evitar su fuga a otras regiones o países.

Fuente: EFE